Tarragona quiere saber cuántos cruceros puede asumir
El Ayuntamiento no cree que haya una problemática y defiende que se puede crecer. Pese a ello, pretende conocer la capacidad de carga para evitar el rechazo ciudadano
En pleno debate sobre el peso del turismo en destinos como Barcelona o Balears, el Ayuntamiento de Tarragona estudiará el impacto de los cruceros sobre la ciudad. El objetivo es conocer la capacidad de carga que tiene el centro para que esta actividad no se convierta en un problema. «Al final, todos debemos poder estar a gusto: la ciudadanía y los visitantes, por lo que hay que ser profesionales, con un análisis que nos permita trabajar en base a realidades y que los problemas no se enquisten», indica la presidenta del Patronat Municipal de Turisme de Tarragona y concejala de este ámbito, Montse Adan.
El ejecutivo local no cree que ahora mismo la cifra de visitantes que llega a la ciudad en crucero constituya un problema. Este defiende que «Tarragona ha apostado desde hace años por los cruceros y debe seguir haciéndolo». De hecho, Adan asegura que «hay margen de crecimiento», aunque no comparte las previsiones que hacía el presidente del Port de Tarragona, quien en una entrevista afirmó que el límite podría ser el del Puerto de Málaga. Esto prácticamente supondría cuadriplicar las cifras actuales. «No queremos igualarlo, aunque no podemos aventurarnos en decir una cifra hasta que no tengamos el estudio», indica Adan.
Esta temporada, el Port de Tarragona registrará 58 escalas, lo que representa un total de 122.000 pasajeros. La cifra se quedará prácticamente a las puertas del récord absoluto de 2019, cuando el enclave tarraconense registró un total de 128.089 cruceristas, tras seis años consecutivos de crecimiento, que consolidaron la línea iniciada en 2015, cuando se activó la Taula de Creuers. Los dos años de pandemia frenaron prácticamente una actividad que en los dos últimos años ha recuperado su dinamismo, a pesar de que todavía no se han alcanzado las cifras prepandemia.
Las estadísticas de Puertos del Estado sitúan el Port de Tarragona en el décimo tercer puerto con más cruceristas durante el año pasado. Un ranking que encabeza Barcelona con más de 3,5 millones de visitantes a través de esta vía, seguida de Balears (2,5 millones) y Las Palmas (1,5 millones). «Aquí todavía no estamos en la misma situación de otros destinos, que están saturados, por lo que creemos que es un buen momento de planificar y tener una estrategia», indica la presidenta del Patronat Municipal de Turisme.
Tres barcos de forma simultánea
El primer barco de la temporada llegó el 7 de abril y esta finalizará el 15 de noviembre. Durante estos más de siete meses, el Costa Fascinosa será la embarcación de estas características con una mayor capacidad (3.800 personas). Este atracará en el muelle tarraconense un viernes, coincidiendo con el MSC Fantasía (3.274 personas), que hace escala todas las semanas en su ruta por el Mediterráneo.
En el Moll de Balears, con la nueva terminal de Global Ports Holding, pueden operar hasta tres cruceros de forma simultánea, aunque tan solo hay tres días en el calendario en el que se producirá una situación de estas características. El Ayuntamiento de Tarragona defiende que el turismo de cruceros constituye un «motor económico» para el comercio y la restauración, a la vez que «ayuda a desestacionalizar» el turismo en la ciudad. No obstante, la concejala de Turisme considera que «no podemos quedarnos de brazos cruzados», por lo que Tarragona debe «poder planificar y saber qué queremos ser de mayores».
Adan cree que a diferencia de otras ciudades, en Tarragona los cruceros todavía no son «un problema». Por este motivo, califica de «oportunidad» el inicio de este trabajo, que debe ayudar a establecer unos «límites» si se considera que hay una saturación.
Según explica, una empresa externa se encargará de la redacción del estudio, que quiere iniciarse «cuanto antes». «La tramitación la ponemos en marcha ya y, a partir de ahí, la metodología ya nos la dirán los profesionales, pero no queremos esperar», indica.
En paralelo, el Ayuntamiento de Tarragona asegura que mantendrá las medidas para que todos los autobuses no paren de forma simultánea en la Avinguda Catalunya, permitiendo un segundo punto de descarga en la Via Augusta. Desde el consistorio se valora que esta doble puerta de entrada ha permitido repartir los flujos, aunque reconoce que deberán adoptarse medidas para regular los autobuses, ya que tan solo pueden detenerse tres vehículos a la vez. «Hemos detectado que los viernes coincidía con muchas escuelas, por lo que aquí tendremos que buscar una solución para que no haya un impacto negativo sobre la ciudad», indica Adan.
Más de quince millones
La Taula Institucional de Creuers cifró en 15.257.000 euros el impacto de esta actividad durante el año pasado para el territorio, unos datos que la plataforma Stop Creuers Tarragona-Veïnat pel Decreixement Turístic siempre ha puesto en cuestión. «Debemos poder conocer el impacto económico real, incluyendo la voz del pequeño comercio», indica este colectivo. Este movimiento se atribuye como éxito propio que desde el Ayuntamiento quiera impulsarse este estudio, aunque considera que llega «tarde» y que el parón provocado por la pandemia «ofrecía una ocasión inmejorable para hacer esta reflexión». El colectivo defiende que es «imprescindible» que una empresa «independiente» se encargue de este trabajo y que los resultados «se apliquen», ya que «no sería la primera ocasión en la que el Ayuntamiento de Tarragona deja un estudio interesante sobre turismo en el cajón».
Stop Creuers Tarragona-Veïnat pel Decreixement Turístic considera que el impacto de esta actividad no puede analizarse «de forma aislada», sino que hay que tener en cuenta la huella ambiental. Asimismo, pide «cuantificar los costes sociales» del crucerismo sobre servicios como la limpieza o el refuerzo de la seguridad en la vía pública, además del «impacto sobre el espacio público», teniendo en cuenta que «cuando el turismo se convierte en masivo impacta negativamente en la vida cotidiana en la ciudad». Finalmente, esta plataforma defiende que es «indispensable» la participación ciudadana para llevar a cabo este trabajo.