Tarragona: presupuesto el 1 de enero por tercera vez en la última década
Solo en 2013 y 2016 se avalaron las cuentas en tiempo y forma antes de diciembre
Pese a que pueda parecer una evidencia, en la Plaça de la Font es una rara avis tener un presupuesto actualizado cada 1 de enero, coincidiendo con el nuevo año. De hecho, la aprobación en el Saló de Plens del pasado 29 de noviembre –con 20 votos a favor y solo 7 en contra– es un hecho que no se daba desde hacía siete años, cuando el 28 de noviembre de 2016 el gobierno de PSC, PP y Unió Democràtica, liderado por el entonces alcalde socialista Josep Fèlix Ballesteros, aprobó los números de 2017 con los 14 votos que sumaban las tres formaciones.
Hasta la fecha, esa fue la última vez que el consistorio pudo estrenar nuevas cuentas cuando tocaba: el primer día del año. Para que esto pueda cumplirse, es necesario que el pleno municipal apruebe el presupuesto antes de acabar el mes de noviembre, ya que una vez avalada la mayoría política, el proyecto económico debe ser publicado en el Butlletí Oficial de la Província de Tarragona (BOPT).
A partir de entonces se abre el período de exposición pública para posibles alegaciones, lo que, con los numerosos festivos de diciembre, comporta que sea necesario todo el mes para cumplir con el proceso administrativo.
Solo ocho veces en el siglo XXI
A nivel global, si se estudia la situación de la última década, se visualiza que en solo tres ocasiones el Ayuntamiento ha sido capaz de aprobar las cuentas en el Saló de Plens en noviembre para que estas ya sean ejecutivas el 1 de enero. De hecho, solo en ocho ocasiones se ha logrado en lo que se lleva de siglo XXI.
Por lo que se refiere a la última década, en 2013 Josep Fèlix Ballesteros –que gobernaba con un equipo en minoría de 12 concejales– logró avalar las cuentas para 2014 el 15 de noviembre. En esa ocasión, el PSC contó con las abstención de CiU y PP y con el voto en contra de ICV. Al año siguiente, el PSC tardó hasta el 19 de diciembre para aprobar los números.
Ya en el siguiente mandato, Ballesteros solo pudo aprobar un presupuesto en tiempo y forma: el de 2016 para 2017. En los años siguientes tuvo que posponerlo para el 28 y el 21 de diciembre, por lo que el nuevo presupuesto no entró en vigor hasta finales de enero de 2018 y 2019.
Con muchos más problemas se encontró el alcalde entre 2019 y 2023, Pau Ricomà (ERC). En sus dos primeros años, con un gobierno de 9 en minoría con ECP, aprobó las cuentas el 20 y el 21 de diciembre con los votos de Junts per Tarragona y la CUP. En su tercer año, ya con estos dos últimos grupos en el gobierno pero sin ECP, no pudo renovar las cuentas, por lo que tuvo que prorrogar las de 2021, mientras que en su último curso el OK llegó el 30 de diciembre. Ahora, Rubén Viñuales (PSC) –con un equipo de solo 9 de los 27 ediles del pleno– ha logrado aprobarlo en noviembre, con el mayor consenso del siglo XXI. ¿Se abre una nueva etapa o es un consenso coyuntural? La respuesta se irá descubriendo hasta 2027.