75 metros de Pastís del Braç invaden la Plaça de la Font
1·800 raciones. Las pastelerías Conde y Trill elaboraron el dulce, con el objetivo de «agradecer la fidelidad de los clientes»
Uno de los actos más dulces del programa festivo de Santa Tecla es la degustación del Pastís del Braç de Santa Tecla. La Plaça de la Font se ha vuelto a llenar de tarraconenses que no querían quedarse sin su trozo de pastel. Se trata de un biscuit, relleno de nata y cubierto de azúcar. Un manjar que se ha elaborado en la escuela de pastelería Esco Tàrraco –avenida Catalunya–, y en los obradores de dos de las pastelerías más importantes de la ciudad: la Conde y la Trill. Eso sí, con la ayuda incondicional de Josep Roquet, de la pastelería Palau, que cerró sus puertas hace tan solo unos días, y que fue uno de los impulsores de la iniciativa, hace casi dos décadas.
El Gremi d’Artesans Pastissers de Tarragona ha plantado en la Plaça de la Font 75 metros de Pastís del Braç de Santa Tecla, que han sido repartidos en 1.800 raciones. También hubo versión sin gluten para los celíacos. Para el sector, el acto es una manera de dar valor al oficio. Un colectivo que, en los últimos años, está viviendo cierto «intrusismo» por parte de flecas, aseguran.
«El objetivo de esta degustación es dar las gracias a los tarraconenses. Es una manera de agradecer la fidelidad de los clientes que consumen pastelería artesana, a lo largo de todo el año», explica el propietario de la Conde, presidente del Gremi d’Artesans Pastissers de Tarragona y director de Esco Tàrraco, Josep González Catalán.
Son los mismos pasteleros los encargados de asumir los costes de este acto. Años atrás, la cita aglutinaba a casi todas las pastelerías de la ciudad. Tanto era así que, en alguna edición, llegaron a participar hasta una decena de negocios. La mayoría de ellas han bajado la persiana. Ahora se han quedado solo dos, con lo que los gastos se han multiplicado. Eso sí, el Ayuntamiento contribuye en temas de logística, como las vallas o la seguridad. Desde el Gremi, ven poco probable que el acto tenga continuidad en los próximos años. «Es una inversión importante para nuestros bolsillos, y vemos que hay poca colaboración», decía González.
Lucía Ramírez, una vecina de Bonavista, decía, mientras hacía cola para coger su trozo de pastel que «es el único día de las fiestas que vengo de Santa Tecla. Es como una tradición: pastel y Retaule de Santa Tecla», decía Ramírez. Si los avisos de González acaban siendo una realidad, la ciudad y las fiestas perderán uno de los actos gastronómicos más arraigados a Tarragona.