Un sindicato de la Guàrdia Urbana de Tarragona denuncia a la alcaldesa de Granollers por un taller de cóctel molotov
Algunos sindicatos policiales han presentado un escrito ante la Fiscalía Superior de Catalunya y ante la Fiscalía de Menores contra el Ayuntamiento por permitir este evento de ‘adoctrinamiento’ contra la policía
Sindicatos policiales de los Mossos d’Esquadra y de la Guàrdia Urbana Tarragona, Badalona y Lleida —USPAC, PSU y ASEMIT— han presentado conjuntamente una denuncia ante la Fiscalía contra el Ayuntamiento de Granollers y su alcaldesa, Alba Barnusell (PSC), por el caso del taller de cócteles Molotov de la colla dels Blaus durante la Fiesta Mayor.
El Ayuntamiento de Tarragona y la propia Guàrdia Urbana de la ciudad han declinado opinar sobre la decisión del sindicato mayoritario y de la polémica generada en la ciudad del Vallès Oriental.
Consideran que la actividad podría constituir un delito de odio y de injurias graves contra los cuerpos y fuerzas de seguridad. USPAC, además, exige la dimisión de la alcaldesa de Granollers por haber permitido lo que consideran un «acto vandálico». El sindicato de Mossos también reclama a los nuevos dirigentes del cuerpo que se sumen a las denuncias para «defender» a los cuerpos policiales: «No se puede permitir lo que ha pasado».
En su denuncia, los sindicatos lamentan que la actividad explicara «técnicas propias de la kale borroka» y que se animara a menores de edad a participar en una práctica consistente en lanzar un cóctel Molotov a un muñeco uniformado como un mosso d’esquadra, señalado como «objetivo».
Un taller de la Fiesta Mayor de Granollers, que simulaba el lanzamiento de cócteles molotov a la policía, ha levantado las críticas de sindicatos policiales, mientras el Ayuntamiento ha mostrado su apoyo a las fuerzas de seguridad, ha rechazado la prueba y ha afirmado que desconocía su contenido.
El taller, que se llevó a cabo el martes por la tarde en la plaza de Can Trullàs de Granollers, en el marco de la Fiesta Mayor, estaba organizado por el grupo de los «Blaus», y consistía en una prueba en que algunos participantes, entre ellos menores, arrojaban objetos de ropa simulando ser un cóctel molotov, apuntando hacia un muñeco vestido de policía.
Los Mossos d’Esquadra están estudiando el caso para determinar si se puede abrir una investigación, según fuentes policiales.
En un comunicado, el Ayuntamiento de Granollers, encabezado por la socialista Alba Barnusell, ha mostrado su apoyo a los cuerpos de seguridad y ha rechazado el contenido del acto organizado por el grupo de los «Blaus» en la Fiesta mayor.
Asimismo, el consistorio de Granollers ha afirmado que desconocía el contenido de este acto y ha transmitido su defensa «firme» de los valores de la paz y la convivencia.
Se trata de un taller sobre «Técnicas aplicadas de guerrilla urbana», con introducción a las principales herramientas técnico-tácticas para una «estrategia subversiva», organizado por la colla «Blaus-Blaucops». La entidad los Blaus de Granollers han lamentado la «interpretación» de este acto y han afirmado que «en ningún caso» han querido ofender a los cuerpos de seguridad ni incentivar la violencia.
Sindicatos policiales como USPAC o SAP-Fepol habían calificado de «lamentable» la imagen y los valores que están transmitiendo a los más jóvenes con este tipo de pruebas en una fiesta mayor. «Después nos quejamos...», apunta.
Por su parte, el SUP ha anunciado que estudia medidas legales ante esta «barbaridad», ya que «no puede quedar impune». «La idea que tienen en Granollers sobre Fiestas Populares: Enseñar a niños a tirar cócteles molotov. Hay muchos valores democráticos por enseñar y esto no es ni valor ni democrático».
También la sección sindical de CCOO en los Mossos ha denunciado este acto, que no ve «ni lúdico ni festivo», sino «muy grave», por lo que ha pedido al nuevo equipo en la consellería de Interior de la Generalitat que tome medidas.
Asimismo, la asociación de la Guardia Civil Jucil ha denunciado que «el odio» hacia las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado aumenta en Catalunya, «que cada vez se parece más al País Vasco». «Es una auténtica vergüenza que en este tipo de actos se encuentren niños. Por desgracia, alguno podría acabar siendo un auténtico CDR en un futuro», subraya Jucil.