Lear invierte 50 millones de euros en Valls en 5 años

La compañía suministra módulos electrónicos a 82 clientes del sector del automóvil con presencia en 235 destinos desde su centro productivo en la capital del Alt Camp

19 mayo 2017 17:58 | Actualizado a 21 mayo 2017 15:20
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Eléctrico, autónomo y conectado. Así es el coche del futuro más inmediato. Fabricantes de automóviles y componentes trabajan en vehículos con 0 emisiones, posibilidad de conducción autónoma en determinadas circunstancias y miles de sensores y módulos electrónicos que permitan la conectividad entre coche y conductor, entre vehículo y vehículo y entre éstos e infraestructuras y equipamientos como semáforos y aparcamientos.

Lear Corporation hace tiempo que lo tiene claro y por eso dejó la fabricación de componentes donde podía aportar poco valor (como el cableado que producía en sus plantas de Cervera y Roquetes) y decidió apostar por la especialización en sistemas de distribución eléctrica y electrónica. Una decisión estratégica que explica por ejemplo que el vallense Joan Jordà (que trabaja en la compañía desde 1995 , empezó su trayectoria profesional en el departamento de I+D y estuvo en el equipo que diseñó el primer producto electrónico producido en la capital del Alt Camp), fuera nombrado el pasado mes de mayo director de Operaciones Electrónicas de Lear en Europa y África, con responsabilidad sobre 54.000 empleados y más de 70 sites en 19 países.

Eso y que el centro productivo de la capital del Alt Camp, que en 2008 y 2009 sufrió el azote de la crisis y los efectos de la falta de competitividad respecto al norte de África y Europa del este, haya crecido desde entonces en volumen de negocio e inversiones en plena recesión y en un mercado tan competitivo como el del automóvil.

De 5 a 15 millones anuales

Dirección y sindicatos supieron reaccionar a tiempo con un plan de contención del gasto, especialización, orientación al cliente e innovación con recursos propios que les ha permitido resistir y convertirse en el centro tecnológico de la división de sistemas de distribución eléctrica y electrónica de la multinacional para Europa y África.

Desde entonces la compañía ha ido aumentado su inversión en el complejo industrial de Valls año a año. Así si en 2011 destinó 5 millones a las instalaciones vallenses, en 2014 y 2015 se dedicaron 15 millones anuales y el importe total desembolsado en los últimos cinco ejercicios asciende a 50 millones de euros, de los cuales más de un 20% han sido para proyectos de investigación, desarrollo e innovación.

Un alto ritmo inversor relacionado, por un lado, con la innovación inherente a la industria del automóvil, pero también con que la planta productiva y el centro tecnológico de Valls se ha situado como un referente dentro del grupo en el desarrollo de sistemas de distribución eléctrica y electrónica del grupo y exporta el 90% de sus producción a 82 clientes que se encuentran en 235 destinos diferentes. De hecho, las instalaciones del polígono industrial vallense tienen el único laboratorio certificado en todo el Estado español para trabajar y validar productos para determinados clientes del sector de la automoción.

La evolución de la facturación también ha sido positiva. El pasado ejercicio alcanzó los 260 millones de euros, un 10% que en 2014.

Lear Corporation fabrica en Valls once millones de componentes cada día (seis días por semana) y efectúa 190.000 horas anuales de testeo en laboratorio.Su producción es de gran complejidad. No en vano, fabrican productos que tienen hasta 2.500 componentes.

18 nacionalidades

La empresa emplea en Valls a 1.200 trabajadores, de los cuales unos 500 son universitarios, en su mayoría ingenieros. Otras dos características de su plantilla son su procedencia internacional y su relativa juventud. La compañía cuenta con empleados de 18 nacionalidades cuya edad media es de 36 años.

La captación de nuevo talento es una de sus prioridades. Prueba de ello es que la empresa se ha quedado el 85% de los alumnos que ha acogido en prácticas el último año, un 80% de ellos estudiantes de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y un 20% de la Politècnica de Catalunya (UPC). En este sentido, la empresa impartió más de 28.000 horas de formación el año pasado, buena parte de ella en inglés.

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