Nuevos documentos sonoros han confirmado la conexión de la exsecretaria general del PP y exministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, con la operación Catalunya. Se trata de unas conversaciones entre la exdirigente popular y el comisario José Manuel Villarejo, que ha hecho públicas RAC1.
En estas grabaciones, ambos comentan encuentros con Alícia Sánchez Camacho para obtener información sobre líderes del entorno independentista y hundir a Artur Mas, gestiones para realizar pagos a Victòria Álvarez, la examante de Jordi Pujol Ferrusola, o para abonar facturas pendientes a Javier de la Rosa, una de las fuentes de esta trama. Además, estos audios también apuntan a que el exalcalde de Sabadell, Manel Bustos, habría actuado como informador de la policía patriótica.
Las nuevas grabaciones se han hecho públicas coincidiendo con la comparecencia de Camacho y Cospedal este lunes en la Comisión de Investigación sobre la operación Catalunya en el Congreso.
Conspiración para alterar las elecciones catalanas de 2012
Una de las conversaciones difundidas muestra cómo Villarejo y Cospedal recuerdan haber conspirado juntos para alterar el resultado de las elecciones al Parlament de Catalunya de 2012. Durante la campaña electoral en la que Artur Mas encabezaba la lista de CiU, se publicaron informaciones sobre supuestas cuentas bancarias en el extranjero de Mas y Jordi Pujol. En aquellos comicios, CiU pasó de 62 a 50 diputados, lo que permitió a ERC remontar de 10 a 20 diputados y firmar el Pacte per la Llibertat, que comprometía al Govern a organizar la consulta soberanista del 9 de noviembre.
En esta misma línea, los documentos sonoros recogen conversaciones en las que el policía y la exdirigente del PP reconocen que llegaron a un acuerdo con la expareja de Jordi Pujol Ferrusola, Victòria Álvarez, para que en 2012 denunciara ante la Audiencia Nacional que los Pujol tenían cuentas en Andorra. Concretamente, Villarejo explica que Alícia Sánchez Camacho prometió a Álvarez que le pagaría 50.000 euros.
El comisario asegura que Álvarez es como una “vampira” y explica que confía en poder arreglar la situación:
“En su momento le dije a Alícia que no podía prometerle a esta tía que le daría 50.000 euros y después cortarle la comunicación”, advierte Villarejo.
Asimismo, avisa a la secretaria general del PP de que, si no la mantienen contenta, quizás Álvarez acaba “cantando”. Por todo ello, insiste en la necesidad de pagarle para que siga callada y asegura que él mismo se encargará de que no hable.
Presiones a los jueces de la Audiencia Nacional
Por otro lado, Cospedal y Villarejo también recuerdan cómo presionaron a los magistrados de la Audiencia Nacional para que persiguieran a los líderes independentistas. Explican que el juez Pablo Ruz rechazó la denuncia de Álvarez porque sospechó que podía ser un montaje y no abrió ninguna causa.
“¿Recuerdas lo que nos costó que Pablo Ruz admitiera la denuncia?”, pregunta Villarejo a Cospedal, que responde: “Claro que me acuerdo, divinamente”.
Entonces, el comisario añade:
“Y tuvimos que tocar en la Audiencia”.
En otro momento de la grabación, la entonces secretaria general del PP también promete a Villarejo que hablará con la fiscalía para destruir a otro de sus objetivos: Oriol Junqueras.
Además, Villarejo reconoce que tiene una nueva fuente, el exalcalde de Sabadell, Manel Bustos, quien en ese momento ya estaba salpicado por el caso Mercuri. El comisario relata que el socialista se ha ofrecido a proporcionarles información sobre los nuevos dirigentes de ERC a cambio de que la fiscalía deje de perseguirle.
En otro momento de la conversación, el policía también aprovecha para pedir a Cospedal que pague la deuda de Javier de la Rosa, que había adelantado el propio Villarejo. Le propone hacerlo a través de la empresa de residuos Enresa, para poder compensar el pago al financiero a cambio de información sobre líderes soberanistas.
