El presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, celebró este martes el acuerdo político alcanzado por los grupos parlamentarios del Partido Socialdemócrata (SPD) y la Unión Cristianodemócrata (CDU) para que el país celebre elecciones generales anticipadas el próximo 23 de febrero.
"El presidente celebra que los grupos parlamentarios hayan acordado un calendario para el voto de confianza", señaló Oficina la Presidencia de la República de Alemania en un comunicado, al aludir a la votación que tendrá lugar el 16 de diciembre según lo previsto por las fracciones de la Cámara Baja o Bundestag.
Antes de los comicios, el canciller alemán, Olaf Scholz, debe someterse a una moción de confianza que ya tiene perdida por estar en minoría.
El voto en el Parlamento constituye un paso establecido en la Ley Fundamental alemana para disolver la Cámara Baja, responsabilidad que recae sobre Steinmeier.
El presidente alemán, tras un encuentro en el palacio de Bellevue, su residencia oficial, con los líderes de los grupos parlamentarios del SPD, Rolf Müntzenich; la CDU, Friederich Merz, y Los Verdes, Britta Hasselmann y Katharina Dröge, señaló que si "el Bundestag le retira la confianza al canciller, decidirá la disolución del parlamento".
"Antes de hacerlo", según el comunicado, el "presidente mantendrá conversaciones con los líderes de todos los partidos representados en el Bundestag".
"La transparencia y la integridad del proceso electoral son requisitos esenciales para la confianza en la democracia", sostuvo la Oficina de la Presidencia, que precisó que a Steinmeier la fecha del 23 de febrero para unas elecciones generales le parece "realista".
Steinmeier apuntó además que animó a los grupos parlamentarios a dialogar sobre qué leyes aún se pueden sacar adelante, en particular las relacionadas con la "seguridad exterior" y con la "fiabilidad internacional" de Alemania.
El SPD y la CDU impulsaron este martes un acuerdo para poner en el calendario la fecha del 23 de febrero como día para las elecciones anticipadas con las que resolver la crisis política desatada tras la salida de la coalición gubernamental del hasta el pasado miércoles ministro de Finanzas, Christian Lindner, y su partido, el Liberal (FDP).