Tarraco Viva busca recuperar sus mejores sensaciones
El festival, que ha cumplido 25 años, pretende crecer entre el público escolar, evitando las «masificaciones» y con el «rigor» por bandera. El año que viene se centrará en el Mediterráneo
El festival Tarraco Viva bajaba ayer el telón después de catorce días intensos, con un programa con más de 300 actividades en las que de nuevo el patrimonio y la divulgación histórica volvían a ser protagonistas. Con el acto de clausura que se celebró ayer en el Recinte Firal, el certamen dejaba atrás la edición del vigésimo quinto aniversario, en la que el festival ha recuperando su génesis y la voluntad de crecer entre el público escolar, evitando las «masificaciones» y haciendo valer el «rigor histórico» como estandarte.
«Podemos hablar de un festival finalmente consolidado y que mira al futuro, renovando formatos y adaptándose, sin dejar de pensar en el papel fundamental del patrimonio en la vida de los ciudadanos de Tarragona», afirmaba el director del festival, Magí Seritjol.
En los próximos días la organización dispondrá de los datos definitivos de asistencia en los diferentes espacios. Sin embargo, las sensaciones que ha dejado esta edición eran «muy buenas». La asistencia en muchos casos se ha situado en 100%, por lo que el primer balance hace una estimación de cerca de 20.000 personas.
Pese a ello, Seritjol quiso rehuir de las grandes cifras y defendió que el éxito de Tarraco Viva es la apuesta por un modelo «sostenible», que «no se masifique nunca». «La cultura debe ser sostenible por sí misma, no nos vale que esta sea puro entretenimiento», argumentó.
Seritjol puso en valor que Tarraco Viva «ha recuperado el nervio de antes de la pandemia» con los talleres en el Camp de Mart, que se han celebrado durante todo este fin de semana y la apuesta por recuperar la actividades en el Recinte Firal. «Cuando empezamos ya sabíamos que cuesta consolidar y encontrar una metodología. Las primeras ediciones han sido un prólogo y esto empieza ahora. Hemos conseguido ser una referencia internacional y no tan solo en el ámbito del patrimonio histórico y de la divulgación, sino desde el punto de vista de la ciencia», decía.
Sin abandonar este rigor que le ha permitido consolidarse como un referente europeo, el festival piensa ahora en cómo seguir llegando a la «máxima gente posible» y una de las apuesta de cara al futuro será el formato ‘Gent de Tàrraco’, donde el público ha podido conocer y acercarse a los personajes cotidianos que habitaban en esta ciudad de hace más de 2.000 años. Uno de los objetivos será profundizar y ampliar esta línea. Asimismo, la organización quiere seguir apostando fuerte por las actividades entre semana, ya que la participación cada vez es más importante, dejando de lado la idea de que el festival tan solo es para los fines de semana.
La segunda gran línea estratégica en la que quiere seguir profundizando Tarraco Viva es el programa educativo. Y, en este sentido, Seritjol se marca como reto «llegar a todas las escuelas e institutos» de la ciudad.
Durante este primer balance, el director del festival también valoró la apuesta tecnológica, que durante los años de la pandemia permitió que el certamen pudiera seguirse celebrando. Aunque todo esto ahora ha quedado atrás, y se ha recuperado la presencialidad.
Por otro lado, la organización también valora que a lo largo de estos 25 años ha conseguido un público «muy amplio» y «consolidado», y que esta trayectoria también ha permitido que Tarragona sea «la ciudad europea con más grupos de recreación histórica». Al respecto, una de las novedades de este año ha sido la participación del grupo Kemet, sobre el mundo egipcio, y se está trabajando para que el mundo griego también tenga su representación de cara a próximas ediciones.
Seritjol hacía esta valoración escasas horas antes de la clausura, que en esta ocasión volvía a celebrarse en el Recinte Firal del Palau de Congressos. Prácticamente un centenar de personas de los grupos de recreación participaron en una ceremonia en la que se mostró la ciudad dual. Por un lado, la portuaria habitada por gente de todo el mundo que comerciaba con mercancías llegadas de los límites más remotos. Y, por la otra, la de las elites, que ocupaba la zona alta de la ciudad, como el Foro Provincial.
El decorado del escenario estaba formado grandes paneles, donde el público pudo ver cómo se distribuía esta acrópolis con sus tres terrazas, además de esta gran plaza de representación, que en medio del espectáculo fue movida para que el público prácticamente pudiera entrar en el Aula Flavia. Unos materiales que este año han sido una de las joyas del festival y que son el resultado del trabajo de investigación llevado a cabo por el grupo Setopant de la URV. Antes de finalizar, y como ya es tradicional, el director de Tarraco Viva anunció que el año que viene el protagonismo girará alrededor del Mediterráneo.