Los trabajos para la exhumación de los restos del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera, han comenzado a primera hora de este lunes en la basílica del Valle de los Caídos a puerta cerrada y sin presencia de autoridades ni de prensa.
La operación se lleva a cabo con la máxima discreción desde las seis de la mañana y se centra en la retirada de la lápida de granito de 3.500 kilos que cubre la fosa donde descansan sus restos desde 1959, coincidiendo con la inauguración del recinto ordenado construir por Francisco Franco.
En el rebautizado Valle de Cuelgamuros se encuentran ya dos coches fúnebres para el traslado del fundador de la Falange al cementerio de San Isidro, el lugar elegido por la familia y donde están enterrados otros familiares del fundador de la Falange, como su hermanos Miguel y Pilar.
Tras la extracción del féretro, el prior de la abadía benedictina, Santiago Cantera, rezará un responso junto a los descendientes de Primo de Rivera, que son quienes han solicitado la exhumación de acuerdo a la Ley de Memoria Democrática aprobada el año pasado, que impide la presencia de restos mortales en ningún lugar «preeminente» del Valle de Cuelgamuros.