TGN tendrá 492 nuevas plazas de residencia en dos años pero no llegará a la ratio de la OMS
Tres grupos privados han anunciado la construcción de equipamientos para mayores en la ciudad en la que actualmente solo hay 650 camas; casi la mitad de lo recomendado
La ciudad de Tarragona tiene actualmente 650 plazas de residencia para personas mayores (456 cuentan con financiación pública). Son casi la mitad de las que recomienda la Organización Mundial de la Salud, OMS, que estima que debería haber una ratio de cinco plazas por cada 100 habitantes mayores de 65 años. Haciendo caso a esa cuenta, en la ciudad debería haber 1.267 plazas.
Y, como es previsible, la necesidad seguirá creciendo. Si se hace el cálculo en base las previsiones de población que hace le Idescat, dentro de cinco años deberíamos tener 1.426 plazas y dentro de 10 años 1.595. Eso sí, se trata de un cálculo estrictamente numérico que no tiene en cuenta que el modelo de cuidados en la vejez está cambiando, especialmente con ¡a irrupción de la Covid-19.
Interés sin precedentes
Pero la dotación de plazas en la ciudad comenzará a cambiar en breve, ya que desde finales de este año y hasta 2024 se ha anunciado la construcción de al menos de 492 plazas nuevas. Con todo las cuentas siguen sin salir, si se suman esas 492 plazas a las actuales la cuenta llegaría a 1.142 y no a las 1.267 recomendadas.
Actualmente en Tarragona hay cinco residencias, de la cuales la única de iniciativa pública es La Mercè (117 plazas). El resto son de entidades privadas de iniciativa social: Santa Tecla Llevant (60) Santa Tecla Ponent (110) o privadas de iniciativa mercantil: Les Alzines (151) y Sanitas Residencial Tarragona (212).
No obstante, en los últimos meses han coincidido en el tiempo distintos anuncios sobre la creación de nuevas plazas, todas de grupos privados.
El último anuncio ha sido esta misma semana por parte del Grupo Mimara que informaba de que ha alquilado un espacio en el Seminari durante los próximos 30 años para poner en marcha una residencia de mayores de 80 plazas. La inversión es de casi cuatro millones de euros y la primera fase entrará en funcionamiento a finales de este año. El mismo grupo anunciaba en abril que construirá una nueva residencia de cinco plantas (8,2 millones de euros de inversión) en la Avinguda d’Andorra. La misma contará con 100 plazas de residencia y 20 de centro de día. La previsión es que abra a finales de 2024.
Entre los proyectos que están más adelantados se encuentra el del grupo Thor Spain Private Equities. Se trata de una residencia en la calle Maternidad de Elna, detrás del sociosanitario Francolí, en la zona de Joan XXIII. La estructura está muy avanzada y se espera que abra a finales de este año cuando obtengan la licencia de operaciones. Tendrá 172 plazas, 98 serán en habitaciones individuales y 74 en dobles.
Las plazas del grupo en la ciudad, no obstante, podrían ser más, ya que el mismo grupo anunció hace menos de un mes la construcción de un nuevo complejo sanitario en Les Gavarres. Entonces se señaló que además de un hospital habría una «residencia de mayores medicalizada». Desde la empresa puntualizan, no obstante, que el «hub de atención especializada (que se levantaría junto al hospital) todavía está por definirse».
La tercera empresa en implantarse en Tarragona es Domus Vi, que está construyendo una residencia en l’Arrabassada que contará con 140 plazas de residencia (128 en habitaciones individuales y 12 en dobles) y 20 de centro de día. Se espera que el edificio esté terminado y equipado para abrir a finales del año que viene.
Por qué Tarragona
Preguntadas respecto a por qué instalarse en Tarragona, las tres empresas que abrirán residencias identifican motivos similares, como una ratio de plazas por debajo de la media española.
Desde Thor apuntan que «España en general tiene un gran déficit de camas para dar asistencia a la población mayor actual y la que vendrá a futuro. Tarragona, es una ciudad que puede brindar la tranquilidad y el acceso a las personas para visitar a sus familiares e incluso trabajar en el centro».
Y están convencidas de que habrá espacio para todas, en Mimara señalan que «creemos que hay un gran número de personas mayores que necesitan un cuidado personalizado, por lo que hay mercado suficiente».
¿Podrá acceder la población?
Cinta Pascual, presidenta de la Associació Catalana de Recursos Assistencials (ACRA) y presidenta del Círculo Empresarial de Atención a Personas (CEAPs), apunta que, además de contabilizar plazas existentes hay que preguntarse si los ciudadanos tendrán acceso si no hay un concierto con la administración. Recuerda que Catalunya «es la segunda comunidad autónoma con mayor número de días de espera para una plaza pública; 575, cuando la media del Estado es de 421. Llevamos un retraso considerable que tendríamos que solucionar», explica.
Señala, además, que las nuevas residencias deberán adaptarse a las nuevas normativas. Se refiere al documento que aprobaron el mes pasado el Gobierno y las comunidades autónomas sobre los requisitos mínimos que, a partir de ahora, deberán cumplir las residencias de personas dependientes. Entre las novedades se contempla que estos equipamientos deberán ser más pequeños (hasta 75 plazas en zonas rurales y 120 en ciudades). Además deberán organizarse en unidades donde convivan un máximo de 15 personas.
El futuro de los cuidados
Y la siguiente pregunta es si las residencias seguirán siendo la respuesta principal en el cuidado de las personas mayores dependientes. La profesora Dolors Comas d’ Argemir, catedrática de antropología social de la Universidad Rovira i Virgili es categórica: no. Comas ha sido investigadora principal en un estudio en el que han participado 54 investigadores de 10 universidades españolas para ver como cuidamos a los mayores durante la pandemia. En las encuestas lo que encontraron fue que «la gente quiere permanecer en el hogar y con la familia el mayor tiempo posible».
Además de la nueva normativa estatal, explica que la UE también está trabajando en una estrategia europea de los cuidados que deberá presentarse en octubre. La gran tendencia es a incrementar sustancialmente los servicios de atención domiciliaria y dejar las residencias para cuando se requieren cuidados de mayor complejidad e intensidad.
«Es absurdo crear más y más plazas de residencia. Lo que sería conveniente es que las administraciones aumentaran y dignificaran los servicios de atención domiciliaria que ahora son insuficientes. La tendencia es hacia la desinstitucionalizacion». Y por último cree que hay que hacerse una pregunta clave: «¿Qué atención queremos para nosotros cuando perdamos la capacidad de valernos por nosotros mismos?».
La ciudad de Tarragona cuenta actualmente con 650 plazas de residencia para personas mayores (456 cuentan con financiación pública). Son casi la mitad de las que recomienda la Organización Mundial de la Salud, OMS, que estima que debería haber una ratio de cinco plazas por cada 100 habitantes mayores de 65 años. Haciendo caso a esa cuenta, en la ciudad debería haber 1.267 plazas.
Y, como es previsible, la necesidad no parará de aumentar. Si se hace el mismo cálculo con las previsiones de población que hace le Idescat, dentro de cinco años deberíamos tener 1.426 y dentro de 10 años 1.595. Eso si solo se habla de números, porque hay que tener en cuenta que el modelo de cuidados en la vejez está muy cuestionado, especialmente con ¡a irrupción de la Covid-19.
Interés sin precedentes
Pero la dotación de plazas en la ciudad comenzará a cambiar en breve, ya que desde finales de este año y hasta 2024 se ha anunciado la construcción de al menos de 492 plazas nuevas. Con todo las cuentas siguen sin salir, si se suman esas 492 plazas a las actuales la cuenta llegaría a 1.142 y no a las 1.267.
Actualmente en la ciudad hay cinco residencias de la cuales la única de iniciativa pública es La Mercè (117 plazas), el resto son de entidades privadas de iniciativa social: Santa Tecla Llevant (60) Santa Tecla Ponent (110) o privadas de inciativa mercantil: Les Alzines (151) y Sanitas Residencial Tarragona (212).
No obstante en los últimos meses han coincidido en el tiempo distintos anuncios sobre la creación de nuevas plazas, todas de grupos privadas.
El último anuncio ha sido esta misma semana por parte del Grupo Mimara que informaba de que ha alquilado un espacio en el Seminari durante los próximos 30 años para poner en marcha una residencia de mayores de 80 plazas. La inversión es de casi cuatro millones de euros y la primera fase entrará en funcionamiento a finales de este año.
El mismo grupo anunciaba en abril que construirá una nueva residencia de 5 plantas (8,2 millones de euros de inversión) en la Avinguda d’Andorra. La misma contará con 100 plazas de residencia y 20 de centro de día. La previsión es que abra a finales de 2024.
Entre los proyectos que están muy adelantados se encuentra el del grupo Thor Spain Private Equities, que se define como «una desarrolladora integral de espacios sanitarios y hospitalarios». Se trata de una residencia en la calle Maternidad de Elna, detrás del sociosanitario Francolí, en la zona de Joan XXIII. La estructura está muy avanzada y se espera que abra a finales de este año cuando obtengan la licencia de operaciones. Contará con 172 plazas de las cuales 98 son individuales y 74 dobles.
Las plazas del grupo, no obstante, podrían ser más, ya que el mismo grupo anunció hace menos de un mes la construcción del nuevo complejo sanitario de la empresa en la zona de Les Gavarres. Entonces se señaló que además de un hospital habría una «residencia de mayores medicalizada». Desde la empresa puntualizan, no obstante, que el «hub de atención especializada (que se levantaría junto al hospital) todavía está por definirse».
La tercera empresa en implantarse en Tarragona será Domus Vi, que está construyendo una residencia en l’Arrabassada que contará con 140 plazas de residencia (128 habitaciones individuales y 6 dobles) y 20 de centro de día. Se espera que el edificio esté terminado y equipado para abrir a finales del año que viene.
Por qué Tarragona
Preguntadas respecto a por qué instalarse en Tarragona, las tres empresas que abrirán residencias identifican motivos similares. Desde Domus Vi explican que «lógicamente antes de construir una residencia hacemos diferentes estudios de mercado y detectamos que Tarragona tenía un ratio de cobertura de plazas muy por debajo de la media española. Es, además un servicio muy demandado, puesto q las residencias se encontraban en todos los casos casi al 100% de ocupación».
Thor agrega que «España en general tiene un gran déficit de camas para dar asistencia a la población mayor actual y la que vendrá a futuro. En el caso de Tarragona, es una ciudad que puede brindar la tranquilidad y el acceso a las personas para visitar a sus familiares e incluso trabajar en el centro».
Y están convencidas de que habrá espacio para todas, en Mimara señalan que «creemos que hay un gran número de personas mayores que necesitan un cuidado personalizado, por lo que hay mercado suficiente».
¿Podrá acceder la población?
Cinta Pascual, presidenta de la Associació Catalana de Recursos Assistencials (ACRA) y presidenta del Círculo Empresarial de Atención a Personas (CEAPs), apunta que, además de contabilizar plazas hay que preguntarse si los ciudadanos tendrán acceso a estas plazas privadas si no hay un concierto con la administración. Recuerda que Catalunya «es la segunda comunidad autónoma con mayor número de días de espera para una plaza pública: 575, cuando la media del Estado es de 421. El que tiene que pagar se espera y llevamos un retraso considerable que tendríamos que solucionar», explica.
Señala, además, que las nuevas residencias se tendrán que adaptar a las nuevas normativas. Se refiere al documento que aprobaron el mes pasado el Gobierno y las comunidades autónomas sobre los requisitos mínimos que, a partir de ahora, deberán cumplir las residencias de personas dependientes. Entre las novedades se contempla que estos equipamientos deberán ser más pequeños (hasta 75 plazas en zonas rurales y 120 en ciudades). Además los centros deberán organizarse en unidades donde convivan un máximo de 15 personas.
El futuro de los cuidados
Y la siguiente pregunta es si las residencias seguirán siendo la respuesta principal en el cuidado de las personas mayores dependientes. La profesora Dolors Comas d’ Argemir, catedrática de antropología social de la Universidad Rovira i Virgili es categórica: no.
Comas ha sido investigadora principal en el que han particopado 54 investigadoes de 10 universidades españolas para ver como cuidamos a los mayores durante la pandemia. En las encuestas lo que encontraron fue que «la gente quiere permanecer en el hogar y con la familia el mayor tiempo posible».
Además de la nueva normativa estatal explica que la UE también está trabajando en una estrategia europea de los cuidados que deberá presentarse en octubre y la gran tendencia es incrementar sustancialmente los servicios de atención domiciliaria y dejar las residencias para cuando se requieren cuidados de mayor complejidad e intensidad.
«Es absurdo crear más y más plazas de residencia. Lo que sería conveniente es que las administraciones aumentaran y dignificaran los servicios de atención domiciliaria que ahora son insuficientes. La tendencia es hacia la desinstitucionalizacion».
Y por último cree que hay que hacerse una pregunta clave: ¿Qué atención queremos para nosotros cuando perdamos la capacidad de ser autosuficientes?».
son las plazas de residencia que hay actualmente en la ciudad. Habría que tener 1.267 según la recomendación de la OMS