Todo surgió con la elaboración de un libro sobre los artistas del siglo XX en Tarragona. Como en tantos otros ámbitos, al terminarlo se dieron cuenta de que apenas había mujeres.
Así lo reconoce Antonio Salcedo, historiador del arte y comisario de la exposición Plural Femení, Dones artistes de les comarques de Tarragona. L’emergència (1976-1990), quien se ha empeñado en ayudar a rellenar aquel agujero.
La muestra, que se puede ver desde esta semana en el Museu d’Art Modern de la Diputació de Tarragona (MAMT), es la cuarta y última de una serie que ahora se ocupa de las artistas jóvenes (todas nacieron entre los años setenta y ochenta).
Las autoras son Sara Berga, Mar Borrajo, Anduluplandu (Elisabet Díez Rodríguez), Ester Fabregat, Mariona Moncunill, Ariadna Parreu, Núria Rion y Marta Roigé. De ellas dice Salcedo que están en pleno proceso de consolidación, pero no por eso su obra es menos valiosa o importante.
Lo primero que salta a la vista es que no se ‘casan’ con ningún medio para expresarse, la fotografía, la pintura, la escultura o las instalaciones comparten la sala.
La variedad de temas, además, no podía ser más amplia. Un ejemplo: al lado de las ilustraciones vitalistas y llenas de color de Anduluplandu, se encuentran los bordados en punto de cruz de Sara Berga. Pero atención, lea bien, en realidad las frases son mensajes que escucharon de sus agresores víctimas de abusos sexuales.
Buscando su espacio
Cuenta Salcedo que viendo las creaciones de estas mujeres se ven lejanos los tiempos de las precursoras (la investigación arranca en 1870). Se trataba, en general, de mujeres con muchas dificultades para dedicarse a la creación. Pintaban cuando los hijos habían crecido y alguna tenía que ir a clases acompañada del marido. Abundaba la pintura tradicional.
La siguiente generación que estudió Salcedo abarcó a las nacidas entre 1950 y 1975. Aquí ya se cuentan más mujeres con estudios y, en general, trabajan a tono con los movimientos artísticos de su época. Eso sí, ellas «no siempre lo tienen fácil», apunta.
En el intermedio hubo una muestra para ocuparse sólo del vídeo y de la fotografía hasta llegar a esta cuarta y última exposición.
Aunque el comisario opina que las obras de arte, una vez salen del taller de artista, hablan por sí solas, independientemente de si quien las creó es hombre o mujer, la deuda con las artistas sigue sin saldar. La muestra está, dice, en que ellas todavía no están representadas en los museos como corresponde.
