Teletrabajo cinco años después de la covid: se reducen los días de trabajo en remoto y la presencialidad gana peso

Los sindicatos denuncian que hay empresas que retiran la opción telemática porque quieren reestructurar plantilla

13 marzo 2025 14:39 | Actualizado a 13 marzo 2025 14:51
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Cinco años después del estallido de la covid, que obligó a confinar gran parte del mundo, el teletrabajo se ha estabilizado como una opción para el 16% de los ocupados, pero con una tendencia a reducir los días de trabajo en remoto. Si bien en 2021 los empleados que trabajaban desde casa la mayoría del tiempo duplicaban a los que solo lo hacían ocasionalmente, en 2023 la tendencia ya se había invertido. En los últimos meses, la presencialidad ha ganado peso en todo el mundo, con empresas como Amazon o Dell anunciando el regreso a la oficina. Aunque en Catalunya no se detectan pasos atrás generalizados, instituciones como la Generalitat han retirado la opción para los altos cargos. Además, hay empresas que amenazan con retirar el teletrabajo como una forma de despidos encubiertos.

La pandemia de covid-19 confinó gran parte del mundo y causó 7 millones de muertes, lo que obligó a cambiar las dinámicas laborales e imponer el teletrabajo. Con la entrada en vigor del estado de alarma el 15 de marzo de 2020, el trabajo en remoto se disparó con un salto del 8,6% al 17,7% del total de ocupados en Catalunya en un año, según la Encuesta de Población Activa del INE.

La obligación de trabajar desde casa durante los meses de mayor impacto de la covid cambió dinámicas y digitalizó rápidamente muchas tareas presenciales, como las reuniones. “Fue una medida aplicada de forma rápida, urgente, un poco anárquica, para dar respuesta a una situación crítica que vivíamos con una alta intensidad de afectación de la pandemia”, ha dicho Josep Ginesta, secretario general de la patronal Pimec.

En 2021 se alcanzó el máximo histórico hasta ahora de esta modalidad (18,8%), y desde entonces se ha moderado, registrando de media en 2023 un 14,2%, aunque los últimos datos trimestrales del INE apuntan a un repunte en 2024 hasta el 16%. Durante toda la postpandemia, Catalunya se ha situado entre uno y dos puntos por encima del conjunto español en teletrabajo. Los datos incluyen a los autónomos que trabajan desde casa.

El teletrabajo ocasional ya gana al habitual

La secretaria de Acción Sindical de CCOO, Cristina Torre, señala que el teletrabajo habitual ha disminuido desde el estallido de la pandemia, pero, en cambio, se ha incrementado el esporádico. “El teletrabajo esporádico es un elemento valorado muy positivamente como una medida de flexibilidad y de poder organizar mejor la vida familiar y social”, ha dicho.

En este sentido, los datos reflejan una tendencia a la reducción de los días de teletrabajo entre los que lo hacen. Si bien en 2021 los que declaraban trabajar desde casa la mayoría de los días duplicaban a los que solo lo hacían ocasionalmente, en 2023 la tendencia se había revertido: los que lo habían hecho puntualmente pasaron en dos años del 6,5% al 7,8%, y los que lo hacían la mayor parte del tiempo cayeron del 12,3% al 6,4%.

En este sentido, en espacios como los coworkings han notado cómo desde 2020 ha habido una evolución hacia un modelo que combina la presencialidad con el teletrabajo, con las empresas haciendo esfuerzos para atraer a los trabajadores a las oficinas.

“La mayoría de nuevas contrataciones vienen con un modelo híbrido”, apunta el responsable de la gestora de coworkings Wojo en la península Ibérica, Fernando Sánchez-Crespo. Los espacios de coworking y oficinas como el que gestiona Wojo en Poblenou, ya hace dos o tres años que pasan de tener unos 600 trabajadores de martes a jueves a tener una cincuentena lunes o viernes.

“La gente se ha acostumbrado al teletrabajo y hemos visto que un espacio antes de la pandemia era para 10 personas y ahora puede ser para 30 porque la gente rota. Hemos notado una presencialidad muy elevada en las oficinas los martes, los miércoles y los jueves, pero cada vez está viniendo más gente a la oficina, hace dos años venían un día o dos y ahora ya estamos entre los tres o cuatro”, afirma Marta Gràcia, de la misma manera, la consejera delegada, de la empresa de coworking y oficinas privadas Cloudworks.

La mitad de los que podrían teletrabajar por el tipo de trabajo no lo hacen

Las cifras sobre la posibilidad que ofrecen las empresas para trabajar desde casa se mantienen estables en los últimos años. En números redondos y según la encuesta sobre equipamiento y uso de las TIC del INE, seis de cada diez empleados no han desarrollado su actividad laboral desde casa porque el trabajo que desarrollan no se lo permite, una proporción que prácticamente no se ha movido desde la pandemia. Alrededor de dos de cada diez han teletrabajado el último año y, los dos restantes no lo han hecho, pero tendrían la posibilidad de hacerlo por el tipo de actividad que realizan. Es decir, la mitad de los que podrían hacerlo por la naturaleza de su oficio no lo hacen.

El motivo de esta circunstancia, según la misma encuesta, en la mayoría de los casos (56,2%) es que la empresa no tiene medios tecnológicos para aplicar el teletrabajo, y el resto se divide entre los que dicen que su hogar no está preparado para hacerlo (31,7%) y los que se encuentran con la negativa de la empresa (8,9%).

“Lamentablemente, la situación de los alquileres en Barcelona no ayuda a que la gente pueda teletrabajar. Nos encontramos con gente que vive en un piso de dimensiones reducidas y que no tiene un espacio físico para teletrabajar y nuestro edificio suplir esas carencias”, detalla el responsable del coworking Wojo en la península Ibérica.

Regulación “rígida”

El secretario general de Pimec añade que un factor “que no es menor” para hablar de la incidencia del teletrabajo en España es la regulación que “tiende a ser rígida” y ha hecho que “muchas empresas tengan un cierto vértigo al teletrabajo”. Coincide en pedir una regulación más flexible el responsable de Relaciones Laborales de Foment del Treball, Javier Ibars, que ve “contraproducente” la normativa porque provoca dificultades burocráticas y sobrecostos a las empresas.

La regulación adoptada en 2022 por el gobierno español incluía la obligación de cerrar un acuerdo de teletrabajo entre trabajador y empresa, que esta modalidad siempre debía ser voluntaria y que se debían compensar los gastos de los suministros.

En cambio, la secretaria de Acción Sindical de CCOO, Cristina Torre, considera que si no fuera por la regulación “algunas empresas habrían cerrado oficinas y enviado a todos a casa”. Según Torre, el teletrabajo ocasional -el que se hace menos de la mitad de días- ha crecido porque es lo que se puede hacer sin cerrar un acuerdo individual con el trabajador.

Herramienta de reestructuración

En los últimos meses, varias empresas han anunciado pasos atrás en el teletrabajo a sus plantillas en Catalunya. La más grande es la Generalitat, que anunció el 29 de enero que el trabajo en remoto se eliminaba para los altos cargos. Los expertos consultados por la ACN lo atribuyen a una decisión política más que a una tendencia del mercado.

Los sindicatos enmarcan el resto de anuncios de empresas como la energética Holaluz, la compañía de videojuegos Ubisoft o la de telemarketing CPM en una estrategia empresarial para abaratar despidos, aprovechando que el teletrabajo es una característica muy valorada por los trabajadores.

“Cambiar el sistema de trabajo afecta mucho a los trabajadores que se han organizado la vida, sobre todo en áreas metropolitanas donde la vivienda es carísima. Cuando les quitan la posibilidad lo que están haciendo es forzar que abandonen la empresa en lugar de pagar las indemnizaciones que corresponderían”, apunta la secretaria de Acción Sindical de CCOO, Cristina Torre.

“Se trata de despidos encubiertos”

En el caso de la empresa de videojuegos Ubisoft, los trabajadores han demandado a la compañía por modificación de condiciones sustanciales de trabajo ilegales, precisamente, por los cambios que quieren imponer en el teletrabajo. Hasta ahora, los trabajadores podían teletrabajar el 60% del tiempo, eligiendo los días que mejor les vinieran. Ahora, la compañía ha impuesto a la plantilla tres días obligatorios de presencialidad, reduciendo un 33% los días de teletrabajo.

La plantilla ha rechazado una medida que creen que no servirá para reconducir los malos resultados de la empresa y que genera complicaciones a muchos trabajadores. En algunos casos, los trabajadores se habían mudado fuera de Barcelona buscando vivienda más asequible. “Había gente que disponía del 100% de teletrabajo porque vivían muy lejos o cuidaban a alguien dependiente”, detalla uno de los delegados sindicales a la ACN, quien explica que muchos de los trabajadores que han dejado la empresa “citan la pérdida del teletrabajo como uno de los factores importantes para tomar la decisión”.

“Nos están reduciendo derechos por causas contra las que hace mucho que estamos advirtiendo. No nos pueden justificar que el teletrabajo sea un problema importante. Hace tiempo que denunciamos que se trata de despidos encubiertos y de un deterioro de las condiciones de trabajo a propósito sin justificar”, explica uno de los empleados de Ubisoft, propietaria de la franquicia Assassin’s Creed.

El papel de los jóvenes

El grado de apreciación del teletrabajo es especialmente alto entre las personas que tienen que conciliar con la vida familiar pero también entre los empleados más jóvenes que “buscan un paradigma laboral absolutamente diferente”.

“En este momento nos encontramos con empresas más bien clásicas y con una manera de trabajar en grupo y con unos jóvenes que no han visto las bondades de hacerlo y se piensan que es lo mismo trabajar individualmente”, apunta Montse Cerqueda, decana del Colegio de Graduados Sociales de Barcelona Lleida y Girona, que defiende que “se interactúa diferente” en los encuentros presenciales o en línea.

Polémica por el teletrabajo en Estados Unidos

La polémica por el teletrabajo también ha llegado a Estados Unidos, con Donald Trump exigiendo a los funcionarios que trabajan a distancia que regresen a la oficina. El presidente estadounidense cuestionó si realmente trabajaban las horas necesarias, asegurando que “la productividad es dudosa”. También, en los últimos meses, grandes empresas como Amazon, Dell o JP Morgan han pedido a sus empleados que vuelvan a las oficinas.

En este sentido, el responsable del grupo de coworking Wojo en la península Ibérica, Fernando Sánchez-Crespo, ha asegurado que “las grandes empresas marcan tendencia” y que es probable que generen un efecto arrastre. Sin embargo, la situación en los coworkings que gestionan en Barcelona no ha cambiado significativamente en los últimos tiempos, manteniéndose la tendencia de seguir un modelo híbrido de dos o tres días de teletrabajo.

Precisamente, algunos de los usuarios de los coworking de Wojo han notado que algunos de los clientes de Estados Unidos con los que trabajan están retrocediendo en su adopción del teletrabajo. “Ahora estamos en un péndulo, volviendo a que todo sea más restrictivo”, ha dicho David Seoane, planificador de proyectos de Vectis Advisor, quien asegura que en Barcelona aún no se está notando este retroceso.

“En Barcelona no [ha llegado], tenemos la visión de que el teletrabajo nos trajo cosas muy buenas, como la integración de las dos esferas de tu vida”, ha añadido.

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