«Queremos que el cliente pierda el miedo a pedir romesco en el restaurante»
El presidente de los hosteleros de Tarragona explica el objetivo de las jornadas gastronómicas que se prolongarán hasta el domingo 23
Las calles de Tarragona ya vuelven a oler a romesco. Las VII Jornades Gastronòmiques del Romesco llegaron el pasado viernes con la intención de reivindicar la importancia de este plato en la gastronomía local, pero este año lo han hecho, además, de la mano del macabeo, el mayor exponente de la vinícola y prestigiosa DO Tarragona. Todo, hasta el próximo 23 de octubre: dos semanas para salir a buscar el mejor menú cien por cien tarraconense.
El primer fin de semana de las jornadas gastronómicas es siempre el de menos intensidad, a expensas de que el boca oreja haga efecto. Sin embargo, en los restaurantes y establecimientos ya han preparado interesantes menús donde la salsa es la protagonista y el vino, el mejor acompañante. Este año toman cartas diecinueve establecimientos de la ciudad, llegando a todos los rincones de Tarragona. Una cifra similar a la del año pasado, teniendo en cuenta que la mayoría de los negocios repite la experiencia.
«Es pronto para hacer una valoración global pero hemos visto que la gente se va animando, la sensación es positiva», asegura Javier Escribano, presidente de l’Associació d’Empresaris d’Hosteleria de Tarragona (AEHT) y propietario de la arrocería La Morada, en la Part Alta. La iniciativa de las jornadas (que este 2022 ya llegan a la séptima edición, sin interrupciones ni con la pandemia) es la de «promover la gastronomía tarraconense y con identidad», que se reconozca en la hostelería lo que ya es una tradición en muchos hogares.
La intención de la AEHT es conseguir una amplia oferta de la salsa más típica en los restaurantes y que, a partir de las jornadas, se mantenga en las cartas: «Queremos que el cliente pierda el miedo a pedir romesco en el restaurante», apunta Escribano. «A nosotros nos motiva contribuir a la vida social de la ciudad, además de potenciar los productos de proximidad», explica Adolfo Gómez, propietario de Tabularium, de la plaça del Fòrum, que participa en las jornadas por primera vez con un menú (antes lo había hecho con unas tapas).
Otro de los objetivos es atraer trabajo a los establecimientos de la AEHT que forman parte de las jornadas, y romper de este modo la estacionalidad del sector, que se ve muy marcado por la temporada alta en verano. Adolfo Gómez reclama más propuestas como las Jornades del Romesco durante el invierno, cuando decae más la actividad.
El presidente de la AEHT reconoce que las jornadas «no salvan nada» pero sí que «atraen algunos clientes que, de otro modo, no vendrían al restaurante». Suya es la responsabilidad de fidelizar los nuevos clientes con la comida, el servicio y el precio. «Las jornadas demuestran que a la gente les gusta y se acaban identificando con el romesco», opina Escribano. Una salsa muy nuestra que, con un sabor fuerte y familiar, marida perfectamente con el vino macabeo tan propio de la costa tarraconense.