Vive un sueño al lado de casa

Desplázate hasta lasTerres de l’Ebre y vive una propuesta de proximidad para descubrir el Delta de l’Ebre y disfrutar de sus encantos. Naturaleza en estado puro

Ocio

«Me encanta vivir!» No lo digo yo –que también–. Lo claman mis hijos, de 10 y 6 años, cada vez que se sienten envueltos de una felicidad extrema. Pues así se sintieron nada más poner un pie en el camping Taïga Delta de l’Ebre, un resort de ensueño asociado al Nàutic Parc y situado a primera línea de mar en L’Ampolla, en pleno Parque Natural del Delta del Ebro. Tan de ensueño que los ‘peques’ se encariñaron con él de tal forma que se referían al bungaló en el que nos alojamos –¡nuevo a estrenar, por cierto!– como «casa», ¡y eso que sólo estuvimos dos noches!

Como la inocencia de un niño no hay nada, y si ellos se sintieron así es porque es así. Nos desplazamos a menos de 100 km de casa para vivir una escapada en pleno Delta de l’Ebre, un entorno repleto de unos rincones hermosos que no requieren siquiera una hora de coche para poderlos descubrir.

Llegar al camping Taïga es relajarse, es envolverse de felicidad y es simplemente, disfrutar de la vida. Lo tiene todo, empezando por sus alojamientos. Dormirse cada noche con el sonido de las olas del mar y despertarse al día siguiente oyendo el canto de los jilgueros es sencillamente, un lujo. Los niños se iban a jugar con los gatos que se acercaban hasta el bungaló mientras mi madre y yo dábamos la bienvenida a un nuevo día con un café en la terraza viendo cómo se desperezaban los primeros rayos de sol.

Después terminamos el desayuno en el restaurante del resort, el Bama Beach Club, donde también deleitamos el paladar con algunos de los exquisitos platos que ofrecen para comer y cenar. Un ‘secreto’: no se pierdan el arroz con bogavante, es delicioso y el ‘bicho’ se deshace en la boca.

Y entre delicia y delicia, cómo no, merece la pena unirse a las actividades de la piscina. El día que yo estuve ‘tocaba’ aquagym. Mi hijo mayor lo dio todo y yo cogí a la pequeña en brazos e hicimos lo propio mientras mi madre nos miraba con esos ojos ‘ojalá esto fuera eterno’.

Eterno no lo fue y las horas pasaban hasta que, como cada día, empezó a caer el sol. Entonces sentí unas ganas inmensas de ir a descubrir las instalaciones del camping. Les prometo que fue uno de los paseos más relajantes del fin de semana. Descubrí la zona de glamping, me sumergí entre la vegetación de los bungalós ‘de toda la vida’, llegué al escenario donde un tributo a Bob Marley había amenizado la noche anterior... Y de nuevo sentí que había viajado muy lejos, pero estaba a menos de una hora de casa. De la mía en sí, porque ya les digo, allí en el camping Taïga Delta de l’Ebre, todos sentíamos que estábamos, literalmente, en casa.

El Mirador Badia, una maravilla en pleno Delta de l’Ebre

¿Se imaginan subir en un barco en pleno Mediterráneo y navegar mar adentro hasta un cultivo de mejillones y ostras, bajarse y degustar estas delicias con una copa de vino blanco? Pues no imaginen tanto y ¡vívanlo! Tal como lo leen y tal como lo ven en la imagen de la derecha: Esto es exactamente lo que podrán experimentar gracias a Nàutic Parc y Mirador Badia, una experiencia única para entender, vivir y saborear uno de los rincones más maravillosos del Delta de l’Ebre.

El Mirador Badia al anochecer. FOTO: Nàutic Parc

Escojan la opción que más les agrade: Mañana o tarde –el anochecer allí es indescriptible–, súbanse a una de las lanchas que salen desde el puerto de L’Ampolla y déjense llevar hasta la Badia del Fangar, donde vivirán, créanme, una de las experiencias más increíbles de su estancia.

Una vez ‘desembarcamos’, y antes de proceder a la degustación de mejillones y ostras, los responsables del Mirador nos invitan a conocer la historia del Delta de l’Ebre desde un punto de vista humilde y realista. Escúchenla con atención, deja huella en el corazón...

Luego, disfruten de los sabores del mar y déjense llevar por la inmensidad de un entorno simplemente maravilloso.