Olga Xirinacs ya es Honoris Causa
La URV inviste a la poeta y novelista tarraconense con el máximo honor académico entre reivindicaciones feministas y de proximidad. Con ella, ya encadena nueve mujeres honoris causa en los últimos cinco años
Mujer, tarraconense y de letras: casi ‘tres voltes rebel’, que diría una compañera suya de oficio. Ayer la Universitat Rovira i Virgili invistió doctora honoris causa a la poeta, novelista y pianista Olga Xirinacs y, con ella, laureaba ‘cum laude’ a la literatura de nuestra casa, premiaba esta rama del conocimiento a veces ignorada y lo hacía con el argumento de la proximidad y del talento propio.
El paraninfo del Rectorat de la URV se llenó de autoridades lingüísticas, culturales y políticas, así como de otros honoris causa y familiares de la homenajeada, para ofrecer con todos los honores un reconocimiento justo y necesario a la autoestima de nuestro territorio y a una mujer «fuerte» y a la escritora «total».
«Trabajo las palabras pero me cuesta encontrar la adecuada para agradecer este reconocimiento. Diré ‘estima’», aceptaba una Xirinacs entre contenta y emocionada ante el público.
El acto en el Rectorat fue con el tono habitual y siguiendo el estricto protocolo arcaico que mandan estas ceremonias. Tras la entrada de los otros honoris causa de la URV, vestidos con los colores que definen su rama del conocimiento, y del rector de la Universitat, Josep Pallarès, la escritora y música tarraconense siguió los pasos acompañada de el ‘Canticorum iubilo’ de la Orquestra y la Coral de la URV.
Fue la filóloga y profesora Montserrat Palau la encargada de apadrinar el acto y, por lo tanto, de glosar el largo currículum de obras y premios de Xirinacs. con un discurso bonito, cercano y poco extenso, Palau alabó la figura de Olga Xirinacs como una de las mejores escritoras que ha tenido este rincón del país, capaz de transmitir historias con una infinidad de géneros literarios que la han llevado a cosechar una colección de los mejores premios en lengua catalana: narrativas cortas, infantiles y juveniles, cuentos, cómics, blogs, novela, poesía, ensayo...
A sus 87 años ha publicado 85 títulos, la mayoría en catalán. Unas obras que han sido traducidas a numerosas lenguas y que han convertido a Xirinacs en una tarraconense de talla internacional. «Es un honor que el máximo título académico se le conceda a una mujer, tarraconense y de letras, tres características que coinciden por primera vez y por las que nos tenemos que felicitar», remarcó Palau.
A pesar de la inmensa cantidad de obras y premios, la única formación académica de Xirinacs fue la musical, en la especialidad de piano, con la que llegó a ser profesora.
Palau remarcó de la flamante doctora su incansable trabajo con perspectiva de género en la literatura catalana y la defensa de una lengua en peligro, en especial desde la presidencia Òmnium Cultural del Tarragonès. Destacó su «vitalismo y lirismo persistente, el rigor literario y su carrera prolífica», sin olvidar un comentario emotivo para su marido Vicenç y su hermano Sergi Xirinacs, recientemente fallecido, cosechador del único género que no tocó la poeta y novelista: el teatro.
«Por eso hoy es un ‘dia de dol i de dansa’», como diría el también poeta Josep Carner...
El ritual marcaba que el rector de la URV le impusiera a Xirinacs los atributos que la acreditaban como doctora honoris causa: el título, la medalla, el birrete, el anillo, los guantes blancos y un «abrazo fraternal de acogida a nuestra institución». El color azul claro del birrete, acorde con el de la muceta, consagraban Xirinacs como ‘doctora por causa de honor’ del mundo de las letras.
«Es el máximo reconocimiento que otorga la universidad, y a Xirinacs se lo concedemos por su dilatada trayectoria en la literatura», destacó el magnífico rector, Josep Pallarès, antes de empezar el acto. Para el máximo representante de la URV, la larga lista de premios literarios de Xirinacs demuestran su valor objetivo para ser honoris causa. Pallarès mencionó el origen tarraconense de la escritora y el hecho que, de los más de 50 doctores honoris causa de la URV, solo había tres escritores, todos hombres.
«La Universitat no puede vivir de espaldas a la sociedad, tiene que vivir con los pies en el suelo y la cabeza al mundo; y Xirinacs goza de esta dualidad», afirmó el rector.
En su discurso, antes del himno universitario del ‘Gaudeamus igitur’, la ya honoris causa Olga Xirinacs se mostró transparente y sincera leyendo su discurso con tranquilidad y aparente fragilidad.
Quiso hablar de sus inicios y sus inspiraciones en el mundo de la música, la pintura y la literatura, y no dejó escapar la oportunidad de criticar la «ignorancia literaria actual» y el «complejo de inferioridad de los escritores catalanes». Fragilidad y marcando carácter, fiel a su estilo.