El Gobierno alemán presume intencionalidad en el corte de dos cables de datos en el Mar Báltico que unían Finlandia y Alemania, así como Suecia y Lituania. «Debemos partir del supuesto de que se trata de sabotaje», afirmó este martes el ministro de Defensa, el socialdemócrata Boris Pistorius, quien comentó que no cree que resultaran dañados por el lanzamiento casual de un ancla por parte de algún navío. «Esto es señal de que hay algo en marcha», señaló.
«Nos tomamos muy, pero que muy en serio esta alta situación de amenaza», dijo a su vez su compañera de gabinete y titular federal de Interior, la también socialdemócrata Nancy Faeser, tras destacar que el corte de ambos cables tuvo lugar en aguas internacionales. «Todavía no participamos» en la investigación, comentó Faeser, quien subrayó que «hemos ofrecido nuestra ayuda» a los otros países afectados por el presunto sabotaje, cuyas causas se desconocen aún.
Los ministerios de Exteriores de Finlandia y Alemania se han mostrado «profundamente preocupados» por el incidente. «Este caso levanta inmediatamente las sospechas de que se trata de un daño intencionado», subrayaron ambos países en un comunicado conjunto. Entre tanto Lituania ha reforzado la vigilancia de sus aguas territoriales, mientras los países afectados estudian medidas comunes.
Este domingo se registró un corte total del cable de datos BCS East-West-Interlink entre Lituania y la isla sueca de Gotland. Al día siguiente la compañía finlandesa Cinia comunicaba un fallo en el cable de datos submarino C-Lion1 entre Finlandia y Alemania y la interrupción de las comunicaciones a través del mismo. Este último conducto tiene una longitud de 1.173 kilómetros entre Helsinki, la capital de Finlandia, y el puerto alemán de Rostock.
El trazado del cable de datos discurre en gran parte sobre el mismo que los gasoductos Nordstream 1 y Nordstream 2, que comunicaban directamente Rusia y Alemania y fueron saboteados hace dos años. El C-Lion1 comenzó a operar en la primavera de 2016 y es el único cable de datos submarino que enlaza Finlandia con Centroeuropa. Aunque no existen prueban aún, los cuatro países afectados por el corte consideran que Rusia es el mayor sospechoso.