Tarragona, la ciudad de la historia
Las playas, la cultura, el patrimonio y la gastronomía son patrones de identidad de Tarragona, declarada Patrimonio de la Humanidad
Mediterráneo, playas tranquilas, gastronomía con personalidad, tradiciones vivas y un patrimonio histórico que le ha valido ser una de las quince ciudades Patrimonio de la Humanidad españolas y la única de Cataluña, son los ingredientes que convierten a Tarragona en un destino cercano ideal. A 1 hora de Barcelona y a 2 horas y media en alta velocidad de Madrid, encontramos uno de los secretos mejor guardados del Mediterráneo. En Tarragona convive la huella romana del conjunto arqueológico declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO con la vida cotidiana de esta localidad amable y tranquila. Junto a la espectacularidad de su icónico anfiteatro a orillas del mar, su excelente circo romano o su monumental acueducto conocido como puente del Diablo, el pasado romano de Tarraco se funde con la Tarragona actual en las calles de su centro histórico, convirtiéndola en un museo al aire libre.
Playas y naturaleza a un paso
Si algo más sorprende de Tarragona son los parajes y playas naturales que forman parte de la ciudad. Diez playas y calas repartidas en 15 kilómetros de costa sin masificaciones nos invitan a disfrutar durante todo el año de paisajes de incuestionable belleza como la cala Fonda; el bosque de la Marquesa; o el castillo medieval de Tamarit.
Ciudad de castells. X aniversario
Los castells, espectaculares torres humanas, son una de las señas de identidad de la cultura local. Durante el verano, la ciudad regala al visitante numerosas exhibiciones. A éstas se unen las diades tradicionales como la de Sant Magí o las de Santa Tecla, la fiesta mayor, que a finales de septiembre llena la ciudad de tradición, música y bailes festivos. La cita del 5 y 6 octubre con el Concurs de Castells pone la guinda al mejor espectáculo casteller de Cataluña.
La sorpresa culinaria
Pero la ciudad de Tarragona guarda aún muchas sorpresas y una de ellas es su original gastronomía. En el Serrallo, su barrio marinero, se puede disfrutar del romesco en innumerables recetas y variedades en los distintos restaurantes que hay por toda la zona, pero es especialmente recomendable degustarlo con el pescado local, de una excelente calidad, y además acompañado por un vino macabeo de la DO Tarragona.