Tarragona activa el plan para reabrir ocho quioscos del centro de la ciudad

El Consistorio inicia este mes el proceso para sacar a concesión administrativa seis espacios ahora abandonados en la Rambla Nova, uno de la Plaça Verdaguer y otro en Lluís Companys

El Ayuntamiento de Tarragona inicia el proceso para rescatar del olvido a ocho quioscos del centro de la ciudad que llevan años abandonados y sin ningún tipo de actividad. Según ha podido saber el Diari, el concejal de Patrimoni, Joventut y Cooperació –Hermán Pinedo– ya ha firmado el decreto para sacar en breve a licitación pública el uso de ocho espacios, cuya adjudicación será para ocho años. La previsión municipal es que el pliego de condiciones se publique esta semana en la sede electrónica del Ayuntamiento para que la tramitación administrativa y la presentación de ofertas pueda llevarse a cabo antes de verano. «Se ha aprovechado que se han extinguido la mayoría de concesiones para elaborar un único pliego actualizado, que abarcará la totalidad de los quioscos vacantes que salen a licitación», indican al Diari fuentes municipales, las cuales recalcan que «hasta el momento» el Consistorio «no se ha planteado el derribo de ninguno de ellos».

Entre 6,25 y 24 metros cuadrados

Según el documento firmado por el edil, al que ha tenido acceso este periódico, la mayoría de las casetas –que cuentan entre 6,25 y 24 metros cuadrados de superficie– se ubican en la Rambla Nova. En concreto, seis son las fincas que se encuentran en el principal paseo de la ciudad, por una que está en la Plaça Verdaguer y otra en la Rambla Lluís Companys. Los espacios de la Rambla Nova a los que ahora se les buscará nuevo inquilino son los que se encuentra en los números 39, 46, 55, 65, 74 y 102. El uso que tenían era principalmente la venta de prensa, publicaciones periódicas, helados, alimentos y refrescos envasados, así como de plantas y flores.

Especialmente significativo es el caso del quiosco del número 39, a la altura de la calle Adrià, que hasta el pasado 1 de agosto albergó la Administración de Loterías número 1 (la más antigua de la ciudad). Su concesión caducó en 2017, sus gestores se jubilaron en verano de 2021 y no es hasta ahora que el emplazamiento sale a libre concurrencia para que pueda reabrir con todos los requisitos legales.

Entre los otros espacios que ahora el Consistorio intenta reactivar está la caseta de 6,25 metros cuadrados de la Rambla President Companys, justo delante del Institut Vidal i Barraquer. El pasado verano, con la polémica por el cierre del quiosco de la Plaça Imperial Tarraco,, esta fue una de las posibilidades que, de manera temporal, la administración municipal puso sobre la mesa de los gestores del histórico negocio para que llevaran a cabo allí su actividad mientras no se convocaba el concurso público. En ese momento, a finales de verano, la previsión era la de que la licitación fuera una realidad antes de final de año, un calendario que, finalmente, se ha prorrogado unos meses.

Un largo proceso

La situación de los quioscos de la ciudad ha pasado por diferentes etapas durante la última década. En junio de 2014, el Consistorio licitó siete espacios, con el objetivo de «instalar actividades que puedan lograr un entorno urbano atractivo para el turismo de calidad», según se indicaba en las bases que regían ese proceso.

En ese momento, sin embargo, solo tres emplazamientos lograron ser adjudicados: el de Lluís Companys –con un canon anual de 2.300 euros y unas obras valoradas en otros 8.800; el de calle Ramón y Cajal con Prat de la Riba –por 2.700 euros y unas actuaciones de mejora por valor de otros 2.700–; y el de la Rambla Nova 102 –por 1.200 euros al año y unas acciones de reforma también valoradas en 1.200 adicionales–.

Por contra, los cuatro recintos restantes no tuvieron la misma suerte y se quedaron sin poder reactivarse. Estos fueron los casos de las casetas situadas en Marquès de Montoliu (esquina con Sant Antoni Maria Claret); la de la Rambla Nova frente al número 115; la de la Rambla Nova esquina con calle Rovira i Virgili; y la de la avenida Riu Segre de Campclar.

Posteriormente, cuatro años después, el 2 de agosto de 2018 se inició el derribo de cuatro quioscos que, a raíz de la falta de mantenimiento, se encontraban en un pésimo estado. Para ello, el gobierno local –entonces formado por PSC y PP– destinó 12.000 euros para llevar a cabo estos trabajos, que afectaron a los antiguos quioscos de Cronista Sessé, Avinguda Marquès de Montoliu y dos de la Rambla Nova: los de los números 105 y 115.

Posteriormente, ya en octubre de 2021, el Ayuntamiento ahora liderado por Esquerra Republicana, Junts per Tarragona y la CUP aprovechó la extinción de la concesión del quiosco de la Plaça Imperial Tarraco para no prorrogar su uso ni sacarlo a licitación pública, sino que se optó por desmontar la construcción y habilitar que por ese espacio pasara el actual carril bici que conecta la Plaça Imperial Tarraco con el Campus Sescelades. Ahora, siete meses después, el ejecutivo de la Plaça de la Font apuesta por resucitar ocho quioscos del núcleo urbano e intentar reactivar su actividad, como mínimo, hasta 2030.

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