Viñuales sopesa pactar con Junts en Tarragona tras las europeas

La ‘Vía Diputació de Barcelona’ permitiría que el gobierno de la Plaça de la Font pasara de 9 a 12 concejales

El gobierno de solo nueve concejales del alcalde Rubén Viñuales (PSC) podría tener las horas contadas. Tras un primer año en la Plaça de la Font gobernando en solitario, ahora todo parece indicar que la voluntad del Primer Edil es reforzar a corto plazo el gabinete con Junts per Catalunya para afrontar su segundo ejercicio al frente de la nave municipal con 12 integrantes.

Con los Comuns cerrados en banda ante cualquier opción de compartir gobierno con los juntaires, y Esquerra descartando por completo un pacto con los socialistas en Tarragona, la vía ‘Diputació de Barcelona’ es la que, en estos momentos, tiene más números para poder hacer posible una ampliación.

2024: punto de inflexión

El primer año de gestión ha comportado un punto de inflexión, especialmente por el pacto de ordenanzas fiscales y del presupuesto. Haber actualizado tasas e impuestos –un 7,4% el IBI, un 12% la basura, un 20% la tasa de las terrazas y un 33% el tributo de Construcciones (ICIO)– ha dado músculo y un colchón económico importante para garantizar la estabilidad a medio plazo, un hecho que también ha permitido reducir considerablemente la deuda hasta situarla dentro del límite legal –en el 72%– y dejar, al fin, la tutela económica de la Generalitat.

Con las finanzas controladas, llega el momento de poder asumir riesgos políticos. Gobernar con solo nueve ediles comporta, además de sudar por cada gran votación, un gran desgaste en el día a día. Un gabinete de nueve concejales solo ha durado, como máximo, dos años: el de ERC y Comuns liderado por Pau Ricomà y Carla Aguilar entre 2019 y 2021. Ballesteros (PSC) solo duró siete meses así en 2015.

Por ello, ahora Viñuales sopesa pros y contras. En la balanza favorable está el hecho de que un equipo de 12 –sumando a los juntaires Jordi Sendra, Elvira Vidal y Pep Manresa– daría aire al gobierno, sin tensar el día a día como sí que podría pasar, por ejemplo, con una hipotética entrada de En Comú Podem en caso de que Salvador Illa pactara con Jéssica Albiach en el Govern.

En cambio, el gran problema podría ser que el giro a la derecha del PSC en podría acarrear un encarecimiento del precio por mantener la entente con los Comuns, que hasta la fecha han avalado las votaciones estratégicas del mandato.

«No quiero debates supramunicipales, buscamos la estabilidad», ha afirmado este lunes Viñuales en Ràdio Ciutat de Tarragona, a la vez que descartaba cualquier opción de pacto con ERC «porque todavía buscan su sitio tras perder la alcaldía».

Jordi Sendra (Junts) reitera su voluntad por «reforzar al gobierno» y avanza que «no entraremos para ser una muleta de Viñuales como hizo ERC con Ballesteros». Por ello, el líder de Junts detalla que «queremos concejalías de peso, no nos da miedo asumir áreas difíciles. El PSC deberá ceder», afirma.

¿Qué es lo peor que podría pasarle a Viñuales si pacta con Junts, pierde el apoyo de ERC y Comuns y no obtiene el de los dos no adscritos que estaban en Vox? No aprobar presupuestos. Pese a ello, con el de 2024 en vigor, podría prorrogarlo en 2025, sacar el de 2026 con moción de confianza y, en teoría, plantarse al 2027 con garantías para aspirar a la reelección. Todo ello, sin embargo, a la espera del gran reto: la ansiada estabilidad en la Plaça de la Font.