Tarragona se queda sin un proyecto pionero del coche eléctrico de hidrógeno
La pyme Tecnovelero recibe un Perte de Industria pero no puede lograr avales. Adiós a una iniciativa clave de la Vall de l’Hidrogen
Tarragona se quedará sin el diseño y la fabricación del coche eléctrico impulsado por hidrógeno, un proyecto que cumple cuatro años de la mano de la firma Tecnovelero que, a partir de 2026, se iba a traducir incluso en la producción industrial en serie. Todo ello, además, de la mano de la URV y con espíritu de kilómetro cero.
La iniciativa se ha visto ahora en una encrucijada dolorosa. Por un lado, ha recibido por parte de Industria uno de los codiciados Perte, proyectos estratégicos para la recuperación y transformación económica. Se trata de una aportación que otorga el Gobierno a iniciativas consideradas estratégicas para la economía, en una buena parte basadas en la reindustrialización y la transición energética. La subvención ascendía a algo más de un millón de euros.
Por otro lado, la pyme necesitaba depositar un aval de 700.000 euros para recibir ese dinero, algo que no ha logrado pese a sus múltiples intentos. Javier Lavernia, CEO de Tecnovelero, lamenta la situación: «Hemos tocado todas las puertas, a todos los bancos, con grupos inversores, entidades de créditos. Se ha intentado cerrar una operación de todas las maneras, y no se ha podido. Nos da mucha rabia, porque Industria nos valida todo, el proyecto, la empresa, y cuando vas a buscar avales, a pesar de que tengas esa validación del Estado, no te los dan».
Movilidad sostenible
Tecnovelero nació hace cuatro años y desde entonces ha dado pasos de gigante hasta alumbrar el Virante, un primer prototipo, resultado de 26.000 horas de I+D+i. Es un automóvil biplaza, muy ligero, de dimensiones reducidas, amplia capacidad de carga y una autonomía sobre 300 kilómetros. El coche se enmarca en la necesidad de una movilidad sostenible, plasmada, por ejemplo, en el impulso de las zonas de bajas emisiones en ciudades como Tarragona o Reus.
Desarrollado en Tarragona, con el apoyo financiero del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI), el proyecto necesitaba ahora el espaldarazo financiero de un Perte para continuar adelante. «El futuro del proyecto estaba muy supeditado a conseguir el Perte y nos habíamos volcado en ello para seguir adelante», aporta Lavernia. El Perte concedido se enmarca en el desarrollo de proyectos innovadores ligados a vehículos híbridos y eléctricos de baterías y de pila de combustible de hidrógeno para avanzar en el proceso de descarbonización.
La ayuda iría a la investigación de un cuadriciclo de hidrógeno, llamado Virante H2SW. El trabajo consistiría en adaptar el eléctrico, ya diseñado estos años por la compañía, para que funcione con hidrógeno. Todo ello estaría en el ámbito del desarrollo experimental y habría supuesto la creación de 13 puestos en esta empresa ubicada en el Polígon Riuclar.
Javier Lavernia lamenta que «a la hora de pedir los avales reclamaban un nivel de ventas, cuando se trata de un proyecto experimental, de investigación, y al Ministerio, por ejemplo, no le ha importado que no hubiera ventas, y nos ha validado todo el plan».
Poder utilizar la subvención del Perte era una condición ‘sine qua non’ para seguir adelante y que, posteriormente, hubiera posibilitado más inversiones en clave industrial para lograr la producción. «Es una lástima porque es un proyecto objetivamente bueno», aporta Lavernia. La empresa incluso planificaba la ubicación de la fábrica para una producción en serie que generaría entre 170 y 380 empleos. «Podríamos producir, aunque fuera con una pequeña línea, sin requerir de una gran infraestructura», dice Lavernia.
La ambición de una pyme
La particularidad del proyecto es que, a pesar de su ambición, parte desde la concepción modesta de una pyme. Tecnovelero se integra dentro de la Vall de l’Hidrogen. Si finalmente se concreta que el proyecto no sigue adelante, supondrá un paso atrás para ese ecosistema del hidrógeno verde, que aúna desde el despliegue industrial por la descarbonización de la química a propuestas que tengan que ver con la movilidad y el transporte.
«Es una pérdida muy importante. Es un proyecto que creemos estratégico porque se trata del diseño de un vehículo impulsado por hidrógeno en Catalunya, así que es una triste noticia que no salga adelante», confiesa Isaac Justicia, director técnico de la oficina de la Vall de l’Hidrogen.
Justicia lo define como «un buen proyecto técnicamente», con la dificultad añadida, eso sí, de ser una pequeña compañía. «Este tipo de desarrollos los suelen hacer grandes empresas, vinculadas a movilidad tradicional. Por eso este proyecto era totalmente disruptivo. Además, si se hacía desde Tarragona era doblemente importante y meritorio», apunta Justicia.
Aportación menor pero relevante
El proyecto no figura entre los más boyantes en una Vall de l’Hidrogen que cuenta con millonarias inversiones de los gigantes de la química en Tarragona, pero sí era significativamente relevante.
Lo sucedido alrededor de este trabajo arroja luz sobre las dificultades que afrontan este tipo de iniciativas a la hora de buscar financiación. «Por un lado, la administración pública es lenta y, por el otro, las entidades financieras pocas veces arriesgan, y por eso es complicado conseguir cosas cuando se habla de transición energética, y más si se trata de una empresa pequeña, como es el caso, aunque luego en una segunda fase vinieran socios industriales para producir el vehículo», indica Justicia.
Javier Lavernia, como CEO de la compañía, fue uno de los ponentes en unas jornadas recientes celebradas en el Port de Tarragona y en las que se expusieron los avances alrededor de la Vall de l’Hidrogen de Catalunya. La madurez del proyecto era tal que incluso ya se había planificado el complejo para 380 puestos de trabajo, con acuerdos e implantación en dos localidades próximas a Tarragona. Lavernia lamenta: «Hemos puesto mucho esfuerzo. La sensación que tengo es que no ha habido una voluntad real de ayudarnos a desarrollar un proyecto pionero en nuestro territorio».
También quedan en ‘standby’ los convenios con empresas, la Diputació o varios ayuntamientos de Tarragona que iban a poder utilizar unidades del prototipo de eléctrico este 2024, todo ello mientras la financiación estatal permitía hacer la transformación tecnológica para desarrollar el vehículo con hidrógeno propiamente dicho.
¿Por qué un eléctrico de hidrógeno?
Dos principales ventajas reúne el vehículo de hidrógeno frente al que únicamente es eléctrico. «No va a haber una red de infraestructura eléctrica suficiente, no solo por la escasez de puntos de recarga, sino, por ejemplo, en los aparcamientos de los edificios», explica Lavernia. El otro beneficio tiene que ver con la ligereza, una de las principales cualidades de los diseños de Tecnovelero: dos depósitos de cinco kilos permiten una autonomía de 400 kilómetro. El peso de las baterías del eléctrico puro, en cambio, es un lastre que limita la autonomía.