«¿Ya ha pasado un año? No echo de menos la política»
El ‘Diari’ habla con los exalcaldes Pau Ricomà (ERC) y Josep Fèlix Ballesteros (PSC) 366 días después de las Municipales del 2023
Hoy se cumple exactamente un año desde las elecciones municipales del 28 de mayo del 2023. Ese día, el Ayuntamiento de Tarragona materializó en las urnas un histórico cambio de escenario, recuperando el PSC la vara de mando de la Plaça de la Font con Rubén Viñuales, en detrimento de Pau Ricomà (ERC).
Esos comicios derivaron, además, en un importante punto de inflexión, ya que provocaron que los dos últimos alcaldes –Pau Ricomà (ERC) y Josep Fèlix Ballesteros (PSC)– dejaran el consistorio. El primero, tras ocho años y, el segundo, tras 36, con 12 como Primer Edil.
Catalán, castells y familia
Ahora, 366 días después (2024 es año bisiesto) ambos reconocen que el tiempo les ha pasado muy rápido y que no echan de menos la política. Pau Ricomà (ERC) asegura ser «feliz» con su nueva vida de «jubilado». «Ahora puedo leer, ir al teatro, al cine... Tampoco me pierdo ni un partido de fútbol de mis nietos y voy a las actuaciones castelleres», remarca el expolítico republicano, quien desde septiembre tiene una nueva pasión: hablar en catalán con gente no nacida en España. «Una vez por semana voy a la Biblioteca de Torreforta para hablar con señoras magrebíes y colombianas. Nos los pasamos muy bien», bromea.
Ricomà también aprovecha para «desayunar con representantes de la sociedad civil, muchos de los cuales seguro que no me votaron», a la vez que indica «estar al día» tanto de la política municipal como catalana. «Me sabe mal que el actual gobierno no haya abierto el Fortí de Sant Jordi, la caótica gestión con las zonas de aparcamiento o la poca utilización del parking Torroja por los precios que han puesto», indica Ricomà, quien asegura que, pese a tener el cuquet de la política, «ni de broma» se plantearía un regreso a lo Xavier Trias en Barcelona. «Fui muy feliz, no podría haberlo sido más», detalla.
Excursiones y Fundació Bonanit
«Han sido años muy intensos, una vivencia increíble y bonita, pero la verdad es que ahora estoy recuperando el tiempo perdido. ¿Ya ha pasado un año?», indica por su parte Ballesteros, quien entró en el pleno municipal en 1983, siendo concejal hasta 2023 con la única excepción del período 1999-2003. «En esa época fui presidente del partido, por lo que tampoco desconecté», relata el exedil del PSC.
Ballesteros, que reconoce «estar en contacto» con el grupo municipal del PSC, aprovecha esta nueva etapa para «hacer excursiones», especialmente por la montaña. «No conocía mucho el Bergadà y la Cerdanya. Además, he aprovechado para ir a Prades», indica. El exalcalde socialista ha retomado, asimismo, su vertiente más social: preside la Fundació Bonanit y, en breve, se involucrará con la Fundació Onada. En el ámbito más cultural, también «he recuperado el Nano Marquès y el pádel, que lo había dejado», explica.
Todo ello, con un claro objetivo: «Quiero devolver a la sociedad todo lo que me ha dado durante todos estos años», resalta. Palabra de exalcalde.