Una procesión de los Natzarens en TGN un poco más especial de lo habitual
El Cirineu, Jesús Natzarè y Jesús és despullat de les seves vestidures recorrieron las calles de la Part Alta de Tarragona acompañados por los Armats de la Sang, las bandas y los coros
En Tarragona, el Martes Santo es sinónimo de procesión de los Natzarens. Alrededor de las siete de la tarde, la iglesia de Sant Francesc acogió una misa en memoria de los hermanos de dicha congregación que fallecieron durante el 2022 y el tradicional viacrucis.
A continuación, los tres pasos –El Cirineu, Jesús Natzarè y Jesús és despullat de les seves vestidures– salieron desde Sant Miquel del Pla. Como es habitual, estos fueron acompañados de los Armats de La Sang, de las bandas y del coro. Una vez se encontraron todos, formaron filas y se inició la procesión que recorrió las calles de la Part Alta.
Aunque cada año es especial, sin duda muchos recordarán con un cierto cariño el Martes Santo del 2023. Ÿ es que la Reial Germandat de Jesús Natzarè celebra cuarenta años desde que el paso de Jesús Natzarè se empezó a llevar por hermanos voluntarios a hombros.
Este paso tiene una particularidad: es el único que siempre ha ido a hombros, concretamente desde 1907, a diferencia de otros que han apostado por las ruedas. Anteriormente lo llevaban personas contratadas.
Andreu Muñoz, miembro de la junta directiva y costalero de Jesús Natzarè, explica que «siempre es un día muy especial, ya que es una bonita manera de manifestarse la entidad». Aun así, Muñoz asegura que «para este año, la ilusión es extra. Poder celebrar estos cuarenta años es muy importante para la congregación».
Más de un siglo de historia
Sin duda, esta es una congregación con mucha historia. De hecho, este 2023 cumplen 120 años. Aunque la Germandat no nace hasta 1903, la congregación apareció en el 1835 con el salvamento de la destrucción de una imagen de Natzarè que se guardaba en la iglesia de Sant Francesc.
Muñoz cuenta que la primera procesión que hay documentada es de finales del siglo XIX. Esta era más corta, ya que iba del actual Casino hasta la iglesia de Sant Francesc. «Es evidente que esta no la hacía la Germandat, básicamente porque no existía, pero sí que es cierto que cuando se fundó recogió el testigo», decía Andreu Muñoz.
Originalmente se pagaba a gente, normalmente portuarios, para que llevaran el paso. Esto cambia a partir de los años 80, cuando pronatzarens se ofrecen de hacerlo de manera voluntaria.
Precisamente de este cambio hace ya cuarenta años. Esto, sin duda, significó un antes y un después para la congregación tarraconense.
Y todo lo demás, es historia. Una vez más, la procesión de los Natzarens fue la protagonista del Martes Santo. Este año si, por fin, sin mascarillas, ni distancia de seguridad ni restricciones. Una procesión de los Natzarens como las de siempre, especial y que será recordada con cariño.