Cientos de niños confían su chupete a la Víbria para abrir los grandes actos de Santa Tecla

Esta tradición para las fiestas tarraconenses se remonta al año 2006

La Plaça de les Cols se ha llenado como cada año de niños (y padres) que esperaban impacientes para dar el chupete a la Víbria. Algunos como Marçal y su madre Míriam llevaban meses negociando mientras que otros como Arlet lo tenían muy asumido.

La tradición comenzó en 2006, el mismo año que se creó la Vibrieta.

A los niños que dan el chupete les entregan una pirueta y un certificado de la propia Víbria.

Pese a la emoción contenida ha habido algún puchero pero no llantos. Los padres eso sí, están a la expectativa de cómo será la primera noche sin chupete.