Ninguna zona de Tarragona se salva de las marañas de cables

Las acometidas de electricidad y telecomunicaciones se convierten en nidos de paloma. El Ayuntamiento prepara una ordenanza para regular cómo deberán fijarse a las fachadas si no se pueden soterrar

Acostumbrados como estamos a caminar sin apenas levantar la mirada del suelo, convivimos con los cables sin apenas percatarnos. Pero basta con levantar un poco la mirada para darse cuenta de que hay marañas de ellos por casi toda la ciudad. Paradójicamente, además, en muchas fachadas el cableado, en lugar de desaparecer, no ha hecho más que reproducirse con los años.

Lo primero que hay que aclarar es que no todos los cables que están a la vista son de la electricidad. De hecho, la mayoría de los que pueden verse enredados en las fachadas son de compañías de telecomunicaciones. Y es que, como la ley estatal que regula el sector considera que la fibra óptica es un servicio de interés general, pueden instalarse sin apenas limitaciones.

Cada compañía tiene sus cables y sus cajas, así que puede darse la circunstancia de que en un mismo bloque de pisos haya tres cajas con sus cables. Además, cuando quedan en desuso, generalmente siguen allí sin que nadie los retire. Así quedó en evidencia, por ejemplo, en las recientes obras de remodelación de las calles Gravina y Sant Pere de El Serrallo, donde una de las medidas fue soterrar el cableado. Se encontró que había cables que no daban servicio a ningún usuario.

Pero no se trata solo de que los amasijos de cables estén por todas partes (en un recorrido por la ciudad los hemos visto por igual en un tramo de la muralla en la Via de l’Imperi Romà que en un edificio de la Rambla Nova), sino de que se han convertido en refugio y hasta lugar de nidificación de las palomas.

Sin obligación de soterrar

Aunque el problema de los cables que surcan el cielo y se acumulan en las fachadas afecta a toda la ciudad, es más frecuentes en las zonas más antiguas. Tanto en la Part Alta como en la Part Baixa a los cables de telecomunicaciones se suman los de la electricidad enganchados a postes de madera o soportes de hierro (palomillas).

En las calles de la Part Alta todavía se usan soportes de ‘palomilla’ para los cables eléctricos. FOTO: N.M.

Fuentes de Endesa explican que la compañía tiene la obligación de que el cableado eléctrico sea seguro, pero no de soterrarlo. Cuando se hace suele ser en el marco de remodelaciones urbanísticas integrales como las de El Serrallo. En esos casos son los ayuntamientos los que se hacen cargo del coste de las obras.

En el caso concreto de la Part Alta, explican que la dificultad está en que al tratarse de una zona con valor patrimonial, las fachadas están protegidas, por lo que no se puede clavar nada en ellas. Lo que sí han hecho, señalan, es hacer un ‘trenzado’ de las tres fases de cables para que se vean como uno solo, para intentar disminuir el impacto visual.

Cableado «ingobernable»

Josep Anguera, responsable del gabinete técnico del Col·legi d’ Aparelladors, Arquitectes Tècnics i Enginyers d’Edificació de Tarragona, COAATT, señala que la inspección técnica (ITE) que tienen que pasar los edificios de cierta antigüedad no especifica nada sobre el hecho de tener cables en la fachada a menos de que impliquen algún peligro.

Además, donde una comunidad da permiso para que pase un cable se abre la veda para que pasen más. «Y todos colocan cables pero nadie los saca», apunta.

Dice que el asunto se convierte en un quebradero de cabeza cuando se hacen remodelaciones porque hay que poner de acuerdo a las diferentes compañías para que pasen sus cables por un mismo canal de plástico para que queden tapadas y no se vean tanto. El problema es que muchas veces, cuando se instala una compañía nueva, se levanta la tapa y ya nadie la vuelve a colocar.

Desde el Ayuntamiento de Tarragona explican que las normas de planeamiento ya obligan al soterramiento de los tendidos eléctricos y de telecomunicaciones en toda nueva urbanización. Señalan, no obstante, que «tenemos que tener en cuenta que hay normativa estatal que ampara a las empresas para que no tengan que soterrar el cableado en suelo urbano ya existente cuando este soterramiento es más complicado y costoso».

Aseguran, eso sí, que «actualmente estamos trabajando en una nueva ordenanza de obras en la cual se regulará de qué manera se tendrán que fijar estas instalaciones a la fachada en aquellos casos que no se puedan soterrar».

Cables colgando en la parcela de un edificio derribado en la Rambla Vella. Foto: N.M
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