La viróloga Maripaz Sánchez-Seco, que lidera el equipo que ha logrado la secuencia completa de la bacteria causante de la viruela de mono, asegura que este virus se quedará en un brote y no llegará a ser una pandemia porque aunque, se están registrando más casos, «seguramente se controlará bien».
Sánchez-Seco ha descartado que la propagación de esta enfermedad llegue a ser alarmante porque, aunque todavía «estamos ascendiendo», se están poniendo las medidas de control, de aislamiento de los casos positivos y seguimiento de los contactos, por lo que llegará «un momento en que esto se calme».
Además esta experta, responsable del laboratorio Arbovirus y enfermedades víricas importadas del Centro Nacional de Microbiología, ha indicado que en principio, con las secuencias que ya se han depositado en otros países y los análisis que se han hecho, no hay ningún cambio que pueda indicar «a día de hoy» que pueda haber una posible mutación del virus.
No obstante, Sánchez-Seco ha advertido de que es algo que se tiene que estudiar en profundidad porque es «un virus grande, el genoma es complicado y se tiene que analizar bien si puede haber algún cambio».
La investigadora de este centro de referencia nacional ha desvelado que ya se están haciendo pruebas PCR en los hospitales, y ha anunciado que la semana empezarán a salir «PCR comerciales» al estilo de las que se desarrollaron para detectar la covid.
«Creo que esto se controlará con el aislamiento de casos positivos y con el control de contactos. Lo que yo no sé es cuánto va a extenderse el brote y cuánto vamos a tardar en controlarlo», ha confesado.
Sánchez-Seco ha asegurado que es posible que la viruela del mono se pueda transmitir a las mascotas porque es una zoonosis y no se sabe muy bien cuanto es el reservorio animal, por lo que se está recomendando a los pacientes que se aíslen de sus animales en casa.
Ha apuntado que, en cualquier caso, esto también se está estudiando desde el Ministerio de Agricultura para que, en caso de haber alguna sospecha, se pueda tomar alguna medida.
En su opinión, no es urgente la llegada de vacunas en estos momentos, si bien ha dicho que «tal vez sería deseable» en el caso de que no se lograra controlar la situación con las medidas actuales.
Ha señalado que este brote de viruela del mono es una llamada a investigar lo que está pasando en los países en vías de desarrollo porque, ha lamentado, «solo respondemos mayoritariamente cuando nos llega a nosotros».
Como ejemplo ha indicado que sería «muy interesante» saber lo que está pasando con este virus en su origen, en África, algo que no se ha hecho hasta ahora porque los países ricos, al no verse afectados, no le interesaba investigarlo.
En cuanto a cómo se transmite este virus, ha destacado que fundamentalmente por contacto directo con lesiones o con fluidos corporales de un paciente, como la saliva, y en casos de contactos estrechos a través de gotitas, no aerosoles, hasta el momento.
«El mecanismo de transmisión es siempre el contacto estrecho», ha agregado, al tiempo que ha explicado que no es necesario que la población en general tome medidas, salvo que alguien haya tenido alguna conducta de riesgo o si aparecen lesiones compatibles con este virus.
En este caso, ha apuntado, hay que ir al hospital y preguntar, porque ellos se ponen en contacto con Salud Pública para evaluar la situación.
Por otra parte, ha destacado la importancia de que se haya obtenido la secuencia completa del virus que causa esta enfermedad porque va a permitir a la comunidad científica «tener más información» para poder hacer una trazabilidad de la viruela y conocer a ciencia cierta de dónde ha venido.
También ayudará a estudiar la secuencia del virus y ver si hay algún tipo de cambio que pueda justificar una mayor transmisión del mismo o sea diferente a la que se conoce hasta ahora. «Para eso nos va a servir», ha apostillado.
Cortar la cadena de transmisión
Aunque parece que el virus causante de la viruela del mono (Monkey Pox) presenta unos «síntomas evidentes», no se transmite tan eficientemente como otros virus y su letalidad se estima en el 1 %, «debería preocuparnos» porque hasta ahora no se habían producido brotes a escala global y lo «esencial» es «cortar cuanto antes» la cadena de transmisión para evitar su propagación.
Así, el virólogo Rafael Sanjuán, profesor titular de Genética de la Universitat de València, señala que los niños son «más sensibles» a este virus que los adultos, a diferencia del de la covid, ya que los mayores recibieron la vacuna de la viruela, que dejó de administrarse en los años 70, y están «bastante protegidos» contra el mismo.
Según este investigador del Instituto de Biología Integrativa de Sistemas (I2SysBio), centro mixto de la Universitat de València y del Consejo de Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), es un virus «poco frecuente en humanos pero tiene capacidad de afectar a especies de roedores, primates o diferentes tipo de mamíferos», y aunque no se «conoce muy bien el reservorio animal que tiene, se sabe que el origen es siempre a partir de ellos hacia los humanos».
Considera que «deberíamos preocuparnos» porque hasta la fecha «no ha habido ningún brote de este virus a esta escala. Ha habido brotes abundantes en África Ecuatorial y a principios de siglo uno en Estados Unidos, pero a escala global no se había dado el caso. Lo preocupante ahora es esta cadena de transmisión que estamos viendo».
«No sabemos qué ha cambiado, si ha habido una cadena de transmisión un poco desafortunada que ha hecho que, de repente, haya muchas personas contagiadas de golpe, o si el virus puede haber modificado alguna propiedad, aunque parece que no porque las secuencias que se han sacado hasta ahora son bastante similares a las del virus ya conocido», señala.
Tampoco se conoce, apunta, «si podría haber algún reservorio animal que no esté solo en África, sino que haya salido de allí y eso pueda darnos más contacto con el virus. Ahora mismo todos son preguntas y lo esencial es cortar cuanto antes la cadena de transmisión para evitar que se propague, evidentemente». A su juicio, «lo bueno que en principio tiene este virus es que parece que los síntomas son muy evidentes», aunque tiene un periodo de incubación de una o dos semanas en los que hay «una ventana de transmisión muy difícil de controlar», y que «no se transmite tan eficientemente como otros».
Así, explica, se podría tratar de cortar la transmisión mediante una «estrategia de anillo» que supone ir trazando contactos para aislarlos o administrarles vacunación, aunque descarta que deba haber una «vacunación a escala masiva».
El cambio climático
Señala que aunque ahora estamos «más alerta» y hay «más vigilancia» a raíz de la pandemia de covid-19, hay factores que pueden ayudar a que exista más riesgo de zoonosis, como el cambio climático, que pude ayudar a que los insectos, que están cada vez en latitudes más altas, puedan facilitar la transmisión de los virus.
También indica que se deberían «revisar» ciertas costumbres y llevar un mayor control en la alimentación a partir de animales salvajes, así como tener en cuenta otros factores como la globalización o el transporte a gran escala, que «favorece que el virus se propague».
Respecto al contagio del virus del mono, señala que en principio es por contacto estrecho entre personas, aunque precisa que no es un virus que esté adaptado en humanos, a diferencia del de la viruela clásica.