Los efectos de la Covid no serán solo sanitarios. La reacción en cadena que está provocando la pandemia y pospandemia es estremecedor. Y llueve sobre mojado, porque los más afectados son los más vulnerables, lo que tienen graves problemas para comer y dar de comer a sus familias. Tanto como que en municipios donde el turismo es la principal fuente de ingresos, los efectos del coronavirus han dejado huella profunda. Hoteles, restaurantes y todo tipo de negocios que viven de la presencia de visitantes se han visto obligados a cerrar durante algún momento del año o a contratar a menos personal dado el descenso de clientela.
Salou no ha sido durante todo este tiempo una excepción. Afortunadamente, entidades sociales, particulares y Ayuntamiento han puesto su ‘granito’ de arena para amortiguar este grave perjuicio para numerosas familias de la localidad.
Creu Roja, Càritas y Eluzai están atendiendo actualmente a un total de 770 familias/mes dada la complicada situación laboral que viven muchas de ellas. Las tres entidades realizan una labor impagable. Los números lo demuestran: Càritas en Salou atiende a 300 familias mensualmente (con una media de más de 75 familias a la semana); Eluzai (asociación de asistencia social de la iglesia protestante en Salou) lo hace sobre otras 270 al mes (con ayudas sobre cuatro grupos; y Creu Roja asiste a más de 200 familias al mes este año siendo 100 de ellas familias numerosas, cuando sin embargo cerró 2020 haciéndolo sobre 130.
«Se ha mejorado mucho la comunicación con Serveis Socials del Ayuntamiento», explica Marina Peláez, directora de Creu Roja en Salou. «El repunto de demanda de necesitados llegó tras finalizar la campaña de verano. Entre septiembre y octubre ya vimos que crecía la solicitud de ayudas. Y creo que se mantendrá hasta arrancar la temporada turística», detalla y añade que «se han dado casos de gente que esperaba trabajar y nos decía agradecidamente que iba a volver a trabajar pronto... pero finalmente eso no se cumplió y tuvieron que volver a necesitarnos. Para eso estamos, claro». Atienden miércoles y jueves (de 9 a 12 horas) en Parc de la Ciutat (Calle Barbastre, 4), ocupando un espacio de Serveis Socials. Aunque «confiamos en que pronto el Ayuntamiento nos pueda reubicar en un lugar más estable y visible para atender la demanda de los necesitados».
Indigencia y vivienda
Por su parte, Patricia Ruiz, responsable de la gran tarea que realiza Eluzai, asegura que «este 2021 hemos llegado a duplicar la cifra de familias que necesitan de ayuda», y coincide que ello sucede especialmente en la temporada baja turística. «Cuando abrió PortAventura y subió el turismo, bajó el número de ayudas que damos. Pero en octubre volvió a subir la demanda». También asisten a indigentes, donde tienen algunos casos. Para ellos, los martes dan un servicio de ducha y entregan alimentos que no se tengan que cocinar. «El turismo en Salou es increíble, es clave», afirma Patricia. Eluzai atiende los martes por la mañana y los viernes por la tarde.
Càritas Interparroquial Salou atendió en 2021, por primera vez, a 264 familias que no habían necesitado nunca de esa ayuda. «Desafortunadamente, ya no tenemos pisos. Eran alquilados por nosotros, pero no podíamos asumir el coste. Nos vimos obligados a cambiar el sistema por ayudas puntuales de alquileres. Unas 80 ayudas», comenta Esteve Tomàs, coordinador de la entidad solidaria. Con las actuales ayudas, Càritas de Salou tiene cubierto hasta finales de marzo: «hemos ido guardando como la hormiguitas en previsión de lo que pudiera venir», concluye. Gracias a la labor de entidades, voluntarios, particulares y Ayuntamiento, parece que el fin de la pandemia se ve ahora un poco más cerca.