El acuarelista Fermí Carré celebra más de un cuarto de siglo asentado en Altafulla. El pueblo es su estudio y segundo hogar, por ello, le dedica una nueva exposición, ‘Més de 25 anys pintant a Altafulla’. Desde el pasado viernes 2 de agosto, hasta el martes 13, exhibe sus pinturas en el Fòrum, otro año más.
La sala de arte se sitúa en un espacio privilegiado, de los que Carré admira y plasma en el lienzo. En la Plaça de l’Església, frente al Castell, hay expuestos una treintena de acuarelas, entre ruinas romanas y árabes, bajo las góticas arcadas apuntadas.
Cualquier visitante está invitado a acercarse y apreciar las detalladas pinturas de Carré. Para él, es un momento de felicidad y de reunión con la familia. Venda mucho o poco, venga más o menos gente, el hecho de poder exponer su arte un año más ya es un gran éxito.
Desde que en 1997 decidió pintar la belleza de Altafulla en acuarelas, Fermí no ha podido parar de colorear todos los rincones del pueblo y exponerlos con orgullo. «Cada año necesito pintar, forma parte de mis vacaciones. Lo hago porque me gusta, ya no tengo que demostrar nada a nadie», explica Carré ilusionado con sus nuevas obras.
Pinturas de fiesta y tradición
De los treinta cuadros, quince son nuevos, pintados en los últimos meses, mientras que la otra mitad son aprovechados de exposiciones pasadas. Como novedad, Carré presenta acuarelas de diferentes elementos de la tradición popular altafullense: los Armats, la procesión de Sant Martí, los Bruixots y los Castellers d’Altafulla.
Entre el resto de obras encontramos paisajes de todo el pueblo, desde Tamarit hasta el Canyadell, pasando por el castillo y atardeceres en el paseo marítimo. La playa es uno de los grandes protagonistas de la sala, destacan las logradas transparencias del agua representadas sobre el lienzo.
Altafulla es la gran inspiración de Carré: «Es una pequeña joya. La he pintado en una infinidad de ocasiones, pero ahora cuando salga, quizás me tope con un rincón que merezca ser un cuadro». Y, ¿cuál es el embrujo del pueblo? Fermí lo tiene claro: «La luminosidad de Altafulla. Es única; la playa, el castillo, su historia... aquí me siento libre, me trae de vuelta a mis orígenes».
«Altafulla es una pequeña joya. Aquí me siento libre, me trae de vuelta a mis orígenes». Fermí Carré
Arte en los detalles
El arte de Carré basa su grandeza en su pasión por el pueblo y pintar y dibujar, pero también en los detalles. Cada piedra del paseo, cada ventana del castillo. Fermí captura minuciosamente cada detalle de los paisajes. Él lo hace así, es su estilo; dibuja a lápiz, analiza la perspectiva y particularidades, es fiel a la realidad. Luego, simplemente le da magia con luz y color.
Tarragona es el hogar de la familia del pintor, el lugar donde pasó su adolescencia y donde ha presentado muchas obras, incluso le ha dedicado varios libros. Carré es un enamorado de la capital y por eso le ha reservado una sección de la exposición. Parte de antiguas colecciones, los cuadros muestran los puntos más conocidos de la ciudad y la belleza de la Part Alta en un brillante día de lluvia.
Una maravilla.