Se cuelan 4 pueblos de Tarragona entre los 100 más bonitos de España según National Geographic
Descubre los cuatro pueblos más bonitos de Tarragona seleccionados por National Geographic y explora su historia, belleza y encanto único
En la lista de los 100 pueblos más bonitos de España, la revista Viajes de National Geographic ha decidido incluir cuatro pueblos de Tarragona: Horta de Sant Joan, Siurana, Montblanc y Miravet. Cada una de estas localidades tiene algo único que ofrecer, desde el arte de Picasso hasta el legado templario. Descubre la historia, la belleza paisajística y los secretos que hacen de estos pueblos lugares especiales y auténticos en la provincia de Tarragona.
Horta de Sant Joan: Picasso, templarios y aire medieval
Ubicado en el puesto 33 del ránking de los pueblos más bonitos de España, Horta de Sant Joan es un lugar donde el tiempo parece que el tiempo se pare. Este pueblo inspiró a Pablo Picasso para algunas de sus obras más importantes, transformando la colina sobre la que se asienta en una visión cubista. Horta de Sant Joan conserva también un profundo legado templario y hospitalario, presente en cada piedra.
El ambiente medieval se respira en cada rincón. Sus estrechas y empinadas calles conducen a lugares emblemáticos como la Casa del Delme, un antiguo hogar del cobrador de impuestos durante la época hospitalaria, o la iglesia de Sant Joan, con su aspecto fortificado. La plaza porticada, con la iglesia del siglo XIII y el Ayuntamiento renacentista, guarda una calma inalterable desde hace siglos. Explorar Horta de Sant Joan es como es como recorrer un capítulo vivo de la historia, con el Ecomuseo del Parque de Els Ports y el Centro Picasso como visitas imprescindibles.
Siurana: Fortaleza última del Al-Ándalus
En el número 60 de la lista se encuentra Siurana, el último bastión musulmán en tierras catalanas. Situado en lo alto de un risco con vistas a la Sierra del Montsant y el pantano de Siurana, su ubicación estratégica permitió que resistiera los asedios cristianos más tiempo que ninguna otra localidad. Aún hoy, su emplazamiento cortado a pico deja sin aliento a los visitantes, al igual que sus callejuelas empedradas y la iglesia románica de Santa María, construida en el siglo XII.
Recorrer Siurana es una experiencia que combina historia y naturaleza. Sus vistas espectaculares sobre el pantano, rodeado de bosques, y las terrazas de viñedos y huertos, ofrecen una imagen que apenas ha cambiado desde la Edad Media. Además, Siurana es un paraíso para los amantes de la escalada, quienes encuentran en sus riscos el reto perfecto. Manteniendo viva la esencia de un pasado de resistencia y lucha, Siurana invita a los visitantes a perderse en la calma de sus paisajes y disfrutar de su autenticidad.
Montblanc: Entre murallas e historias de dragones
Montblanc ocupa el puesto 79 en el listado de los pueblos más bonitos de España, y es fácil entender por qué. La ciudad medieval es toda una lección de historia viviente. Su muralla de 1.500 metros, perfectamente conservada, transporta a sus visitantes al siglo XV, cuando fue construida para defender la villa de los ataques del rey Pedro I de Castilla.
Montblanc también está envuelto en leyendas. Se dice que aquí Sant Jordi mató al dragón, y cada rincón del pueblo parece evocar esos cuentos que se entremezclan con la realidad histórica. La localidad fue un importante enclave real, con palacios como el del Castlà, donde se alojaban los representantes de la Corona de Aragón. Su patrimonio religioso, que incluye la iglesia de Sant Miquel y los conventos medievales, es un testimonio de la importancia que tuvo esta ciudad. Además, la bodega modernista de Montblanc es otra parada imprescindible para quienes buscan disfrutar de un patrimonio más reciente.
Miravet: La paz del Ebro y el eco templario
En el puesto 97 de la lista, Miravet se presenta como una de las postales más encantadoras de la Ribera d’Ebre. Su castillo, reflejándose en el río Ebro, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura templaria en Europa. Esta fortaleza, construida por los templarios, desafía al tiempo mientras se eleva sobre el paisaje del Ebro como un testigo inmutable de siglos de historia.
Pasear por Miravet es caminar por su historia. Desde el Cap de la Vila, con sus callejuelas estrechas flanqueadas por casas de piedra, hasta la Iglesia Vieja, hoy reconvertida en un centro cultural, todo invita a detenerse y observar. Además, Miravet es conocido por su cerámica, una tradición que se remonta al siglo XVII. En el Raval dels Canterers, los talleres de alfareros mantienen vivo este oficio centenario, permitiendo que los visitantes se lleven un trozo de historia en cada pieza.