Reus y Tarragona, entre las ciudades de España con impuestos más altos

La capital del Baix Camp es el municipio con más presión fiscal local. Influye el IBI. El consistorio defiende que los valores catastrales son bajos. Tarragona es la quinta y argumenta el despliegue de servicios

Tarragona y Reus están entre los municipios de España donde se pagan impuestos más altos. La capital del Baix Camp, en concreto, figura en la primera posición del ranking estatal de presión fiscal local, de entre las poblaciones de más de 50.000 habitantes.

Tarragona figura en la quinta plaza de un listado copado por localidades catalanas: cinco están en el ‘top ten’. Es lo que se extrae del estudio La competitividad fiscal de las entidades locales y de las comunidades autónomas recientemente presentado por el Instituto de Estudios Económicos (IEE), el ‘think tank’ de la patronal CEOE.

El informe, tras analizar el comportamiento de los principales tributos municipales, establece un índice de competitividad fiscal municipal, donde se recoge la media ponderada de recaudación para los 141 municipios españoles con más de 50.000 habitantes que, conjuntamente, suponen la mitad de la población del país.

En el caso de Reus, el índice se ubica en un 145,6, muy por encima de la media estatal (100). Tarragona está en 136,3. El informe concluye que «Reus, Girona y Sanlúcar de Barrameda son los municipios que peor competitividad fiscal presentan de toda la muestra analizada» y agrega que «entre los diez municipios con peor competitividad fiscal también se encontrarían Lleida, Tarragona, Gandía, La Línea de la Concepción, Elda, Alcoy y Granollers».

No se puede entender el análisis sin el peso específico del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), «la figura más importante del sistema tributario español para las entidades locales, tanto desde el punto de vista recaudatorio como del número de contribuyentes afectados». Sostiene el informe que «en el año 2020 supuso el 67% del total de la recaudación de los tributos locales analizados». El IBI en Reus es un 71,7% más elevado que en la media de España y en Tarragona un 53,1%. También en la presión fiscal de la contribución urbana Reus es el municipio que más tiene, por delante de Girona y Alcoy. «Los municipios con peor competitividad, en cuanto a este impuesto, fueron, en 2022, Reus y Girona, que casi doblaron el tipo medio nacional», apunta el informe. Tarragona está en la octava posición.

Evolución al alza

Pero es que, además, Reus sale muy mal parado de otro indicador: es el cuarto municipio de España con mayor subida del IBI urbano entre 2019 y 2022, con un porcentaje de crecimiento del 12%, solo por detrás de Villarreal (15,5%), Mataró (14,5%) y Mollet del Vallès (13%).

El informe establece que «en relación con el IBI, los municipios con mayor tamaño poblacional, en media, son aquellos que mejor tratan fiscalmente a sus ciudadanos y, por tanto, los que mejor competitividad fiscal local presentan».

La segunda fuente de financiación consistorial es el Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica o de circulación. En ese punto tanto Tarragona como Reus se encuentran en la banda alta, con un 8,6% por encima de la media, un dato que comparte con un gran número de núcleos. Están en ese grupo de poblaciones que, según el informe, «aplicaron las máximas cuotas permitidas por la ley, presentando, todos ellos, por ende, una presión fiscal normativa en materia de este impuesto, un 8,6% superior a la media nacional».

En la plusvalía, el incremento sobre la media se sitúa en un 11,4% en ambas ciudades. En el Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) las dos poblaciones sí aparecen por debajo de la media estatal.

Reus y Tarragona se defienden

El consistorio reusense salió ayer al paso del estudio de opinión del IEE, al que catalogan como «mentiroso, errático y sorprendente». El alcalde de la ciudad, Carles Pellicer, destacó que la CEOE «es un estamento privado, no oficial y que no ha tenido ningún tipo de rigor a la hora de llevar a cabo este estudio».

El máximo mandatario reusense repitió en diferentes ocasiones que «Reus tiene una presión fiscal baja y una economía potente, algo que se defenderá siempre y delante de quien sea». De hecho, además de pedir una rectificación de la CEOE, con quien ha expresado que se pondrá en contacto hoy mismo, el alcalde invitó al presidente del organismo empresarial, Antonio Garamendi, y a su equipo, a acudir a la ciudad de Reus para «tener un debate acerca de este tema y sobre fiscalidad».

«No sabemos qué datos utiliza»

En la misma línea, la concejala de Hacienda, Mariluz Caballero, criticó la metodología del documento: «No sabemos ni qué datos utiliza ni cómo los cocina». Mediante datos municipales, la concejala argumentó que «en Reus, la recaudación de impuestos media por habitante fue de 1.126,7 euros en 2021; por otra parte, la media estatal es de 1.140,3 euros, un 1,2% más».

La respuesta del consistorio reusense puso el foco en el IBI, un impuesto que se calcula multiplicando el valor catastral del inmueble por un coeficiente determinado. «La presión fiscal debe calcularse teniendo en cuenta el resultado, no únicamente uno de los dos factores», apuntó Caballero. «Es un error garrafal solo tener en cuenta el coeficiente», añadió. Desde la concejalía admiten que el de Reus es un coeficiente más alto que la media: «Si es así, es porque los valores catastrales son extraordinariamente bajos». Unos valores que no se han revisado desde el año 2000, según el consistorio.

Un valor catastral inferior

La concejala utilizó datos de la dirección General del Catastro para especificar que el valor catastral medio en Reus es de 42.219,82 euros, mientras que en Boadilla del Monte –el municipio con una menor presión fiscal, según el estudio– es de 202.466,64 euros. Con lo cual, tal como reflejan los cálculos del consistorio, la cuota media a pagar en Reus sería de 437,86 euros y, en Boadilla del Monte, de 913,51.

En el mismo sentido, desde el Ayuntamiento de Tarragona, el concejal de Serveis Centrals, Govern Obert y Neteja Pública, Jordi Fortuny, indicó que «la ciudad de Tarragona se sitúa por debajo de municipios como Reus, Lleida y Girona; en el caso del IBI, la comparación hay que hacerla teniendo en cuenta los valores catastrales y el tipo aplicable». «Desde el punto de vista del tipo –sigue Fortuny– estamos ligeramente por debajo de ciudades comparables en Catalunya y los valores de referencia catastral son diferentes, por tanto, no es comparable».

Revertir la deuda

El consistorio tarraconense utilizó datos de 2021 del Portal de Transparència de la Generalitat de Catalunya para exponer que «Tarragona se gasta más por habitante que Girona y Lleida, lo que implica más servicios». «Aquí nos gastamos 1.354 euros, mientras que en Girona y Lleida destinan 1.196 y 1.226 euros respectivamente», argumentó Fortuny, quien quiso recordar la deuda que arrastra, desde hace años, Tarragona y que se está aminorando. «Tenemos una deuda pública superior a Lleida, Girona y Reus, producto de la deuda histórica en la ciudad y que vamos revirtiendo, como hemos hecho en este mandato, cuando la acabaremos bajando 20 puntos».

El consistorio se escuda en los servicios como argumento. «Tarragona cuenta con una serie de servicios muy destacados, que el ciudadano disfruta. El hecho de ser una ciudad muy dispersa urbanísticamente comporta claramente multiplicar servicios. Es por eso que trabajamos por un POUM que compacte la ciudad».

El edil explica que «contamos con un servicio de transporte público dimensionado muy por encima de ciudades que tienen más habitantes que Tarragona» y destacó como equipamientos «siete piscinas municipales y siete guarderías, una red de centros cívicos dimensionada por barrios, una escuela de música municipal con dos sedes o un patrimonio histórico muy destacado con un gasto anual muy alto en mantenimiento».

Catalunya es la comunidad con más presión fiscal

No solo las principales ciudades de la provincia ejercen una notoria presión fiscal en el ciudadano. También hace lo propio la Generalitat. El trabajo también analiza la competitividad fiscal por comunidades autónomas. Catalunya lidera el ranking, con una tributación un 23,8% superior a la media de España. La Comunitat Valenciana figura en la segunda posición de este ranking (un 16,3% más), por delante de Aragón (un 15,3%), que completa este podio.

En el otro extremo, la Comunidad de Madrid es la que arrastra una presión fiscal menor sobre el ciudadano, con un 23,8% menos que la media. A continuación están las tres provincias vascas. El estudio agrega que «las comunidades que presentan las mejores puntuaciones en el Indicador de Competitividad Fiscal cuentan también, en términos generales, con los mejores registros en el Indicador de Competitividad Regional elaborado por la Comisión Europea».

El informe añade que «estas regiones son capaces de promover el bienestar y el desarrollo económico, a través de unos mejores niveles de salud y bienestar de población activa, y son capaces de fomentar instituciones educativas que tienen una mayor capacidad de inversión en investigación y desarrollo».

Otro estudio, en este caso el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal de 2022, de la Fundación para el Avance de la Libertad, establecía que un catalán paga 15 impuestos más que un madrileño.

Temas: