Retos de TGN: Más plazas hoteleras y el patrimonio como insignia
Mientras ERC, CUP y ECP consideran que debe aplicarse una moratoria sobre los pisos turísticos, PSC, Cs y PP creen que la ciudad no ha tocado techo y debe llegar más turismo
Patrimonio y turismo son dos temas indisociables cuando hablamos de la ciudad de Tarragona y, hasta el momento, ambos han tenido un protagonismo notorio en los debates electorales de cara a las elecciones del próximo 28-M. ¿Deben venir más turistas? ¿Hay que actuar con los pisos turísticos? ¿Qué pasa con los cruceros? ¿Hay que dejar de pensar en el patrimonio únicamente para los visitantes o debe invertirse más en promocionar este diamante en bruto?
El presente mandato ha sido convulso. Una de las primeras decisiones del concejal de Patrimoni, Hermán Pinedo, era cerrar al público el recinto del Amfiteatre por los problemas estructurales que presentaba. La decisión se adoptó el 27 de septiembre de 2019, después que un informe externo alertaba de un conjunto de patologías que suponían un riesgo de cara al público.
Este episodio supuso un punto de inflexión y por primera vez el Ayuntamiento de Tarragona y la Generalitat firmaron un acuerdo para la conservación y mantenimiento del patrimonio, lo que permitía pasar de la acción reactiva a una política preventiva.
En estos últimos tiempos en Tarragona se ha hablado de patrimonio y mucho. Buena parte de la ciudadanía ha tomado conciencia de lo que significa ser conjunto Patrimonio de la Humanidad. No obstante, la reacción no ha llegado hasta que se insinuó que podría perderse este distintivo y empezaban a verse las orejas del lobo. Esto ha hecho que hasta el momento los recursos económicos se hayan concentrado en el patrimonio romano y, de momento, no se haya podido poner en valor la ruta modernista, que es una de las grandes asignaturas pendientes.
Si el inicio del mandato estuvo marcado por el afer Amfiteatre, esta recta final lo ha estado por la reapertura de la Volta del Pallol y el videomapping de Porta Tarraco, una experiencia inmersiva que marca un nuevo camino, hasta el momento desconocido en la ciudad, de cara a la divulgación del patrimonio.
Esto abre nuevas posibilidades de cara a la puesta en valor del Fòrum de la Colònia y la recuperación de la Necròpolis Paleocristiana. Dos proyectos que ahora mismo están encarrilados, y que cuentan con una partida de diez millones de euros de los fondos europeos Next Generation.
¿Supondrá un salto en cuanto a la ampliación de la ruta que ahora hacen los turistas en la ciudad? Este es uno de los grandes retos de cara al futuro. Y es que Tarragona está en el punto de inflexión, en el que debe decidir qué quiere ser de mayor, para evitar que el turismo se convierta en un problema de masificación en su núcleo histórico.
Los datos hablan por sí solos. El año pasado Tarragona alcanzó su récord de pernoctaciones, llegando a las 1.641.081. La ciudad ha salido reforzada después de la pandemia y las cifras correspondientes al primer trimestre de este año marcaban un crecimiento del 36% respecto a 2022. El debate está servido, sin embargo, ¿qué opinan los partidos sobre al respecto?
Crecimiento sostenible
«Durante este mandato Tarragona ha hecho una apuesta muy fuerte por el turismo sostenible con unos resultados francamente positivos, y debemos seguir perfecionando esta línea de trabajo», afirma el alcalde y ahora también alcaldable de ERC, Pau Ricomà, quien en este último tramo del mandato ha liderado personalmente la concejalía de Turisme.
Ricomà considera que «estamos dejando de ser una ciudad invisible y cada vez más somos una ciudad atractiva», lo que se muestra convencido que «generará más oportunidades». El dirigente republicano defiende que «Tarragona está por debajo de su capacidad de carga turística». No obstante, considera que «para mantener un crecimiento sostenible, armónico con la convivencia y generadora de actividad, debemos incrementar el parque hotelero, limitar las viviendas de uso turístico y gestionar inteligentemente los flujos de visitantes, promoviendo la desestacionalización».
En cuanto al patrimonio, esta formación saca pecho de la gestión de los últimos cuatro años para «revertir la dejadez de la época anterior».
Por su parte, el candidato del PSC, Rubén Viñuales, apela a la necesidad de firmar un convenio entre el Ayuntamiento, el Estado y la Generalitat para que los monumentos de la ciudad «tengan una financiación justa». «Esto debe servir para poner en valor todo el patrimonio que sigue escondido, como las Termes de Sant Miquel y la Font dels Lleons», apunta.
La formación socialista defiende que el patrimonio, junto con el deporte, deben ser la gran apuesta de una ciudad que «no creemos que haya tocado techo» y que «tiene margen de mejora» en cuanto a la promoción. Además de «conseguir aumentar las plazas hoteleras», Viñuales defiende que Tarragona debe conseguir que «no sea una simple escala» para los cruceristas, sino que estos deben poder quedarse en la ciudad. A excepción de la CUP, todas las fuerzas políticas consultadas coinciden en que hay que aumentar la oferta hotelera en la ciudad.
Desde Ciutadans la gran apuesta de Lorena de la Fuente es que el edificio del Banc d’Espanya se convierta en la sede del Patronat Municipal de Turisme, idea en la cual coincide con Junts per Catalunya.
La formación naranja también apuesta porque el preventorio de la Savinosa sea un Parador Nacional de Turisme y que la ciudad «sea declarada municipio turístico», ya que «ni de lejos Tarragona ha tocado techo turísticamente».
Jordi Sendra, de Junts per Tarragona, se muestra como un «firme defensor del turismo y, por supuesto, del turismo de cruceros». Y, en este sentido, lamenta que la ciudad «no tiene un hotel de cinco estrellas» que pueda atraer visitantes de calidad.
Maria del Mar Giné (Sí Tarragona) potenciaría el turismo «creando una marca de ciudad ambiciosa, creada por un grupo representativo de tarraconenses, que tenga por objetivo atraer a nuevos visitantes». Asimismo, considera que los cruceros «aportan un turismo familiar que nos va muy bien como municipio» y que debería «potenciarse el turismo de playa».
Maria Mercè Martorell (PP) habla en su programa largo y tendido sobre el patrimonio. Esta es una de sus bazas de cara al 28M y, en este sentido, quiere «potenciar» diferentes espacios como Ca la Garsa, el antiguo local dels Xiquets de Tarragona, el Banc d’Espanya y la Tabacalera, como nexos vertebradores. Y es que uno de sus grandes argumentos pasa por «cohesionar la ciudad a través del patrimonio».
La Candidatura d’Unitat Popular es la única que habla de «decrecimiento» del modelo turístico y de la necesidad de «apostar por una diversificación económica para dejar de depender del sol y playa, los casinos y los cruceros». Asimismo, Eva Miguel «impulsaría una moratoria de pisos turísticos para que los vecinos no se vean expulsados, como ya pasa en la Part Alta».
Finalmente, desde En Comú Podem Jordi Collado también apoya esta última opción y considera que es necesario «un plan de usos que priorice el vecindario», por lo que ve necesario impulsar una moratoria «que permita reordenar la oferta de apartamentos y priorice la vivienda». Collado también apuesta por una gestión del patrimonio «coordinada» entre administraciones.