Seguici: el orgullo popular de Tarragona con 1.700 integrantes

Primera salida al completo. La ciudad vuelve a bolcarse para ver en acción a los 28 elementos que conforman el pelotón de bailes y ‘bèsties’ de TGN. Grandes y pequeños avalan la puesta en marcha de la calle del Silenci

Septiembre es sinónimo de autoestima en la ciudad de Tarragona. La Festa Major se ha convertido en el orgullo de una ciudad que, durante el noveno mes del año, vive con la máxima intensidad las celebraciones en honor a su patrona: Santa Tecla.

Pese a ser los días en el que los tarraconenses miran más constantemente al cielo y consultan más a menudo las previsiones meteorológicas del teléfono móvil, es durante los últimos días de verano cuando la ciudad y su prolífica cultura popular lucen en todo su esplendor, ejerciendo de capital cultural catalana.

Y es que pese al inicio de curso escolar y el final de las vacaciones, a diario entre el 13 y el 24 de septiembre las calles están llenas, con una organización de diez, de ciudadanos que no quieren perderse los 500 actos del programa de fiestas, así como muchos otros «no oficiales» que completan la esencia santateclera. Y esto es gracias al gran orgullo de la Festa: un Seguici Popular que, año tras año, hace las delicias de los más pequeños (y de los no tan jóvenes) y que, según cuentan las entidades, está experimentando un notable crecimiento durante los últimos años, «especialmente en la vertiente infantil», según destaca Julián Ramos, de unos Nanos Nous que este pasado sábado cumplieron su primera década.

Satisfacción con Santa Anna

Ayer, una vez más en 22 de septiembre, la ciudad salió a la calle en masa para no perderse la primera salida al completo de los 28 elementos de ball, bèsties, gegants y nanos. Allí estaban los héroes de la noche anterior –l’Àliga, la Mulassa y el Lleó– que, pese a la intensa lluvia de la madrugada del domingo, bajaron los 19 escalones del Pla de la Seu para poner en liza el acto más mediático de las fiestas tarraconenses: la multitudinaria Baixada de l’Àliga, un evento que ya está en todas las agendas culturales del año y que ya ha obligado a diseñar protocolos específicos de seguridad debido a la gran afluencia que hay.

Impuntualmente a las siete de la tarde también salieron desde la Plaça de la Font para recorrer las calles de la Part Alta elementos muy queridos por la ciudadanía, como son la Víbria, la Moixiganga o los Gegants, sin olvidar a la Cucafera y toda la retahíla de bailes que dan ritmo a la fiesta.

Miles de personas llenaron las calles –y los portales– de Tarragona, en una cita que este año tiene una gran novedad: la calle del Silenci, Santa Anna. En esta vía, llena de gente muy joven y mayor, los grupos de fuego no usaron pirotecnia y limitaron a máximo el ruido para adaptar la Festa a las personas con diversidad funcional e hipersensibilidad sensorial. «Es una gran idea. Estamos con amigos y con niños pequeños, y hemos venido a esta calle para evitar que les asuste el fuego», recalcaban Sonia y Pedro, padres de Júlia, de seis años. A su vez, la medida también fue agradecida por María, de 74 años, quien recalcaba que «no me atrevo a ponerme cerca de las bestias de fuego, por esto he venido a Santa Anna».

«La mejor carta de presentación»

En total, según datos aportados por las propias entidades al Diari, a día de hoy son unas 1.700 las personas que forman parte de los 28 integrantes del Seguici Popular de Tarragona, el único de Catalunya que cuenta con la doble distinción Patrimonial de Interès nacional de la Generalitat y de Interés Turístico Estatal.

Así, 300 de los integrantes corresponden a l’Esbart Santa Tecla, entidad que participa en el Seguici con cinco bailes de grandes y pequeños: Bastoners, Turcs i Cavallets, Cercolets, Patatuf y Ball de Valencians, además del Retaule.

La Cucafera, del barrio del Port, cuenta en la actualidad con unos 200 integrantes, un signo de buena salud que se suma, además, a «otras 25 personas en lista de espera entre la grande y la pequeña», recalca Óscar Pérez.

Tras la bèstia, otra entidad de baile toma un notable protagonismo: el Esbart Dansaire de Tarragona, que aporta 145 miembros entre cuatro danzas: el Ball dels Set Pecats Capitals, el Ball de Cossis, el Ball de Pastorets y el Ball de Gitanes.

Tras el Esbart se sitúan también la Víbria, con 140 miembros –contando Diables Voramar y Vibrieta– y la Mulassa, con 130. También supera el centenar el Ball de Diables, con 114 personas, que entre sus secciones cuenta con l’Àliga (17 aliguers). Los Nanos Vells suman otras cien personas.

El Griu, de la Vall de l’Arrabassada y el Bou superan los cincuenta integrantes, mientras el Ball de Serrallonga, el Lleó, el Drac de Sant Roc, los Nanos Nous y la Moixiganga –que cumple un cuarto de siglo– ya son más de cuarenta. El Ball de Titans y los gegants rozan ya la misma cantidad, la mayoría de ellos, además, en fase de claro crecimiento.

Como dijo la pregonera de Santa Tecla 2024, Griselda Pastor, «la Festa es nuestra mejor carta de presentación en Europa». Larga vida, pues, para un Seguici que, sin lugar a dudas, es el síntoma más evidente del buen estado de salud con el que cuenta la cultura popular de la ciudad. Chapeau!