Un verano difícil en las playas de Tarragona
El aumento de turistas y la inestabilidad climática suponen un verdadero reto para los socorristas de Creu Roja y se reabre el debate sobre una posible ampliación horaria
A nadie se le escapa que este está siendo un verano meteorológicamente adverso en Tarragona y en la Costa Daurada en general. La convivencia entre olas de calor y episodios de lluvia intensa, como los de la DANA del pasado jueves, puede suponer riesgos para la población civil.
El mar no escapa a esta inestabilidad climática, tal y como nos detalla Aleix Font, coordinador de los socorristas de Creu Roja de Tarragona, «la variación en las presiones marítimas se ha vuelto habitual», detalla, y estas generan «fuertes corrientes que se traducen en un mar muy picado e impracticable». Los datos recogidos por la entidad arrojan aún mas luz a este fenómeno.
Font nos explica que, «de todos los días que llevamos de temporada de socorrismo, un 40% de ellos se han izado la bandera roja o amarilla en la ciudad». Como referencia, en la pasada temporada estival, estas situaciones «solo ocuparon un 10% del total». Bien es cierto que Font remarca que «el 2022 fue un año especialmente tranquilo», pero los datos de este principio de temporada doblarían la media, que se sitúa entorno a un 15% o 20%.
De hecho, según los datos de Protecció Civil, la Costa Daurada ha levantado 521 banderas amarillas en lo que llevamos de temporada, casi la mitad de las 1.349 que se han izado en toda Catalunya. En la ciudad de Tarragona, prácticamente todas las banderas rojas y amarillas se han levantado por el «mal estado del mar», exceptuando las izadas por tormenta eléctrica.
Mas gente y mas acción
A la inestabilidad marítima habría que sumar «un considerable aumento de bañistas en la ciudad». El socorrista nos detalla que, «pese a no contar con datos computados, el crecimiento turístico se ha hecho notar mucho este año».
Frente a esta situación, Creu Roja asegura contar con «un equipo joven, motivado y muy concienciado». Como cada año, ha habido un importante relevo en los socorristas, pero estos, «salen del curso con ganas de trabajar y altas capacidades». Font explica que «las rutinas de trabajo han cambiado este año», ya que normalmente, estas se centraban mas en «los trabajos de prevención», mientras que ahora, toman peso «las entradas al agua».
El socorrista explica que «estas tareas son duras, pero motivan al equipo», que ve materializado «aquello para lo que lo han preparado».
Aun con todo, las tareas preventivas son cruciales en veranos tan complicados como este. Font nos explica que «mucha gente no acaba de comprender los riesgos que comporta una bandera amarilla» y recuerda que «los socorristas podemos ayudar indicando que zonas son más seguras en caso de que te quieras bañar cuando el mar esta mas picado».
El socorrista expresa que «aunque la mayoría de gente sigue un buen comportamiento, hay gente que no cumple las ordenes». Estos casos se dan cuando se iza la bandera roja, que prohibe el baño, y algunos «no salen del agua pese a las instrucciones de los socorristas». En estas situaciones Font tiene claro que «ellos no son agentes del orden» y deben pedir apoyo a la Guàrdia Urbana para que hagan a la gente salir del agua.
Ampliar el horario
Este verano está teniendo consecuencias trágicas en todo el territorio catalán, ya que, a las puertas de agosto, 17 personas han perdido la vida en la playa, seis mas que en el mismo periodo de 2022. Tarragona no escapa a esta tragedia y ha concentrado dos de estas defunciones. La última sucedió el pasado 26 de julio, cuando un joven se ahogó en la playa del Miracle a las 19:30h.
A esta hora, los socorristas ya no estaban disponibles, dado que acaban a las 19h, hecho que ha reavivado el debate sobre una posible ampliación de este servicio. Desde el ayuntamiento aseguran que «están trabajando en una respuesta coordinada que permita dar una mejor cobertura a la situación actual».
Los representantes vecinales de las zonas costeras se muestran «partidarios de ofrecer más horas de socorrismo». Francesc García presidente de la Associació de Veïns de la Mora Tamarit, asegura que «en esta playa hay gente hasta las 21 h de la noche» y «cuanto más vigilancia haya, mejor».
En palabras similares se expresa Josep María Bertran, representante vecinal de la Vall de l’Arrabassada, quien afirma que «cada año hay más gente en las playas y mientras hay luz se siguen bañando». Además apunta que «con las altas temperaturas la gente evita las horas centrales y por la tarde aumenta la afluencia». Bertran destaca también el «problema del incivismo durante las banderas rojas» y pide «una mayor coordinación con la Guardia Urbana».
El horario de Tarragona, que en temporada alta se establece de 10h a 19h, no dista demasiado de poblaciones con una afluencia similar. Sin embargo en Barcelona este se amplia hasta las 19:30h, mientras que en Salou está disponible hasta las 20h, un horario que comparten otros municipios españoles con gran actividad turística.
Cabe destacar que, fuera de horario de vigilancia, el 112 puede coordinar a diferentes equipos de salvamento para situaciones de riesgo, como el SEM, bomberos, la Guardia Civil, Creu Roja, Salvamento Marítimo o la Guàrdia Urbana.
De hecho, Salvamento Marítimo cuenta con una embarcación llamada Salvamar atracada en el Port de Tarragona. Esta se desplaza solo en casos de emergencia y tardaría entre 15 y 20 minutos en llegar desde el Port hasta La Mora.
Consejos de Protecció Civil para un baño seguro
Desde Protecció Civil recuerdan que «es necesario seguir siempre las instrucciones de los socorristas i las autoridades locales», así como ser consciente «de tus aptitudes y no sobrepasarlas».
Es importante conocer tu estado y no bañarte si te encuentras mal, o salir inmediatamente si te sucede en el agua. Asimismo, hay que «evitar el consumo de bebidas alcohólicas antes del baño».
Las inmersiones deben ser graduales, «especialmente si el agua esta fría o has estado un tiempo al sol». Estas se deben evitar hacer previamente a que haya finalizado la digestión. Todo intentando «ser consciente de las zonas de corriente y concentraciones rocosas para evitarlas».