Tarragona quiere un parque verde, sin parking y con dunas en la futura Punta del Miracle sin plataforma

Tras licitar esta semana las obras para desmontar el «mamotreto», el Ayuntamiento sacará a concurso este mes la redacción del proyecto de renaturalización del entorno

El Ayuntamiento de Tarragona acelera para transformar toda la Punta del Miracle. Tras iniciar esta semana la búsqueda de empresas para llevar a cabo el derribo de la plataforma, con un coste de más de 600.000 euros, de manera paralela el consistorio ya lo tiene todo a punto para sacar a concurso público el proyecto para redibujar y definir el futuro de uno de los entornos privilegiados de la ciudad, muy hipotecado desde el año 2001 por el hormigón que supuso la construcción del polémico equipamiento inaugurado en 2001 por el exministro Jaume Matas (PP) y que está abandonado y sin ningún tipo de uso desde junio del 2013.

Así, según confirma al Diari el concejal de Medi Ambient –Guillermo García (PSC)–, los técnicos municipales ya han definido el pliego de condiciones para sacar a licitación la redacción del plan de renaturalización de toda la zona, que debe ser el que realmente suponga el punto de inflexión para transformar urbanísticamente todo el entorno.

«Esperamos sacar el proyecto a concurso en una o dos semanas. El objetivo es poder tramitarlo en paralelo al desmontaje de la plataforma», indica García, quien apuesta por que el emplazamiento sea un «parque verde, con dunas, carril bici y destinado a la ciudadanía», manteniendo el vial de circulación actual, esto sí, reduciendo considerablemente la zona de aparcamiento. «No queremos que sea el uso principal, solo se reservarán algunas plazas para la gente con movilidad reducida», resalta el teniente de alcalde.

El subsuelo y todo el entorno

El presupuesto previsto para elaborar el proyecto es de 49.780 euros, de los cuales un 80% –39.824– están financiados por la Diputació de Tarragona. Según el pliego de condiciones, el objetivo del plan será «planificar y elaborar el proyecto ejecutivo para la restauración del ámbito de Llevant de la Platja del Miracle y su integración en los espacios verdes existentes, una vez eliminada la estructura superior».

En concreto, mientras que la primera fase se centrará en la supresión de la plataforma, la siguiente parte del proyecto que ahora se licitará se centrará en el subsuelo de la parte ahora ocupada por el «mamotreto», así como de todo el entorno. Por ello, se retirarán las cimentaciones, pavimentos y toda la estructura inferior, al mismo tiempo que se planificará «la restauración de los sistemas de playas y dunares», así como la «creación de zonas verdes de transición».

El proyecto también deberá contemplar la creación de «nuevos parterres para recrear ecosistemas litorales amenazados, diseñar y mejorar itinerarios de paso, instalar plafones interpretativos y ubicar mobiliario de madera», determinando, asimismo, el plazo de ejecución de las obras y su coste.

En principio, el acuerdo verbal entre Ayuntamiento de Tarragona y Gobierno Central es que el consistorio licita y financia la redacción del proyecto, mientras que el Estado –que es el propietario de los terrenos– será el encargado de pagar unas actuaciones que pueden ascender a varios millones de euros.

Según recalca García, el objetivo es que cuando finalicen las obras de la primera fase, las correspondientes al desmontaje de la plataforma, ya esté administrativamente avanzada la segunda fase para no dejar un período de stand by entre las dos actuaciones. «Ya tenemos el informe municipal favorable, ahora solo falta que el arqueológico sea aprobado por la Comissió de Patrimoni de la Generalitat», resalta García, quien se muestra convencido de que esta segunda fase «será la que realmente transformará y recuperará el espacio para el uso ciudadano».

Aval de la oposición

La apuesta por la renaturalización, la reducción de plazas de parking y el verde cuenta con el consenso de prácticamente toda la oposición. «El Miracle debe ser un espacio natural y de convivencia para que pueda disfrutarlo toda la ciudadanía. Con la naturalización del espacio también queremos recuperar las dunas para proteger y preservar la playa de cara a los temporales, que como se ha visto se puede ver bastante afectada. Debe ser una gran zona verde junto al mar con vegetación, sombras naturales y un reservorio de arena», indica Xavier Puig (ERC), quien rechaza que haya parking. «No tendría ningún sentido. El espacio debe ser natural con todas las facilidades para llegar a pie, en bici y en bus», detalla.

De manera muy parecida se expresa Jordi Collado (ECP). «Habría que incorporar vegetación que sombree y fije la arena renaturalizando el espacio y dejando en la mínima expresión el vial del paseo para vehículos e incorporando el carril bici», indica el edil de la formación progresista, detallando que su apuesta es «alejar al máximo el alquitrán y los coches de la arena», suprimiendo definitivamente un parking que, ahora, «no cumple la ley de costas y que nunca ha tenido permiso».

Desde el PP, Maria Mercè Martorell espera que la playa del Miracle «se pueda reorganizar». «Tiene que haber espacio natural con árboles y jardines, una zona de actividades deportivas, zona patrimonial con los fortines y, también, aparcamientos con sombra integrados en el paisaje», indica la edil conservadora, quien también considera una prioridad que «el parque Ana Maria Matute, por fin, sea el gran parque marítimo y patrimonial de Tarragona».

Finalmente, Elvira Vidal (Junts) cree que el derribo de la plataforma «debe dar lugar a un espacio renaturalizado mediante especies autóctonas y dando continuidad al pinar de Mas Roselló». A juicio de la edil juntaire, la prioridad es que la Punta del Miracle «sea un espacio amable y de encuentro para los ciudadanos que deben poder disfrutar del anillo azul de Tarragona», atendiendo, además, «a criterios de accesibilidad universal». La Punta del Miracle ya vislumbra un futuro libre de mamotretos.