Payeses de Tarragona y Terres de l’Ebre protestarán en Madrid

Los payeses retoman este miércoles las movilizaciones, que les llevarán hasta Madrid desde diferentes partes de todo el Estado. Asimismo, Unió de Pagesos, en rueda de prensa, anunció más acciones para la semana próxima, que no concretó, así como una protesta transfronteriza con la «Catalunya Norte».

Los agricultores señalaron que si bien cuantos más tractores se movilicen, mejor porque así se percibe que es una manifestación del sector primario, «Madrid está muy lejos y en esta ocasión les hemos pedido a los compañeros que están más cerca, como Segovia, Ávila y Guadalajara, que lleven el volumen de tractores, señaló el coordinador nacional de Unió de Pagesos, Joan Caball, desde la Casa de l’Agricultura, en Barcelona. No obstante, prometió que «habrá mucha gente y muchos tractores y esperamos que haya respuestas porque ya está bien de hipocresía. Está en juego la continuidad de la agricultura, de los cultivos y granjas de muchas familias», dijo Caball.

En tren o en coche

Desde las Terres de l’Ebre, algunos desde la zona del delta, y el Camp de Tarragona son muchos los payeses que van a viajar a Madrid. No obstante, es imposible todavía predecir exactamente cuántos, porque los hay que viajan con sus coches particulares y tenían previsto pasar la noche en la capital el día antes de la movilización. El responsable del sector del arroz de Unió de Pagesos, Albert Pons, explica que hace días que los billetes de Ave y de otras compañías de tren hacia Madrid para este miércoles están agotados. Ellos saldrán a las 6.20 horas de la mañana desde la estación del Camp de Tarragona. Desde puntos como L’Aldea o Amposta tienen una hora previa de coche hasta la estación. También Pere Guinovart, coordinador territorial del Camp de Tarragona de Unió de Pagesos, se desplazará en tren, junto con otros compañeros.

«Reivindicaremos la brecha digital que sufren muchos payeses, los aumentos de costes, las competencias desleales... Pero sobre todo pedimos que se hagan elecciones en el campo, ya que desde 1977 no se han producido y ahí hay personas que no nos representan. Pedimos que los payeses podamos escoger a nuestros representantes de forma democrática», argumenta Pons.

Las reivindicaciones

Unió de Pagesos recordó las reivindicaciones que los han llevado a salir a la calle las últimas semanas y que básicamente son acabar con los abusos de la cadena alimentaria; reciprocidad de importaciones; menos burocracia; mejorar la situación de los jóvenes y resolver la de la sequía.

«La gente vive de lo que acaba produciendo, por lo que pedimos una mejora de la ley de la cadena alimentaria para que la gran distribución no se lleve la parte del pastel tan grande. El agricultor recibe menos y el consumidor paga más. Es una realidad», destacó el coordinador nacional, quien criticó que «no parece que el Ministerio se implique en la corrección de estos abusos y en la consecución de unos precios en origen que estén por encima de los costes de los productores».

De igual manera, otro de los focos es la competencia desleal de los productos que llegan desde fuera de la Unión Europea. «Si hay un mismo chuletón, tiene que cumplir los mismos requisitos, ya sea de Asturias, de Catalunya o de Uruguay», ilustró Caball, quien puso el ejemplo del próximo acuerdo comercial entre la Unión Europea y Chile. «Ya en el primer tratado vemos que esto no acaba de pasar. No se hacen realidad las llamadas cláusulas espejo, por ejemplo, en el uso de fitosanitarios» y criticó que el Ministerio español haya dado el visto bueno.

En cuanto a la sequía, apuntaron que «el sector agrario no puede pagar los platos rotos. Tenemos que elegir si se puede llenar una piscina, regar un campo de golf o producir un litro de leche. La ciudadanía debe escoger cuáles son sus prioridades. Pedimos que la restricción de agua sea igual y equitativa a otros sectores como el industrial».

Mientras, los agricultores jóvenes también centraron las demandas, en el sentido de que es necesario «doblar la ayuda para la incorporación de gente joven» porque «si no tenemos jóvenes no hay futuro». Finalmente, la burocracia que, aseguraron, «o bien se reduce o bien desaparecen las absurdidades. Si dedicamos más horas al papeleo que a producir, no va bien».