Los sindicatos se han concentrado a las puertas del Departamento de Educación, desde dónde han anunciado los cinco días de huelga. Los representantes sindicales han planteado una movilización "dura" porque aseguran que ya no podan más. Han insistido que el calendario escolar ha sido la gota que ha hecho derramar el vaso pero que hay muchas reclamaciones que vienen de lejos a las que no se ha dado respuesta.
Entre otros, también reclaman llegar al 6%b del PIB en educación, reducir las ratios estructurales, incrementar el personal de atención directa en los centros y recuperar el poder adquisitivo perdido. Aseguran que durante la pandemia se pudo observar como el sistema educativo "hacía aguas" y han lamentado que no se ha revertido nada de todo el que se pudo observar.
Los sindicatos critican también la actitud tanto de la consellería como del consejero Josep Gonzàlez-Cambray, a quien acusan de no estar dispuesto a escuchar ni a dialogar con ellos. En este sentido, los sindicatos no se han presentado a la mesa sectorial convocada por este martes. La portavoz de USTEC, Iolanda Segura, ha afirmado que no lo harán hasta que no haya un compromiso claro de negociación. Ha asegurado que hasta ahora ha estado inexistente y que en estas mesas se los llevan documentos cerrados que no se pueden modificar.
El portavoz de USOC, Carles Villallonga, ha hablado de estilo "autoritario" y Segura ha añadido que no hay "ninguna intención" por parte de Educación de aceptar cambios en su propuesta. Sobre el calendario, también lo acusan de carencia de planificación.
En este sentido, Marga Romartínez, de CCOO, ha asegurado que la propuesta de Cambray sí afecta los derechos laborales de los docentes y del resto de personal que trabaja en los centros. Ha reivindicado que si se tiene que modificar este calendario se tiene que hacer en consenso por parte de toda la comunidad educativa y no "venir impuesto" por parte de la administración.
De hecho, Marta Minguella, de la CGT, ha aseverado que las vagas solo se desconvocarían si se retirara esta propuesta de adelanto del curso escolar tal y como está planteada. "No pedimos la moratoria", ha insistido. Y es que Minguella ha valorado que el que ha planteado Cambray es un cambio en el modelo de funcionar y ha añadido que puerta escondido un intento de "privatización", en este caso con la introducción de empresas externas en la oferta del ocio por la tarde en septiembre.
Llamamiento a la movilización
Hay que remontarse a décadas atrás para encontrar una movilización de tantos días en el sector educativo. Los días de huelga se suman al ya convocado el 23 de marzo por algunos de los sindicatos contra la sentencia del 25% de castellano y para reclamar un mayor apoyo del catalán. Los sindicatos son optimistas en en cuanto a la movilización porque aseguran que se ha llegado al "clímax de la indignación", en palabras de Segura.
En una línea similar, el portavoz de la USOC ha afirmado que esta indignación es muy presente en los centros y no solo por la nueva orden del calendario escolar. Así, ha insistido en las críticas a la gestión de la pandemia, la "imposición" de los nuevos currículums, la carencia de recursos para atender la diversidad, la "exigencia" del C2 de catalán de aquí dos cursos, los recortes que se mantienen desde hace una década y la carencia de estabilización del personal.
Las huelgas irán acompañadas otras acciones de protesta, tanto en los centros como través de manifestaciones en la calle, y otros que se puedan anunciar de cara a finales de curso, ha apuntado Bernat Pèlach (Intersindical-CSC). El portavoz de Profesores de Secundaria, Joan Elis, ha asegurado que están dispuestos a hacer "el que haga falta" para conseguir sus objetivos y desde la UGT, Lorena Martínez, ha animado todo el mundo a salir a la calle.
