«Salí de la carrera con trabajo de lo mío, eso no lo puede decir prácticamente nadie»
La URV comienza el camino de los grados duales con una parte de formación en la empresa. El año pasado comenzó química, este será turismo y, próximamente, relaciones laborales
«Salí de la carrera con trabajo de lo mío, eso no lo puede decir prácticamente nadie», reconoce Núria Bertomeu, de 22 años, cuando le pedimos que compare su trayectoria con la de sus amigos de la misma edad. El curso pasado fue una de los siete estudiantes que terminó el grado de Química en mención dual de la URV. Trabaja en el departamento de I+D de la empresa iQlit, con sede en La Canonja. Es el mismo sitio donde transcurrió buena parte de su formación en el último curso en la universidad.
Bertomeu forma parte de la primera promoción de alumnos de un grado dual en la URV, es decir, estudiantes que han cursado una serie de créditos en una empresa (la ley contempla que también pueda ser una administración o institución). En el curso académico que ha comenzado recientemente se repetirá la experiencia en el grado de Química y se implementará por primera vez en el grado de Gestión en Turismo y Hotelería. Además, los alumnos que comienzan a estudiar el Grado en Relaciones Laborales y Empleo este año también podrán hacer una mención dual cuando lleguen al último curso de la carrera.
Es una demostración de cómo la Universitat Rovira i Virgili ha comenzado a implementar el modelo dual, una fórmula que ya cuenta con un importante recorrido en la Formación Profesional. Igual que otras universidades, la URV ha comenzado a transitar este camino desde que en septiembre del año pasado se aprobara el real decreto de organización de las enseñanzas universitarias.
Iolanda Tortajada, vicerrectora de Política Académica y Calidad de la universidad explica que, vistos los buenos resultados, se están planteando ofrecer la formación dual en otros estudios pero no se trata de un proceso rápido porque, entre otras cosas, debe constar en el plan de estudios del grado y la preparación y aprobación de estos planes es compleja y requiere de unos dos años de trabajo. La universidad elabora la propuesta y luego debe ser aceptada y evaluada positivamente por las administraciones autonómica y estatal.
La razón es sencilla, hay que garantizar que el alumno que hace sus estudios en la universidad y el que hace la mención dual salen con los mismos conocimientos, explica.
La formación dual se hace en los últimos cursos de la carrera, cuando los alumnos ya tienen una serie de conocimientos básicos y está muy pactado personalmente y por escrito. El alumno tiene tanto un tutor universitario como uno empresarial que tienen que coordinarse e ir viendo su evolución. «Hacemos un seguimiento para que la colaboración sea fructífera. Igual que la universidad tiene que hacer su aprendizaje, la empresa también tiene que hacer el suyo» apunta.
Las empresas han repetido
Yolanda Cesteros, decana de la Facultat de Química, coincide en que la experiencia del año pasado (pionera a nivel estatal) funcionó muy bien, y prueba de ello es que las empresas que participaron quieren repetir este año. Se espera ofrecer entre 5 y 10 plazas a las que podrían optar la cuarentena de alumnos de último curso.
Participar en la mención dual es optativo. En el caso de Química los alumnos fueron seleccionados en base a distintos criterios como su expediente académico, currículum o una carta de motivación. Las empresas, por su parte, planteaban los proyectos en los que estaban trabajando y que podrían interesar a los participantes. Las empresas, después de una entrevista personal, tuvieron la última palabra a la hora de contratar y los alumnos hicieron más de 100 horas.
Núria Bertomeu, por ejemplo, cuenta que cuando estaba en tercero no sabía muy bien qué camino elegir en una carrera con muchos caminos «Y cuando me lo presentaron vi que era lo que necesitaba». Cree que ha acertado de pleno.
Aunque hubo un primer momento de adaptación explica que la experiencia de aprendizaje fue muy positiva «he aprendido mucho de química y cómo aplicarlo. Cuando aprendes haciendo las cosas se te quedan mucho más... Y, claro está, está la otra parte de aprender lo que es un trabajo, que también es importante».
Proyecto para cada estudiante
Jesús Angla, vicedecano de la Facultad de Turismo y Geografía, explica que en la mención dual del grado de Turismo que comienza este año han decidido repartir las horas en la empresa entre el tercer y cuarto curso.
Se trata, explica, de un proceso de coordinación muy elaborado, pero las empresas que participan están siendo muy receptivas. Con todas ya tenían relación gracias a los convenios de prácticas.
Este primer año lo asumen como una prueba piloto y participarán hoteles, cámpings, apartamentos turísticos y Por Aventura, pero la intención es dar cabida a otro tipo de actividades. Todas las que participan en esta primera edición ofrecen salarios por encima del mínimo estipulado «y están muy concienciadas en explicar su trabajo, los alumnos no van a ir a hacer fotocopias», aclara.
El proceso de selección de los alumnos será similar al que se ha seguido con los estudiantes de química, en base a su desempeño académico, su currículum, una carta de presentación y una entrevista. La universidad presentará 15 candidatos y las empresas eligen finalmente a los seis alumnos que contratan.
Señala Angla que con las empresas se está elaborando un proyecto para que cada estudiante pueda obtener competencias establecidas en el curriculum. La idea, señala, es que los alumnos pasen por los diferentes departamentos de las empresas «atención al clientes, recepción, reservas, márketing, gestión de la calidad, administración y finanzas...» Y si, por ejemplo, están en una empresa donde por la actividad hay un área que no tocan les guiarán para que cojan una optativa.
Angla está convencido de que, desde el punto de vista del empleo, será positivo, porque, de hecho, con la formación actual, la mayoría de los alumnos sale con trabajo y muchas veces es en la empresa donde han hecho las prácticas.