La Inteligencia Artificial ha experimentado una explosión este ultimo año, sobre todo en el campo de la IA generativa, con asistentes que responden dudas de los usuarios, escriben textos completos a partir de pocas indicaciones y solucionan problemas complejos. Su gran potencial está empezando a modificar algunos hábitos de los ciudadanos, y esto solo es el principio de un gran cambio que está por venir, según advierten los expertos.
La propia OCDE alerta de la difícil convivencia de la Inteligencia Artificial (IA) con el mercado laboral actual. La organización con sede en París ha medido en su último informe de perspectivas laborales la incidencia que tendrá esta tecnología en las profesiones de sus países miembros, entre los que se encuentra España. La organización advierte de que la economía está «al borde» de experimentar la «revolución» de la IA, lo que hace «urgente» que los distintos gobiernos articulen ya regulaciones que limiten los efectos que esta tecnología tendrá sobre los empleos, ya que afectará a «casi todos».
A nivel global, la organización estima que los puestos de trabajo con mayor riesgo de automatización -fundamentalmente por la llegada de la IA, pero también de otras tecnologías- representan alrededor del 27% del empleo. Y eso que aún está en una fase de desarrollo «muy temprana». Por ello, consideran que la Inteligencia Artificial tendrá un «impacto significativo» en el mercado laboral a corto plazo, sobre todo en los sectores manufacturero y financiero, que han estado integrando este tipo de tecnología en los procesos de trabajo durante varios años y que a partir de ahora podrían ver sus frutos. Además, la organización prevé que impacte más en los negocios de las grandes que de las pequeñas empresas.
¿Cómo afectará esta tecnología en el mercado laboral español? La OCDE sitúa a España ligeramente por encima de la media, con un 28% de empleos en riesgo de automatizarse en los próximos años, casi uno de cada tres. En otros países con mayor peso de las manufacturas o la industria -como Hungría o República Checa- se supera el 35% de trabajos en riesgo.
Los países donde menos puestos peligran por la irrupción de la Inteligencia Artificial son Luxemburgo y Reino Unido, ambos por debajo de la franja del 20%. En un nivel inferior a la media de la OCDE también se sitúan Estados Unidos, Suiza, Irlanda y Bélgica.
Ante este horizonte, el organismo aseguró que se requiere una «acción urgente» para garantizar que la IA se use «de manera responsable y confiable en el lugar de trabajo», sobre todo por los «serio desafíos éticos» que pone sobre la mesa. Desde la protección y privacidad de datos, hasta la transparencia y responsabilidad, pasando también por «el sesgo y la discriminación». Sobre ello, la OCDE indica que «hay muchos ejemplos de herramientas de contratación de IA que han incorporado prejuicios humanos contra las mujeres, las personas con discapacidad y las minorías étnicas o raciales» a la hora de seleccionar personal.
Impacto en los servicios Uno de los sectores que se están transformando con la irrupción de esta tecnología es el del gran consumo y la restauración, pero desde la asociación de fabricantes y distribuidores (Aecoc) no lo ven como un problema, sino como una oportunidad de «aportar valor diferencial» al mejorar el servicio al cliente, ahorrar tiempo y generar una experiencia más personalizada.
En un análisis realizado por la asociación, Aecoc detecta que los usos más comunes de aplicaciones de IA en el gran consumo y la restauración son en la atención al cliente -con el uso de herramientas como ChatGPT que es capaz de responder preguntas de los consumidores a través de chatbots-, en la recomendación de productos, rastreo de inventario, planificación de compras de los clientes o automatizar el proceso de reservas creando chats capaces de procesar las peticiones y confirmar la disponibilidad de mesas en tiempo real.