-¿Cuáles son las causas para que un niño no coma?
- Hay muchas posibles causas, como anemia ferropénica, una infección, náuseas, etcétera. Pero la causa más frecuente es que los padres pensamos que el niño debe comer más de lo que manda su innato mecanismo de la saciedad. En un estudio publicado en ‘Appetite’ se constató que el 85% de los padres forzamos a los niños a comer más de lo que indica su propio apetito.
-Así que los padres se equivocan con las cantidades que ofrecen a sus hijos...
-Pues sí, los padres suelen equivocarse… al alza. Por eso los comités de nutrición insisten en que quizá los padres estemos contribuyendo, sin saberlo, a la actual pandemia de obesidad infantil. Aunque la obesidad es una condición multifactorial, pretender que nuestro hijo coma más de lo que necesita puede favorecer su instauración.
-Pero,¿cómo se sabe cuánta comida necesita un niño?
-Es muy sencillo: le ponemos un poco, y si se lo come todo, le preguntamos «quieres más?». ¿Que no quiere más? Pues a otra cosa mariposa...Debemos respetar su apetito, como respetamos el de los invitados.
-¿Se ha de seguir la norma de muchas abuelas de no permitir dejar nada en el plato?
-Desde luego que no. Es lo que los expertos llaman ‘el club del plato limpio’. Hoy sabemos que pertenecer a este ‘club’ incrementa el riesgo de obesidad.
-Padres desesperados ‘distraen’ a sus niños con la televisión, el móvil, la tableta… para darles de comer. ¿Qué opina de estas ‘trampas?
-Opino que son trampas, como muy bien ha indicado. Para empezar, la televisión engorda... Además del sedentarismo que promueve, es que los anuncios de comida malsana campan a sus anchas en horario infantil. Lo mismo podríamos decir de móviles o tabletas. Pero, y esto es más importante, sabemos que comer en familia, sin distracciones, es fundamental para la salud infantil.
-¿Será que prestamos demasiada atención a lo que los niños comen o dejan de comer?
-A juzgar por las encuestas, prestamos demasiada atención a que coman ‘lo que sea’, pero no a que coman saludablemente. Dos datos: un estudio publicado en la revista ‘Pediatría de Atención Primaria’ constató que lo que los padres llevamos para merendar a la salida del colegio es de todo menos comida sana: bollería, zumos envasados, batidos, natillas, flanes, etc. .. El segundo dato es más deprimente todavía: el 20% de los menores de diez años consume dos litros de ‘bebida energética’ cada mes. ¡Dos litros!
También se ha dicho que si el niño no se come un plato en la comida se le debería ofrecer en la cena. ¿Qué opina?
-Que es una práctica denigrante, antiética, que aumenta las posibilidades de que nuestro hijo nos odie, además de resultar contraproducente: cuando obligamos a un niño a comer algo, es casi seguro que en un futuro acabará presentando una aversión hacia ese ‘algo’.
- ¿Qué se puede hacer para que la comida deje de ser una batalla?
-Hace poco compartí en Twitter una frase que responde a esta pregunta: «Cada día, mi mujer y yo (dos dietistas-nutricionistas) intentamos que nuestras hijas no se levanten de la mesa sin haber... reído».