Vigilantes de seguridad privada han comenzado a patrullar por las noches en L’Arboç para intentar poner freno a la oleada de vandalismo que sufre el municipio desde hace meses.
La situación ha generado una alarma entre los vecinos por unos hechos que aumentan en virulencia y que tienen como actos más graves la quema de coches.
Pese a que L’Arboç cuenta con Policía Local sus efectivo son pocos como para mantener patrullas durante las noches. Por ello el Ayuntamiento ha optado por recurrir a vigilancia privada.
Los vigilantes recorren las calles y zonas donde se han detectado más actos de incivismo. Están en permanente contacto con Mossos d’Esquadra para activar una rápida intervención en caso de necesidad.
La presencia de los vigilantes busca tener un efecto disuasorio ante el incivismo, pero supone un coste para las arcas municipales que se mantendrá hasta que se tranquilice la situación.
Además de la quema de por lo menos dos coches también causan destrozos en el mobiliarios urbano, desórdenes y molestias a los vecinos que incluso temen salir a la calle.