El independentismo cambia el chip y llama ahora a la participación masiva el 14-F

Mientras mantiene sus alegaciones en contra de esa fecha ante el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya, para conjurar la posibilidad de que la abstención sea protagonista

26 enero 2021 07:00 | Actualizado a 26 enero 2021 07:03
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A tres días para el inicio de la campaña electoral, el independentismo tocó ayer a rebato y llamó a los suyos a acudir en masa a las urnas el próximo 14 de febrero. Se trata de un cambio de guión de última hora, ya que hasta ahora el secesionismo se había centrado en resaltar los «riesgos inasumibles» que corrían los ciudadanos si acudían a votar o salían elegidos miembros de las mesas. Los dirigentes independentistas habían trasladado un doble discurso sobre los comicios: inseguridad sanitaria y al mismo tiempo dudas sobre la legitimidad del resultado si la abstención acaba siendo muy alta por el miedo de la gente a contagiarse.

Después de la resolución del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) –pese que aún no se ha pronunciado sobre el fondo del asunto, algo que se comprometió a hacer antes del 8 de febrero– y una vez que la mayoría de partidos ha asumido que las elecciones serán el 14-F, el independentismo cambió de estrategia. El objetivo ahora es que haya una alta participación para derrotar a Salvador Illa. «Que la gente no tenga miedo, hay que intentar que la participación sea máxima», afirmó ERC. «Hay que acudir sin miedo frente a un Estado que nos impone cuándo hay que ir a votar», apuntó JxCat.

Los efectos de una alta abstención son imprevisibles. Nadie se atreve a correr riesgos y más aún tras las últimas encuestas que apuntan a que Illa podría ganar.

Lemas y carteles

Por ello el independentismo se conjuró ayer para «darlo todo» e intentar que la abstención no sea la protagonista del 14-F, a pesar de que el Govern insiste en que, a su juicio, lo más conveniente sería aplazar los comicios.

En 2017, las elecciones catalanas registraron un máximo histórico de participación, de cerca del 80%, pero en 2012, por ejemplo, fue del 67%; y en 2006, del 56%.

El Govern tiene tan asumido que habrá comicios el día de San Valentín que el vicepresident con funciones de president Pere Aragonès y el conseller de Empresa i Coneixement Ramon Tremosa presentaron ayer a bombo y platillo un plan de ayudas con aroma electoral de 600 millones para los sectores más afectados por la pandemia (ver página 30 del Diari).

Los partidos, además, exhibieron sus lemas y carteles de campaña. Para movilizar a su electorado, el secesionismo recurrió a sus herramientas clásicas: reproches a España y promesas de independencia. JxCat aseguró que impulsará una nueva declaración unilateral de independencia si las fuerzas secesionistas superan el 50% de los votos, mientras que ERC insistió en que existe una «operación de Estado», con la participación de la justicia y de la extrema derecha para que Illa sea presidente.

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