Tarragona debe cuatriplicar los puntos de recarga de coche eléctrico para cumplir con la UE
Bruselas endurece las exigencias para que los países fomenten la red. La provincia solo tiene 400 de las 752 conexiones reclamadas a final de este año y de las 1.541 marcadas para 2025
Tarragona debe aumentar exponencialmente sus puntos de recarga del coche eléctrico si quiere cumplir con las nuevas directrices de la Unión Europea. Es una de la conclusiones del estudio de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac). La entidad ha presentado su actualización de Mapas de Infraestructura de recarga de acceso público para que todos los territorios puedan alcanzar los objetivos de reducción de emisiones del plan Fit For 55.
Esta iniciativa, presentada por primera vez en julio de 2021, pretende servir como herramienta que ayude a la planificación y monitorización del despliegue, aún pendiente. Desde la asociación se plantea una metodología del despliegue necesario para establecer una red de infraestructuras de recarga que facilite la incorporación de vehículos electrificados en España. Todo ello va en la línea de la exigencia de reducción de emisiones marcadas desde Europa.
Hay poco tiempo por delante y mucho por hacer. Los alrededor de 400 puntos de recarga actuales en Tarragona deberían duplicarse a finales de este año. Anfac pone una cifra: 752. Pero los objetivos se dibujan a más largo plazo: a finales de 2025, en poco más de dos años y medio, el dato debería escalar a las 1.542 conexiones.
La tarea por delante es ingente, porque supone multiplicar prácticamente por cuatro el balance actual de estas terminales de acceso público. Otro hito de este trayecto ambicioso se ubica, por el momento, a siete años vista. En 2030, debería haber 5.251 dispositivos, 13 veces más de los que existen en la actualidad.
Pero el último peldaño de esta escalada de la movilidad electrificada está situado a finales de 2035, un escenario en el que en las comarcas del Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre debería haber 10.981 estaciones. O, por decirlo de otra manera, los acoples actuales ar la red solo cubren el 3% de la cobertura que debería haber hacia mediados de la próxima década.
Catalunya, de 5.000 a 15.320
Según Anfac, Catalunya tiene 4.955 postes de recarga, en 2023 ha de alcanzar los 7.572 y para 2025 tendrá que multiplicar por tres la red actual, hasta los 15.320 puntos de recarga de acceso público. La patronal indica que en esta actualización se ha tenido en cuenta el aumento de exigencias de reducción de emisiones de dióxido de carbono que la Unión Europea ha marcado para los diferentes tipos de vehículos en los horizontes 2030 y 2035 en el Fit for 55. Éste fija una reducción del 55% y 50% para 2030, en turismos y comerciales ligeros, respectivamente. Y del 100% para 2035.
Este aumento de ambición en la búsqueda de la neutralidad climática debe tener su reflejo en un aumento de los objetivos de penetración de vehículo electrificado. Así, si bien el vigente Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 aspira a un parque de vehículo electrificado de turismos y furgonetas en España de 3,4 millones en 2030 y una cuota de mercado del 40%, cumplir con el nuevo escenario cambia las cosas. Exigiría, según estimaciones de Anfac, un nuevo objetivo de 4,3 millones de unidades para 2030 y de 9,8 millones para 2035, con un 60% y 100% de cuota de mercado electrificado, respectivamente.
La primera normativa AFIR, fechada en 2014, primaba el número de puntos de recarga frente a la calidad. Así, establecía que la cifra adecuada de puntos de recarga debía ser equivalente al menos a un punto de recarga cada diez vehículos. La nueva propuesta AFIR de la Comisión Europea establece dos diferencias principales: añade la necesidad de que estos puntos tengan potencia y capilaridad y establece unos objetivos vinculantes de despliegue para los estados.
«Falta de ambición»
Esta nueva regulación supone un reconocimiento, en opinión de Anfac, de «la falta de ambición de los estados miembros para fijar los objetivos de recarga, la no existencia de una metodología para calcular el despliegue necesario y la falta de políticas de apoyo acordes a los objetivos».
Desde Tarragona, Emili Beltran, secretario general de Astave (Associació Empresarial de Tallers de Reparació i venedors de l’Automoció), sostiene que «como gremio, lamentamos que no se hayan cumplido ni una cuarta parte de las previsiones hechas por el Gobierno hace tres años en cuanto a despliegue».
Beltran cree que «si la red no crece es absolutamente inviable que lo haga el vehículo eléctrico». Varios factores juegan en contra de esta expansión, por el momento, deficitaria. «Los procedimientos para las instalaciones son extraordinariamente complejos, desde la obtención de permisos hasta el resto del proceso. Habría que facilitarlo desde el punto de vista de la normativa», indica Beltran.
Hay, sin embargo, otro freno. «Quizás lo que sucede es que el ciudadano tampoco tiene una previsión de compra de vehículo eléctrico a corto y medio plazo. No hay una presión social significativa, no existe un volumen de compradores previsto», detalla Beltran, que reclama a las administraciones cumplir con sus compromisos.
La nueva propuesta de Anfac parte de unos niveles superiores de potencia necesaria para los eléctricos e híbridos enchufables, puesto que la tecnología de la automoción está evolucionando hacia capacidades de carga muchos mayores. En concreto, la asociación parte de una potencia de 3 kW para los vehículos eléctricos y 2 kW para los híbridos enchufables.
Así, del planteamiento de AFIR se concluye que para 2030 España debería disponer de 322.000 puntos de recarga, mientras que la propuesta de Anfac establece 300.000 establecimientos como objetivo mínimo para abastecer el parque para ese mismo año.
Recargar en un cuarto de hora
Para los fabricantes, la calidad de la red es decisiva. A cierre de 2022, de los 18.128 puntos de recarga de acceso público que tenía España, sólo el 3,8 % eran de recarga de alta potencia (≥ 150 kW). Anfac advierte que España debería multiplicar por cinco su red de carga de alta potencia por ser fundamental para que el vehículo eléctrico pueda ser empleado en trayectos de larga distancia por carretera. Es clave lograr tiempos de carga de entre 15 y 27 minutos.
Para José López-Tafall, director general de Anfac, «los objetivos establecidos por la Unión Europea no se cumplen solo con el esfuerzo del sector, sino que precisan de un gran esfuerzo por parte del resto de los actores». Igual que Beltran, el directivo indica que «es imprescindible el compromiso del Gobierno y de las comunidades y corporaciones locales para implantar en el territorio la infraestructura necesaria». López-Tafall considera que «la industria de la automoción está liderando la descarbonización y ya está poniendo en el mercado una amplia oferta de vehículos electrificados».
El sector se enfrenta a «objetivos cada vez más exigentes en materia de reducción de emisiones» y por eso pide desarrollar infraestructuras de recarga de acceso público. «Hay mucho que avanzar. Pretendemos animar ese debate con datos, porque si no sabemos dónde estamos y cómo vamos es muy difícil llegar al objetivo que nos fijemos», concluye Anfac.