Tarragona y el modernismo, de la mano
La ciudad cuenta con numerosos edificios y rincones del estilo del s. XIX

¿Sabía usted que el escultor morense Julio Antonio, el creador del Monument als herois de 1811, no llegó a ver instalada su obra en la Rambla Nova porque falleció de tuberculosis?
¿Tenía conocimiento de que la actual Plaça Corsini se conocía anteriormente como Plaça del Progrés?
Estas dos cuestiones y muchas otras más reflejan un hecho que resulta claro: Tarragona no tan solo tuvo un pasado caracterizado por las actuales ruinas romanas, sino que también es un gran referente que puede presumir de arquitectura y de estilo modernista.
Es muy probable que mientras camine por la ciudad se tope con numerosas edificaciones que fueron construidas hace más de un siglo y que siguen el estilo clásico que tanto caracteriza a otras ciudades catalanas, como Barcelona o Reus. Aunque, Tarragona también tiene grandes obras y edificios representativos como el mismo Mercat Central, construido en 1915 y diseñado por el arquitecto tarraconense Josep Maria Jujol y que distaba mucho del resultado final que vemos hoy día. Es evidente que hace más de un siglo no había las franquicias o las clásicas tiendas que vemos en la actualidad, sino que todo comenzó a base de hombres y mujeres que vendían sus productos en pequeñas cestas.
Es esta misma ubicación la que puede presumir de una de las fachadas más bien conservadas de la ciudad, puesto que la del mercado cuenta con grandes letras que fueron instaladas hace 110 años.
Esas mismas letras son algo complicadas de leer para nosotros hoy en día, aunque resultaba mucho más fácil para la Tarragona de aquel entonces, acostumbrada a las letras redondeadas y al estilo modernista.
Destacan otros edificios de notable apariencia, como el Col·legi de les Teresianes, también modernista, o la Casa Porta Mercadé, el primer edificio en usar hormigón moderno en la ciudad.