La última tragedia migratoria del Mediterráneo se ha descubierto en la mañana de este domingo en una playa de Cutro, una localidad de la región de Reggio Calabria, en el sur de Italia. Entre la arena y flotando en el agua han sido encontrados los cuerpos sin vida de al menos 43 personas, entre ellos el de un recién nacido y varios niños, que se habrían ahogado al hundirse el barco con el que habían zarpado desde Turquía para tratar de llegar a Europa. Hay 80 supervivientes del naufragio, pero todavía quedan otros cadáveres en el mar, por lo que se teme que aumente el balance final de fallecidos.
La estimación inicial apuntaba a que había unas 250 personas a bordo, en su mayoría provenientes de Irán, Afganistán y Paquistán. Los Carabinieri han reducido posteriormente la cifra a 130 migrantes, aunque todavía no es definitiva. En la zona ya hay varios grupos de agentes de este cuerpo y de la Policía para recuperar los cadáveres y aclarar cómo pudo producirse el desastre. Según el testimonio de los supervivientes, la embarcación con la que intentaban alcanzar las costas calabresas estaba sobrecargada y debido al fuerte oleaje, esta madrugada acabó chocando contra unos escollos y rompiéndose en dos de improviso, sin darles ni siquiera tiempo a pedir ayuda.
Tras el naufragio, que habría tenido lugar a poca distancia de la costa, algunos de los migrantes consiguieron llegar a nado a la playa, pero muchos acabaron ahogándose. Las imágenes son dantescas, con cuerpos sin vida y restos de la embarcación dispersos a lo largo de decenas de kilómetros de costa. Los forenses levantan a estas horas los cadáveres de las víctimas.
Varias patrulleras y un helicóptero de la Guardia Costera están peinando la zona del naufragio para buscar supervivientes y recuperar los cuerpos. La primera ministra, Giorgia Meloni, mostró su «profundo dolor» por esta nueva tragedia, que consideró fruto de un comportamiento «criminal» e «inhumano». Confirmó además el compromiso de su Gobierno para tratar de impedir que zarpen estas embarcaciones, para lo que exigió «la máxima colaboración» de los países de origen y de tránsito, e invitó finalmente a «no especular con estos muertos tras haber exaltado la ilusión de una inmigración sin reglas».
La trampa del Mediterráneo Según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en lo que llevamos de año han muerto o desaparecido tratando de llegar a Europa cruzando el Mediterráneo 143 migrantes, una cifra a la que habrá que sumar el dato final de fallecidos en esta nueva tragedia. En estos dos primeros meses de 2023 Italia está viviendo un fuerte repunte en las llegadas de desplazados y refugiados por el Canal de Sicilia: hasta el viernes eran más de 14.100, frente a los 5.300 del mismo período del año anterior y 4.300 de 2021.
Pese a este aumento y el consecuente riesgo de que haya nuevos naufragios, el Gobierno de Giorgia Meloni ha dificultado la labor de las naves de la ONG que realizan salvamentos en el Mediterráneo Central. El pasado jueves el Senado de Roma aprobó el decreto ley que obliga a estas organizaciones humanitarias a cumplir con un código de conducta que dificulta las operaciones de rescate, con multas de hasta 50.000 euros y dos meses de inmovilización del barco. El buque ‘Geo Barents’, fletado por Médicos Sin Fronteras, ya ha sufrido las consecuencias de la ‘mano dura’ de las autoridades italianas con las ONG y está desde el viernes bloqueado en el puerto siciliano de Augusta. Puede caerle además una sanción de hasta 10.000 euros.
En la zona también opera el buque ‘Aita Mari’, de la organización vasca Salvamento Marítimo Humanitario (SMH), que este sábado desembarcó en el puerto de Ortona, en la región central de los Abruzos, a las 40 personas que socorrió el martes cuando viajaban en un bote de chapa sobrecargado a 44 millas de Lampedusa, la isla italiana ubicada en el centro del Mediterráneo. Entre los supervivientes hay 11 mujeres y 2 niños de 7 meses y 2 años de edad.
Contradicción legal SMH lamentó que las autoridades italianas obligaran a que desembarcara a estos migrantes a un puerto que estaba a 750 millas, lo que supone «varios días de navegación, algo que contradice las leyes marítimas», al tiempo que aumenta «el sufrimiento de las personas supervivientes que llevan meses en procesos migratorios durísimos en los que ven vulnerados constantemente sus derechos más básicos».
El Papa también se ha referido esta mañana a la tragedia durante la tradicional ceremonia del ángelus en el Vaticano. Francisco ha señalado que Rezo por cada uno de ellos (los fallecios) y los desaparecidos. Agradezco a todos los que han aportado su ayuda y están acogiendo. La Virgen sostenga a estos hermanos y hermanas».