«Buena cerveza la que tomamos aquí. Buena cerveza, saquen un nuevo barril». Y en Torredembarra se ha cumplido a la perfección este fin de semana la letra de la Polca del Barril compuesta en 1927 por el checo Jaromir Vejvoda. No únicamente tuvieron que sacar más barriles sino también muchas botellas los cerveceros artesanos participantes de la 12ª edición de la Fira de Cervesa Artesana, para satisfacer la demanda del gentío que se ha dado cita en la Plaça del Castell, para degustarla.
Hasta nueve elaboradores de cerveza, producida con el más estricto método artesanal, han participado en la presente edición de este bien consolidado certamen . Han sido: Cervesera del Poble Nou de Barcelona, Kibus Cervesers de Olost, Red Hop de Salomó, Ona de Vila-seca, Clandestines de Montferri, Rústica Bufona de Escaladei, La Renaixença de Espluga de Francolí, Espina de Ferro de Vilanova del Camí y Bripau de Sant Pere de Riudabitlles. Todas, con el toque especial i personal de sus creadores, que hicieron las delicias de los fieles consumidores de esta bebida, como Xavi y Marta, de Torredembarra, que declaran sus preferencias por la cerveza, «por encima del vino». Junto a ellos, una pareja de amigos, Roger y Marta, de L’Espluga de Francolí, que también apuestan por la cerveza, «después de haberla degustado recientemente, en la feria de en nuestro mismo pueblo».
Jordi de Mier fue el encargado de dirigir la cata de cervezas que se realizó, tanto sábado como ayer domingo, en el patio del Castell. Jordi, productor de la Cervesera del Poble Nou, dio cumplidas explicaciones en ambas sesiones, en aforo limitado a 40 personas, respectivamente, plazas ya agotadas con mucha antelación. De Mier se refirió a los cuatro elementos básicos que conforman la fórmula para elaborar la cerveza: el agua, lúpulo, levadura y la malta. A partir de aquí, cada cervecero imprime su creatividad artesana que se distingue por los sabores.
Como es lógico, a este tipo de ferias acuden cerveceros de proximidad, además de otros de otras comarcas. En Torredembarra han participado los de Montferri, Escaladei, Espluga de Francolí y, el más próximo, de Salomó, por lo que respecta a la demarcación. Es el caso de Rafale Frosztega, de origen polaco, afincado desde hace quince años en Salomó y que por tercer año consecutivo acude a la cita torrense. Asegura que esta feria puede incluirse «entre las mejores que conozco de por aquí». Añade, que «este año superamos la afluencia de público y en ventas, a las pasadas ediciones, supongo que por el largo puente y un clima excepcional». De hecho, la mayor afluencia se dio por las tardes, ya que por las mañanas la temperatura veraniega invitaba, de lo lindo, a disfrutar de la playa.
