Prisas en la gasolinera: llenar será diez euros más caro en Tarragona a partir de mañana
Colas y esperas en surtidores por el fin de la ayuda de 20 céntimos. Las autoescuelas, indignadas por quedar fuera de la rebaja en 2023
Colas en algunos momentos en las gasolineras y prisas de última ahora para repostar antes de que acabe el año. También en Tarragona la cuenta atrás antes de 2023 viene marcada por las urgencias para llenar el depósito y ahorrar algunos euros para el sufrido bolsillo del consumidor.
A partir de mañana, finaliza el descuento generalizado de 20 céntimos por litro de combustible para todos los conductores. El Gobierno solo mantiene esta bonificación para profesionales como transportistas, agricultores, navieras o pescadores. El grueso de los ciudadanos verán cómo de un día para otro la recarga total del depósito se elevará en Tarragona una media de 10 euros.
La Sin Plomo 95 estaba ayer a 1,555 euros el litro, lo que eleva a 77,75 euros el ticket de recargar una media de 50 litros. Aplicando el descuento de 20 céntimos, el coste es de 1,355, lo que arroja un saldo de 67,75 euros, esos 10 euros menos de diferencia. Si atendemos al gasoil, la comparativa es similar: 1,631 euros el litro, lo que da unos 81,5 euros si llenamos un tanque estándar, por los 71,5 euros si se tiene en cuenta la bonificación que desde mañana se extingue.
Ese encarecimiento es muy parecido si se contemplan aquellos carburantes de mayor precio. Eso ha hecho que en los últimos días la afluencia de conductores haya aumentado en algunas estaciones de servicio de Tarragona. «Está viniendo más gente y se nota. A veces se crea cola y está lleno. Vienen con la intención de llenar el depósito y así ahorrar», dice el empleado de una gasolinera Repsol en Tarragona. «Lo que notamos es que ahora vienen más personas a llenar el depósito. Antes echaban 10 o 20 euros pero ahora vemos que prefieren rellenar todo, supongo que con vistas a ahorrarse un dinero», cuentan desde la gasolinera de El Serrallo.
Afluencia desigual
En otras se notó sobre todo ayer viernes y prevén que se perciba con más intensidad hoy, último día del año. Todo depende: a veces el aumento es más tímido y en otras ocasiones más marcado. «Esperamos más clientes en las últimas horas», dicen en otra gasolinera. En varias estaciones de la marca BonÀrea, con algunos de los precios más baratos de la provincia según los datos oficiales del Geoportal del Ministerio para la Transición Ecológica, las esperas han sido comunes estos últimos días.
Pere Vilalta, presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de la provincia de Tarragona, admite que «estos días está viniendo más gente y, además, están cargando a tope los depósitos, ya que aunque no sea un ahorro de mucho dinero, siempre ayuda».
Pero este acopio de combustible no se ha dado solo en las gasolineras; también en los servicios para suministrar combustible para las calefacciones. «Hemos notado un incremento de la demanda, hasta el punto de que vamos desbordados. Tenemos muchas peticiones y no vemos la hora de acabar la jornada estos días», explica Miquel Adell, un empresario de la distribución de carburante que se mueve fundamentalmente por las Terres de l’Ebre. Se trata de particulares que tienen calefacciones que funcionan con gasoil y que prefieren rellenarlas ahora y no en unos días. «La gente intenta ahorrarse un dinero, pero nosotros no damos abasto en la última semana», indica Adell. «También recibimos demanda de profesionales como agricultores porque aunque ellos no pierden la bonificación la forma de recuperarla ya no será tan directa y optan también por recargar estos días», apunta el distribuidor ebrense.
Los que también son susceptibles de correr estos días a repostar son los empresarios y los conductores de autoescuelas. El sector se muestra muy irritado por no haber sido incluido en la prórroga de la bonificación, como sí se ha hecho con el transporte. «Estamos indignados. Llenar un depósito nos cuesta 10 euros más ahora y hay que tener en cuenta que gastamos uno entero cada dos días, así que va a ser un palo fuerte. Estamos enfadados, no se nos ha tenido en cuenta. No somos transportistas pero consumimos mucho combustible», reconoce Carles Oliver, presidente de la Associació d’Autoescoles de Tarragona.
«Nos hemos quedado fuera»
Disponer de este descuento ha sido un alivio para un sector que depende estrechamente de los precios del combustible. «Imaginemos una autoescuela que tenga cuatro vehículos. Cada uno de esos coches puede estar cada día 11, 12 o 13 horas en marcha, circulando, y gastando carburante. Al cabo del mes son muchos litros y es un dinero importante», aclara Oliver, que se pregunta: «¿Por qué nosotros nos hemos quedado fuera? Nos hemos movido, hemos reivindicado, y no ha servido. Hay 35.000 familias en España que viven de las autoescuelas». El sector considera que también merece gozar de la rebaja, a pesar de que las tarifas hayan descendido ostensiblemente durante los últimos meses. La invasión rusa de Ucrania, de finales de febrero, disparó los precios de una forma casi automática. El valor fue escalando hasta alcanzar su máximo, en junio.
El precio medio en ese mes superó, en los cuatro principales combustibles suministrados en Tarragona, el umbral de los dos euros el litro. Si se considera la media de 2022, los precios son los más altos de la década. A pesar de esos valores por las nubes, los tarraconenses no han querido renunciar a la movilidad tras lo más duro de la pandemia. El consumo de combustible en este 2022 ha sido mayor que en 2021 y en 2019, según datos en la provincia de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores).
El alivio ha llegado en otoño. Tanto han descendido los valores que el actual precio es similar al que había antes del estallido de la guerra. Atrás queda un año, en su conjunto, de récord, en el que los precios del transporte han impactado en toda la cadena productiva, empezando también por la alimentaria.
El sector del transporte ha celebrado la prórroga de la ayuda de los carburantes. El final de los 20 céntimos también abre ahora la guerra comercial entre petroleras. Las marcas debaten en estos momentos si asumen el sobrecoste de extender sus rebajas adicionales o elevan márgenes a cambio de perder cuota comercial.