El Ayuntamiento de Girona ha querido recordar este lunes a Ramon, el vecino de la ciudad asesinado por Estado Islámico, mientras hacía turismo en la ciudad de Bamian en Afganistán. Desde la plaça del Vi, el alcalde de la ciudad, Lluc Salellas, ha condenado unos hechos que ha señalado que “no tienen que producirse en ninguna parte”. Todos los grupos del consistorio han querido solidarizarse con los amigos y la familia de Ramon, así como con el resto de víctimas. “Nos parecía que desde el Ayuntamiento tocaba expresar el luto como ciudad. Evidentemente condenamos el fanatismo que lleva a cometer acciones como la que se produjo el pasado viernes. Lo que tenemos que hacer las instituciones es estar junto a las víctimas”, ha remachado Salellas.
Este domingo, el Estado Islámico al Grande Khorasan, una rama de la organización terrorista, reivindicó a través de su agencia de noticias el atentado. Según informaban, fueron combatientes de su organización los que abrieron fuego con ametralladoras contra “siete cristianos”, en referencia a ciudadanos occidentales, y unos cinco chiíes, según las cifras del comunicado.
Las primeras informaciones revelaron que las víctimas mortales del atentado son dos mujeres y un hombre de Girona, Figueres y Barcelona, además de un ciudadano afgano. Además, otro catalán resultó herido y dos personas más salieron ilesas. Este domingo ya se hizo también un minuto de silencio en Terrassa, en recuerdo de la farmacéutica que regentaba un negocio al barrio de las Arenas y que también perdió la vida en el atentado.
“No quedará impune”
También este domingo, el ministro de Asuntos exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, aseguró que los “crímenes” de Estado Islámico al Grande Khorasan “no quedarán impunes”. Lo hizo en la red X, después de que la organización terrorista reivindicara el atentado de Bamian.
Albares condenó el ataque y resaltó que el estado español “seguirá trabajando contra el terrorismo” y como parte de la coalición contra Estado Islámico. También explicaba que sigue la operación para repatriar a los difuntos y a los heridos.