Tarragona: Alerta roja por el patrimonio
Mas Cusidó es la última incorporación de la ciudad en la lista de la vergüenza: la que elabora la entidad Hispania Nostra
Suma y sigue. El patrimonio de la ciudad en peligro de desaparición no para de crecer. La última incorporación a la nómina de vergüenzas es el Mas Cusidó, una masía en ruinas con una torre de defensa que apenas se mantiene en pie. Ubicado en el término municipal de Tarragona, muy cerca de La Móra, es la novena entrada de la demarcación en la Lista Roja de Hispania Nostra, una entidad que pone en valor el patrimonio y que, con su lista, pretende advertir del peligro de desaparición de edificios con valor histórico.
Al Mas Cusidó se le añaden el Mas dels Arcs o dels Àngels, el preventorio de la Savinosa, la Tabacalera (los tres en Tarragona), Mas Tallada (La Secuita), Mas Barber (Constantí), el castillo y encomienda de Selma (Aiguamúrcia), la iglesia de Santa Perpetua de Gaià (Pontils) y la Guixera del Tòful (Vilaverd).
Según explica Ana Zarco, responsable de la Lista Roja dentro de Hispania Nostra, cualquier persona o institución puede informarles de un edificio en mal estado que sea susceptible de entrar en la Lista Roja. Un comité de expertos, compuesto por arquitectos, arqueólogos, historiadores, conservadores de museo y paisajistas se reúne mensualmente y analiza las propuestas para la Lista Roja de ese mes.
Si se decide aceptar su inclusión, se consulta al delegado regional de la entidad para recabar información, se advierte al Ayuntamiento correspondiente y se le da un plazo de 15 días para que realice alguna alegación. «Si nos dicen que hay previsto un proyecto de rehabilitación, no incluimos el edificio en la lista, pero muchas veces no contestan. En ese caso avisamos a la prensa», explica Zarco.
Es el caso de Mas Cusidó. Una reciente nota de prensa informaba de su inclusión en la Lista Roja. No es de extrañar. Una preocupante grieta recorre su torre del siglo XV. Al menos se instalaron unas vigas alrededor de la torre como si fueran abrazaderas.
De 12 metros de altura, 4x4 de base y un muro de 70 centímetros de ancho, aún conserva unas gárgolas. A sus tres pisos no se puede acceder a menos que se coloque una escalera en un lateral. Una vez en el interior una escalera llena de cascotes une las diferentes alturas. En cada piso hay pintadas de escaso gusto artístico. Y en el último unas aspilleras por las que disparar flechas en caso de asedio muestran que en su día tuvo un carácter defensivo.
De fácil acceso, ya que se encuentra muy cerca de la autovía y se puede llegar en coche, Mas Cusidó es un peligro. Al lado de la torre, otro edificio permanece sin techumbre pero la vegetación ha invadido el vacío y parece que esté cubierto. Las chumberas son las reinas de un espacio del que se tiene la primera referencia documental el 29 de septiembre de 1568, día en que se firmó un acta de conciliación entre los Pallarès y los Elies sobre el derecho de paso entre las fincas de ambas familias.
Mas dels Arcs
También en Tarragona otro mas, el del Arcs o el Àngels, es un ejemplo de la decadencia de un edificio tan lujoso que el propio rey Alfonso XIII y su esposa, Victoria Eugenia de Battenberg, lo visitaron el 29 de octubre de 1927 cuando viajaron a Tarragona para inaugurar la Fábrica de Tabacos.
Los monarcas inauguraron también un monolito en su honor que había erigido el dueño del mas, Mariano Puig i Valls, a su vez propietario, junto a su hermano Rafael, de la Quinta de San Rafael, el edificio que se erige en medio del Parc de la Ciutat. La Quinta es el símbolo del poco respeto que muestra la ciudad hacia su patrimonio y ejemplo de la lista interminable de proyectos de rehabilitación que nunca se llevan a cabo.
En el Mas dels Arcs encoge el alma ver las paredes semiderruidas, los arcos que le dan nombre apenas en pie, la vegetación por todas partes y, como no, pintadas. Se accede a pie y está muy cerca del Pont del Diable. Lo que antaño fue una rica masía dedicada a cultivar la viña con una bodega anexa llena de elementos góticos entró en la Lista Roja el 1 de febrero de 2023.
Mas Tallada
Mas Tallada también estaba dedicado al cultivo de la viña. Fue propiedad durante casi seis siglos del monasterio de Santes Creus. Se encuentra situado a las afueras de La Secuita.
Su historia comienza en 1182 en las tierras del noble Guillen de Claramunt. Tras una cadena de ventas y donaciones, pasa a propiedad del monasterio en 1232. En el siglo XIX, la iglesia lo pierde tras la desamortización y va cambiando de manos. En la actualidad es de propiedad privada y resiste, cada vez mas deteriorado, en medio de un campo de viñas.
Las antiguas bodegas están cubiertas por arcos apuntados, probablemente del siglo XVI. Los elementos decorativos han ido desapareciendo a excepción de un reloj de sol en la pared principal bajo el campanario de espadaña. En el reloj se pueden observar dos fechas: 19 de mayo de 1589 y 15 de marzo de 1898.
Patrimoni Cultural de la Generalitat compró por 160.000 euros un retablo vinculado al monasterio de Santes Creus que había estado en Mas Tallada, tal como explicó el historiador Marc Dalmau en un artículo publicado el pasado 5 de marzo en el Diari.
La antigua muralla que circundaba el mas se ha derrumbado en varios lugares, al igual que el techo del enorme edificio. Las vigas caídas ‘compiten’ con piedras polvorientas. En el segundo piso, aun hay restos de una alacena y de la pintura que decoraba las paredes. Entró en la Lista Roja el 26 julio de 2021.
Consulta aquí la fotogalería completa de Mas Tallada.
Mas Barber
En el término municipal de Constantí, a cien metros del aeropuerto, se ubica Mas Barber, en la Lista Roja desde el 21 de junio de 2019. Su particularidad es que, en las paredes de la sala principal, unas pinturas al fresco apenas sobreviven a la humedad, los restos de un incendio y las grietas. Un sabio local, Ramon Amigó, las atribuyó a Marià Fortuny. Al parecer el artista reusense era amigo de los dueños del mas y les decoró el salón.
La Diputació y la Generalitat mencionan la posible autoría de Fortuny en sus informaciones sobre Mas Barber. Las pinturas representan sabios griegos como Aristóteles, Homero o Hipócrates.
Curiosamente alguien colocó sobre un tronco un peón de ajedrez. Tenga pinturas de Fortuny o no, Mas Barber coincide con sus ‘colegas’ de lista en su deplorable estado. El manillar oxidado de una bici, una mascarilla, un neumático, cojines, herrajes, latas de cerveza aplastadas, botellas de whisky vacías, ropa, zapatos... ‘decoran’ el mas. Una vergüenza para todo amante del patrimonio.
Consulta aquí la fotogalería completa de Mas Barber.