El director general de la Policía y mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, recordó este miércoles que tras los atentados del 17-A en Barcelona y Cambrils hubo “dificultades para mantener una relación de lealtad” por parte de mandos policiales de la etapa de Mariano Rajoy, quienes alentaron una “campaña de desprestigio” contra los Mossos d’Esquadra. Trapero señaló entre los responsables de dicha campaña al exsecretario de Estado de Seguridad, José Antonio Nieto, quien difundió informaciones falsas para “responsabilizar” a los Mossos de los atentados.
Trapero hizo estas declaraciones durante su comparecencia en la comisión de investigación de los atentados del 17-A, donde aseguró que estas “campañas de desinformación y desprestigio” atacaron a los Mossos de forma “injusta” a pesar de su gestión “excelente” de los atentados.
“Se intentó culpar a los Mossos”
“Lo preocupante no es que se distorsione la realidad, sino que se intentaba hacer llegar a la ciudadanía que algo que había hecho mal el cuerpo de Mossos había originado o posibilitado estos atentados”, afirmó Trapero.
El mayor defendió que la actuación de los Mossos durante los días de los atentados se realizó “con transparencia, rigor, profesionalidad”, tal como lo pudo “ver toda la ciudadanía”, así como “jueces y fiscales”.
Trapero también respondió a las acusaciones de mandos del Ministerio del Interior de la época, como el exministro Juan Ignacio Zoido, José Antonio Nieto o el excomisario José Luis Olivera, quienes culpaban a los Mossos de no haber realizado un control preventivo de las mezquitas.
Según Trapero, la responsabilidad del control era “compartida” entre los tres cuerpos policiales: Mossos, Policía Nacional y Guardia Civil.
El papel del imán de Ripoll
Trapero consideró que habría sido “difícil” detectar las intenciones de Abdelbaki Es Satty mediante el control de la mezquita de Ripoll, ya que el propio imán evitaba que el lugar se convirtiera en un foco de radicalización. Recordó que Es Satty no constituyó la célula terrorista en la mezquita y ordenó a sus miembros no mostrar signos de radicalismo en ese centro de culto.
También subrayó que los Mossos no tenían “ninguna responsabilidad” en el control de precursores como los utilizados por los terroristas. Sin embargo, se mostró convencido de que un control más estricto por parte del CITCO, organismo legalmente encargado de esta competencia, tampoco habría permitido detectar la célula.
El mayor destacó la “colaboración leal” del CNI con los Mossos durante la investigación. Trapero recordó que, tras los atentados y antes de que se hiciera pública la identidad de Abdelbaki Es Satty, el CNI informó a los Mossos de que habían tenido contacto con él en el pasado, aunque hacía tiempo que no había relación. No obstante, admitió que “nadie” informó a los Mossos sobre Es Satty antes de los atentados.
A favor de una ley de víctimas
Trapero abogó también por la necesidad de una ley de víctimas. “Corremos mucho en el primer día, y la semana siguiente ya queda poca gente, pero las secuelas no se solucionan con tres horas de psicólogo, sino en muchos meses”, afirmó. Según el mayor, trató esta cuestión con la consellera Meritxell Parlón esta misma semana.