Pimec-Comerç buscará vías con el Govern y la URV para evitar el cierre de La Capona
La emblemática librería tiene previsto bajar la persiana el próximo 30 de junio si no encuentra relevo para seguir con el negocio
Movilización general para evitar el cierre de la emblemática librería La Capona, que si nada lo remedia bajará definitivamente la persiana el próximo 30 de junio tras casi 25 años de actividad en la calle Gasòmetre en los que se ha convertido en una referencia cultural. El pasado lunes, los tres propietarios del negocio –Ricard y Pau Espinosa, y Pitu Rovira– anunciaron que dentro de un mes y cinco días se jubilarán, poniendo el punto y final a una aventura que empezó el 11 de julio de 1997.
Tras hacerse pública la decisión, las reacciones no se hicieron esperar. Y, prácticamente desde el primer minuto, varios han sido los movimientos que se han iniciado para intentar salvar un negocio muy consolidado entre la sociedad civil tarraconense. Una de estas vías que ahora están abiertas es la de Pimec-Comerç. «Tenemos la obligación de intentar buscar alguna posibilidad para que haya relevo generacional. Si no puede ser de casa de los socios, intentaremos que sea alguien de fuera», indica el presidente de la patronal de las pequeñas y medianas empresas comerciales, Florenci Nieto.
En este sentido, detalla que dos son los caminos que se han iniciado. «Ya he hablado con la Generalitat para intentar que se impulsen ayudas económicas para intentar incentivar que estudiantes de comercio de la ciudad puedan dar el paso». Asimismo, Nieto también espera ir de la mano de la URV «para sondear si algún joven empresario quiere apostar por un negocio cultural». El líder de Pimec-Comerç recuerda que la patronal «tenemos programas al servicio de los propietarios» para fomentar la transición, en caso de que se encuentre alguna vía para evitar «que una casa de libros, de amigos y de experiencias» cierre definitivamente.
Una cuenta atrás de 36 días
Paralelamente, ayer siguieron llegando reacciones ante la más que posible desaparición de La Capona. «Cuando una librería cierra, algo de la cultura se muere», lamenta el presidente del Ateneu Tarragoní, Jordi Freixa. Por su parte, el actor Oriol Grau apostaba por «felicitar al equipo por haber aguantado hasta ahora», y muestra la esperanza de que «alguien abra alguna nueva librería». De hecho, si dentro de un mes se confirma este cierre, la ciudad solo tendrá una única gran librería histórica de referencia;: la Adserà. Pese a ello, también hay otras como la Cooperativa Abacus (calle Gasòmetre), la Caverna –en la calle Sevilla– o la Re-read, en Ramón y Cajal.
Finalmente, el presidente de La Via T, Salvador Minguella, califica como de «lástima» que «un referente de la ciudad» pueda cerrar. «Hay estudios que indican que solo un 34% de los negocios llega a la tercera generación. Y la falta de relevo es uno de los principales motivos», lamenta. La cuenta atrás ya ha empezado para intentar que La Capona no llegue a su última página dentro de solo 36 días.