Los precios de los alimentos navideños han aumentado un 10% en el mes de diciembre en comparación con finales de noviembre, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), especialmente los mariscos como los percebes, que son el producto que más ha subido (68,8%), seguido de las almejas (36,9%).
Después, los productos con mayores subidas son la merluza (29,7%), las ostras (11,6%), el besugo (8,6%) y la lubina (7,6%), según ha informado la OCU este sábado en una nota de prensa.
En el caso de la carne, las subidas son más moderadas, con el cordero en cabeza (6,8%) y a continuación la pularda (4%), el redondo de ternera (1,7%) y el jamón ibérico de cebo (1,3%).
La OCU sigue desde 2015 la evolución de los precios de una serie de alimentos típicamente navideños y de gran demanda en estas fechas, en mercados municipales, supermercados e hipermercados de Albacete, Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Murcia, Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza.
En concreto, la OCU analiza el precio de 16 productos: el cordero lechal para asar por cuartos, el redondo de ternera, la pularda, el pavo, el jamón ibérico de cebo al corte, la lombarda, la piña, la granada, el besugo, la lubina de acuicultura, la merluza al corte, las angulas, los langostinos cocidos, los percebes gallegos, las almejas y las ostras.
Productos doce
En el observatorio del mes de diciembre, de todos estos productos doce han subido de precio y los cuatro restantes han bajado: las angulas (un 1,7% menos respecto a noviembre), los langostinos (-4,5%), la piña (-5,5%) y la lombarda (-6,1%), que es el producto que más baja.
En comparación con el año pasado, los precios han subido de media un 1,2%, por lo que hay una moderación de las subidas en comparación con otros años, pero pese a ello seis productos de los 16 analizados están en su nivel más alto desde 2015, concretamente el redondo de ternera, el cordero, la pularda, el pavo, la granada y las almejas.
La OCU recomienda adelantar las compras (sobre todo en marisco y pescado) y sustituir los productos más caros por otros alternativos más económicos que, aunque tengan menos demanda, pueden resultar «igual de interesantes desde un punto de vista nutricional».